Jereth.
— Esta será la última vez... — dije mientras me vestía.
— Eso dijiste la vez anterior, y la anterior a esa también. — decía recostado en mi cama mientras miraba al techo.
— Me duele hacerle esto a Astrid.
— ¿Por qué lo haces entonces?
Caminé en dirección hacia él y me senté al pie de la cama. — Porque te amo.
— La amas a ella también.
— Es un tipo de amor diferente, a ella la amo porque es mi mejor amiga, es como mi hermanita menor, a la que no quiero que le hagan daño; en cambio tú... eres mi media naranja.
— Dices que no quieres que lastimen a Astrid, sin embargo te sigues acostando con su novio a escondidas, ¿quién te entiende?
Lo hago, porque sé que ella no te ama.
Tomó su pantalón para empezar a vestirse. — Me iré antes de que tu amiguito ese regrese con mi novia.
— ¿Por qué sigues con ella? — pregunté.
— Para ocultar mi homosexualidad.
— ¿En verdad es necesario que estés con alguien del sexo opuesto para mantenerlo en secreto? ¿No puedes simplemente no tocar el tema, y ya?
— Soy muy impulsivo Jereth, y lo sabes. — acarició mis labios con su dedo pulgar lentamente, al mismo tiempo que su lengua lamía los suyos.
Tragué saliva. — Vete ya, podrían llegar en cualquier momento.
— Eso haré. — agarró su camisa y caminó hacia la puerta de salida. — Te escribiré luego, más te vale responderme.
— Sí, sí. Lo que digas. — rodé mis ojos y comenzó a alejarse. — ¡Jackson!
Se detuvo. — ¿Qué?
Corrí hacia donde estaba y le robé un inocente beso.
— Sólo era eso, puedes irte. — caminé de regreso al departamento.
1 am.
El molesto ruido de las llaves abriendo la puerta, acompañado de risas escandalosas hicieron que despertara. Me había quedado dormido en el sofá luego de que Jackson se fuera. Reconocí de quien venía esa risa al instante, definitivamente se trataba de Astrid y Eita.
Me di vuelta sobre el mismo sillón para intentar retomar el sueño, pero mis oídos seguían atentos a lo que hacían el par de tórtolos.
— ¿Pensarás en lo que te dije? — habló Eita.
— Créeme que lo haré.
— Con eso me quedo tranquilo, duerme bien.
— Igual tú, nos vemos en la escuela.
La puerta se cerró.
Sentí que Eita se acercaba silenciosamente a mí, seguramente para verificar que estaba dormido.
— ¿Qué es lo que debe pensar Astrid? — dije con mis ojos aún cerrados.
— No es de tu incumbencia.
— Si se trata de Astrid, claro que me incumbe. — me volteé. — Habla.
— Le dije.
— ¿Por fin te atreviste?
— No sé de donde obtuve el valor, pero sí. - se fue alejando de a poco. — Iré a dormir, buenas noches.
Astrid.
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Diamond Guy [Finalizada]
RomanceTodo este lío empezó cuando nuestros caminos se juntaron, cuando cruzamos miradas, cuando me enamoré. Mi vida iba bien, eso creía, hasta que te conocí. Ella. Es increíble como de repente llegaste a cambiar mi mundo por completo, descubrí que existe...