Otro día en la preparatoria, I como siempre había preparado todo un día antes, cualquier cosa que fuera a llevar o a ponerse ya lo tenía acomodado y listo para evitar que se le hiciera tarde por la mañana, lo cual le disgustaba mucho, para ella el tiempo era lo más valioso y odiaba perderlo o llegar tarde.
Luego de despedirse de su madre con un beso en la mejilla partió a la institución donde estudiaba, no estaba lejos, llegaba en 20 minutos caminando así que siempre salía a tiempo para evitar contratiempos.
Caminaba mientras observaba a su alrededor, había un delicioso aroma a tierra mojada en el aire y los árboles se veían brillantes y llenos de vida o eso era lo que ella veía atreves de sus anteojos.
No había tenido problemas con su vista hasta ahora, todo empezó cuando se obsesiono con la lectura y el hecho de que no tenía suficiente dinero para comprar libros, lo que hacía era descargar cualquier libro que estuviera disponible en internet y que fuera gratis, su celular estaba lleno de archivos de lectura y eso causó que —ya que se quedaba a altas horas de la noche leyendo en su celular— sus ojos se dañaran un poco.
Al fin llegó, jadeando un poco por la enorme subida que tenía que recorrer para llegar a la puerta principal del instituto. Compro como siempre algo para comer, odiaba tener el estómago vacío por la mañana ya que una hora antes de salir a tomar el almuerzo su estómago rugía si parar; Siempre compraba un poco de fruta, la señora a la cual se la compraba ya sabía lo que le gustaba y ya tenía lista su fruta al momento en que ella llegaba.
Tenía de 5 a 8 minutos en lo que empezaban las clases –o el profesor se digna a llegar– para comerla de manera tranquila y sin prisas. Subió al aula luego de pagar y agradecerle a la señora por la fruta, se sentó en su lugar habitual—el cual era hasta al frente, cerca del escritorio—, acomodo sus cosas y se dispuso a comer su fruta mientras veía como sus compañeros que llegaban apresurados pedían la tarea, ella siempre había sido una persona responsable y cumplida pero como todos, era humana y cometía errores como olvidar la tarea, por suerte esta no fue una de la ocasiones.
Terminó su fruta y tiró la basura en su lugar, al ver que el profesor no llegaba aprovecho para leer un poco, la ayudaba a calmar sus ansias.
Mtro. — Buen día clase
Saludo mientras dejaba su portafolio en el escritorio y les daba una sonrisa nerviosa a sus alumnos, no era que estuviera preocupado por algo si no que lograba percibir la mirada de desaprobación de parte de I.
La clase comenzó con una breve explicación del tema para luego pasar a los ejercicios sobre este. Cuando todos estaban trabajando el profesor se acercó discretamente al asiento de I ya que ella estaba concentrada en resolver los ejercicios.
— Mis más sinceras disculpas I —susurro mientras se colocaba en cuclillas frente a ella— Se me hizo un poco tarde
I—... 30— dijo igual en susurro sin apartar la mirada de su cuaderno— Fueron 30 minutos
—Lo sé, lo lamento enserio, me he quedado dormido y no hay escusa para eso
Suspiro. Él era el profesor D y tenía un ligero problema para levantarse temprano por las mañanas, él y ella habían formado una buena relación maestro-alumna se consideraban amigos y se ayudaban en todo lo que podían, él tenía aproximadamente 30 años pero no lo parecía en absoluto en lugar de 30 parecía que apenas si tenía 25 a lo mucho 28 años pero definitivamente no 30, de hecho muchas veces ella se preguntó si en realidad tenía esa edad, y sí era cierto quería saber el secreto para lucir tan joven.
M— ¿Me perdonas?
I— Ya van 3 veces es esta semana... Pero bueno aquí usted es el adulto, ¿no?
Él soltó un pequeño gruñido como respuesta para luego asentir y levantarse a revisar a algunos alumnos que ya habían terminado.
Después de unas cuantas horas de clases llegó la hora del almuerzo, ella como siempre llevaba su almuerzo y usualmente lo tomaba en el salón ya que este se quedaba vacío y tenía la tranquilidad de leer sin interrupciones.
— ¿Qué es lo que lees I?
Pregunto divertido J un chico estudioso y amable que no le hablaba para nada a I , justo por eso a ella le pareció extraño que le hablara y más que supiera su nombre. Ella sabía el nombre de él, pero jamás imaginó que él supiera el suyo.
—Hola— dijo lentamente tratando de captar la atención de ella— Hey!
—Oh, disculpa... ¿Necesitas algo?
—Solo te pregunté qué era lo que estás leyendo— dijo sonriendo a manera de burla por ver qué ella estaba distraída
—Ah... Edgar... Edgar Allan Poe
—Ya veo, jajá. Bien un placer charlar y... Deberías socializar más I
—Claro
Dijo confundida por la actitud de su compañero, más no le prestó atención ya que solo pensó que la estaba molestando, además él no era nadie para darle consejos. Ella estaba bien de esa manera, no quería interesarse en ninguna amistad o amorío por el momento y la verdad no veía nada de eso en un futuro.
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Las etapas del enamoramiento
De TodoTodos saben, todos sabemos que el amor es el peor de los males no solo por qué no tiene cura si no por qué no hace tengas una idea errónea de las personas. El amor nos ciega, ¿cuántas veces no hemos escuchado eso? El amor cambia la perspectiva de un...