Capítulo 2

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-No me lo esperaba—Espero que lo hayas disfrutado porque este fue un regalo el siguiente te lo tendrás que ganar—Dice Grecia mientras recogía las flores.

Al pasar un rato fueron a un lugar cercano para comer, Axel descubrió las donas y ceno donas mientras Grecia se tomaba un café sin azúcar.

A lo lejos el padre de Grecia los observaba.

Duraron varias horas hablando en aquel lugar, al ser casi las ocho comenzaron a dirigirse a la casa de Grecia, al momento de llegar, el padre de Grecia se encontraba en la sala vistiendo una pijama de color negro y lo más resaltante era la lupa y la espada de Axel que se encontraba colocada en la mesa mientras la revisaba.

-Que sucede papa-Pregunta con un tono alto y confundido-.

-No dudo del poder de Axel, pero tener una espada como esta explica como pudo derrotar a unos orcos- Dice Jaime mientras toma la espada y se coloca de pie-.

-A que se refiere-Pregunta Axel, mientras sujeta con firmeza la caja de las dagas que había comprado-.

El padre de Grecia da un salto y apunta la espada contra Axel, el cual empuja a Grecia y la quita del camino, lanza la caja y las dagas salen de su envoltorio, Jaime mueve la espada y Axel esquiva, aquel corte toma las dagas que se encontraban cayendo, Jaime da un movimiento hacia arriba y la hoja de la espada es frenada por las dos dagas.

-Papá detente por favor—Dime Axel que intentas—Si usted continua tendré que defenderme señor, le recomiendo que se detenga—Eso no pasara joven-.

Jaime comienza a empujar y conecta una patada al estomago de Axel, la patada hace perder a Axel el equilibrio y cae cuando Jaime se dispone a dar un golpe mortal, Axel toca el piso gira y golpea con una patada la mano de Jaime lo cual hace que la espada caiga y Axel recupera el equilibrio lanza una de las dagas la cual se clava en la pared justo al lado del cuello de Jaime.

Jaime dirige su mirada a la daga que se encontraba clavada en la pared, y Axel usa esos pequeños segundos para ponerse de pie y con la otra daga colocarla en el cuello de Jaime.

-hechizo, Mano de tormenta- Axel se prepara para atravesar el pecho de Jaime-.

-Perdóname Axel, sabía que no aceptarías pelear contra mi si te lo pedía—Dígame antes de que lo mate, ¿que intenta? -Dijo Axel con una voz sombría—Axel detente por favor-Dice Grecia-.

Axel baja la daga, desactiva el hechizo y se aleja unos pasos-Ahora quiero explicaciones-Dice Grecia, mientras señala a su padre-.

-Tenía un par de dudas, la primera como un niño pudo enfrentarse a un orco y salir victorioso y sin ningún rasguño, al momento de revisar la espada note que tenia un hechizo que la hace tener un filo impecable lo cual explicaría como cortaste como mantequilla la dura piel de un orco, pero enfrentarme a ti me demuestra que tienes un nivel de habilidad impecable aunque eres nivel cero tus sentidos están tan bien compenetrados con tu cuerpo que te permite reaccionar y atacar de una forma majestuosa-.

-Gracias por el alago, pero no era suficiente preguntar—Puede que sí pero, trabajaras conmigo a partir de ahora necesitaba saber de qué eres capaz—No me gustan tus juegos papá, me iré a cambiar-Grecia se retira de la escena-.

-Se que no te confías de tu poder y siempre vas con todo, pero considera que te van a tocar enemigos a partir de ahora que son mejores que tú en todos los sentidos- Dice Jaime mientras retira la daga de la pared-.

-Dure toda mi vida entrenando con mi abuelo que es nivel tres, se a lo que me enfrento-Dice Axel mientras levanta su espada-.

-Ya que mi hija subió, quiero decirte que eres el primer chico que trae a esta casa, para no decir el primer ser que tiene uso de razón que entra a esta casa aparte de ella y de mi, así que por favor no juegues con ella-Comenta Jaime, con un tono de voz serio y todas sus palabras se encontraban envueltas en una instinto paternal de protección-.  

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora