Mentira y Trampa

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No me doy Cuenta que estoy hiperventilando hasta que siento que respirar es todo un desafio. Escucho la voz del chofer del taxi. Pero no entiendo lo que dice. Me cuesta concentrarme. 

Pero lo menos que quiero es tener un ataque ahora. Me obligó a respirar y trato de meter aire por mi nariz y expulsaron por mi boca. Después de varias respiraciones al fin soy capaz de respirar y meter aire a mis pulmones.

-Señorita, ¿Se encuentra bien. Quiere que vayamos a un hospital? -El chofer me ve por el retrovisor y me incorporo para ver donde estamos. -Arranque pensando en que estaba huyendo de ese hombre que iba tras suyo,  Pero empezaba a arrepentirme al verla tan agitada. Me dio un susto de muerte -Dice el chofer algo asustado.  Quisiera sonreír por lo que dice, pero en estos momentos no creo poder hacerlo. -¿Donde vamos. Al hospital? -Vuelve a preguntar y yo niego.

¿Que hago? Estoy segura que el primer lugar donde mi tío me buscara. Será en mi casa y ahora no quiero ver a nadie de mi familia. Pero tampoco quiero hablar de esto con Gabriel. Sólo quiero a alguien que me comprenda.

Lorena.

Es irónico que sienta más apoyo en una persona llamada igual a la persona que en estos momentos siento que desconsco. 

Cuando siento que mis pulmones se llenan del aire suficiente para pensar con claridad le digo al chofer que me lleve a la empresa. Con suerte Lorena aun este ahí esperando a Raúl.

Con la única que puedo hablar y con la que me siento en confianza hablando de este tema es con Lorena.

El taxi se estaciona al frente del edificio en el que trabajo y espera pacientemente  a que pague y salga del auto. Por suerte tengo algo de efectivo en el bolsillo de mi pantalón.

Veo el edificio y me siento fuera de este mundo.  Siento que todo lo que creí conocer ya no está, ya no es lo que era y solo puedo pensar que todo esto es una mentira de la que no puedo escapar. Trato de pensar en lo que haré después de esto. Pero no logró ver más allá de este día. No se si algún día podré ver de nuevo la cara de mi madre. Ya ni se si podre llamarla mamá. Ahora para mi ella no es más que alguien que me crió por que no le quedó más opción.

Entro al edificio y casi no veo a nadie. Al fin y al cabo ya es muy tarde y de seguro casi todos se fueron a casa. Tal vez Lorena también se fue con Raúl. Pero no pierdo la esperanza de que aún este aquí.

Entro y subo al piso en el que ella y yo trabajamos. Y felizmente puedo ver que las cosas de Lorena aun están en su escritorio. Busco con la mirada si Lorena esta por aquí, pero no la veo.

—¿Kath?  —Escucho la voz de mi amiga y doy media vuelta.

Al verla no puedo controlar mis sentimientos y corro hasta ella, la abrazo buscando un poco de consuelo que tal vez no logra encontrar. Lorena duda un momento pero después de unos segundos de  inmediato me abraza.

—Kath ¿Que paso?  ¿Por que estas aqui? —Pregunta, pero yo siento que no puedo responder. El nudo que tengo en la garganta se hace cada vez más grande. Ella parece entenderlo.  —Ven, sentemonos —Me lleva hasta su escritorio y hace que me siente. Me da un basó de agua y espera paciente a que le cuente la razón por la que estoy ahí causándole molestias. Pero siento que si no saco esto Voy a ahogarme.

—Mi madre nunca me quiso, desde que supo de mi existencia quiso deshacerse de mi, ahora entiendo por qué nunca me dedico una muestra de cariño, porque siempre que hacia algo no le gustaba —Suelto sin controlar y ser conciente de lo que digo. Lorena escucha sin decir nada y se sienta a mi lado.

Unidos Por Ti (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora