Capítulo 36

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—Volveré a la casa —suspiró ella.
No estaban demasiado lejos, así que ella podría volver sola perfectamente.

—No. Ya que estás aquí, quédate —dijo él decidido.

—Muy bien —murmuró.

Ahora que habían llegado a un acuerdo, podían seguir caminando. Buscaban con los ojos una pista, aún dudando de que el niño pudiera haber llegado tan lejos.

—Tú también debes de estar cansado —observó ___—. ¿Dónde has pasado la noche?.

Por unos segundos creyó que no iba a responder, pero al final él se encogió de hombros.

—En el cenador.

—Esas sillas de mimbre no deben de ser muy cómodas.

—No lo son. Tengo cardenales por todas partes. Tendrías que verme la espalda —añadió, sonriendo a su pesar, y haciéndola reír.

De repente, sus miradas se cruzaron, pero esa vez en los ojos de Zayn no había nada ni remotamente parecido a la ira.

—Ojala pudiera —murmuró ________ sabía que sólo estaban separados por unos centímetros, pero no se atrevía a acercarse más. Tenía que ser él quien tomara la iniciativa.

— ¿Me curarías? —flirteó él mirándola con un brillo peligroso en los ojos.

—Sí —dijo ella, conteniendo la respiración.

Sabía que podría curarlo de cualquier cosa si él la dejara intentarlo.Mientras lo estaba diciendo vio que el brillo de sus ojos desaparecía, reemplazado por la duda. Por un momento Zayn había olvidado, pero ahora todo volvía a ser igual.

— ¿Seguimos? —sugirió ella dándose la vuelta.

Durante unos segundos él no dijo nada y luego empezó a moverse.

—Tienes razón.

Ella lo miró de soslayo. Volvía a estar a la defensiva mientras le indicaba el camino a seguir, sin rozarla siquiera. Durante media hora siguieron caminando y cada vez se hacía más duro hasta que llegaron a un valle que vadeaba uno de los ríos.

—Tendremos que ir por aquí para cruzar el río. En esta época del año no debe de ser muy difícil. Ahora lleva muy poca agua.

____ se sentó en un árbol caído.

— ¿Tú crees que el niño habrá llegado tan lejos?.

—No estoy seguro, pero los niños hacen cosas sorprendentes —dijo observando la expresión asustada de ____—. No te preocupes. Seguramente lo encontrarán durmiendo en cualquier parte y esta búsqueda no habrá servido para nada. Charlie está cubriendo todo el terreno para asegurarse.

—Los padres del niño deben de estar angustiados.

____ podía imaginar el dolor de los padres e instintivamente, en un gesto que repetía cada vez con más frecuencia, se protegió el vientre con los brazos.

—Me imagino que darían lo que fuera por encontrarlo. Cuando lo encuentren, se pondrán a llorar como locos y después querrán matar al pequeño por habérselo hecho pasar tan mal —dijo burlón.

____ sonrió, que era lo que él pretendía.

—Supongo que hablas por experiencia —bromeo ella, imaginando que de niño debía de haber sido muy travieso.

—Supongo que mis padres lo pasarían mal conmigo cuando era pequeño —dijo Zayn riendo—. Especialmente cuando veníamos aquí a pasar el verano.

—Debes de conocer esto muy bien.

—Me pasaba los veranos explorando el bosque, el lago y los valles de alrededor. Este es uno de los caminos más fáciles, pero algunas de las rutas que exploraba hubieran hecho que a mi madre le diera un infarto —contestó Zayn con una sonrisa traviesa y evocadora.

— ¿Nunca se lo contaste?.

— ¿Se lo hubieras contado tú? Me habrían castigado y yo no tenía ninguna intención.

—Y yo que pensaba que nunca habías hecho nada malo —dijo ____sonriendo.

Zayn se encogió de hombros.
—Yo también he tenido mis momentos.

—Igual que todo el mundo.

Siguió un silencio incómodo en el que de repente se oyó el walkie—talkie. Zayn contestó y ____ contuvo el aliento esperando oír las noticias.

—Lo han encontrado. Parece que llegó hasta el granero de Riley y se quedó dormido. Se lo acaban de llevar ahora mismo —informó él aliviado—. Voy a decírselo a Louis.

____ no se había dado cuenta de la tensión que ambos habían sentido hasta ese momento. Ahora se sentían aliviados y ella, débil y temblorosa, miró al cielo para ver la luz a través de las hojas de los árboles. Era un lugar tan agradable que se hubiera echado a dormir.

—Ya están de vuelta.

La voz de Zayn interrumpió sus pensamientos.

—Supongo que nosotros también deberíamos volver.

Zayn la estudió, como si estuviera debatiendo algo en su mente y, de repente, pareció tomar una decisión.

—Dentro de un momento. Ven conmigo.

Que la invitara a ir con él a algún sitio la sorprendió y se levantó rápidamente.

— ¿Dónde vamos?.

—Ya lo verás —contestó Zayn sonriendo.

Intrigada, ____ lo siguió. En menos de diez minutos llegaron a un claro del bosque. Podía escuchar el sonido del agua saltando sobre las rocas y, cuando se acercó, vio un riachuelo en el que la luz del sol bailaba sobre la superficie del agua. ____ estaba hechizada.

—Es precioso —dijo bajito.

—Sabía que te gustaría.

Claro que le gustaba y le gustaba mucho más el mensaje que parecía estar enviándole. Aquel sitio era un lugar especial para él y que no compartía con todo el mundo. Que lo compartiera con ella llenó su corazón de esperanza.¿Por qué iba a llevarla a ese sitio si no pensara que había un futuro para ellos? Tenía que ser un signo.

—Gracias por traerme aquí —dijo con una amplia sonrisa.

Zayn hizo una inclinación de cabeza.

—De nada.

Volvieron a mirarse a los ojos pero, como por decisión mutua, ambos apartaron la mirada y ____ se quedó deseando que él cruzara los metros que los separaban y la tomara en sus brazos para terminar con el purgatorio en el que estaba viviendo.

Débilmente se sentó en la hierba, mirando por el rabillo del ojo cómo Zayn se apoyaba en un árbol y cruzaba los brazos sobre el pecho, observando el riachuelo.Se fijó en la sombra de su rostro. No era un hombre feliz. Lo que había ocurrido entre ellos había destruido su felicidad tanto como la suya propia.

—Daría lo que fuera por saber qué estás pensando —dijo ella.

Él giró la cabeza para mirarla.

—Tendrías que dar demasiado —contestó con una sonrisa burlona.

—Eso es cuestión de opiniones.

Quería acercarse a él, acariciarlo. Decirle que todo iba a salir bien. Pero no podía hacer nada de eso.

— ¿Qué me darías? —preguntó Zayn con curiosidad.

—Puedes poner el precio que quieras.

— ¿Aunque fueran malos pensamientos?.

—Si son malos pensamientos, seguro que se refieren a mí —replicó con una tristeza que hizo que Zayn frunciera el ceño.

— ¿Eso es lo que crees?.

— ¿Me equivoco?.

—No del todo —concedió él solemne, colocándose en una posición más cómoda—. Tú eras parte de mis pensamientos, pero no de todos.

—La mayor parte, pero no los mejores, ¿verdad?.

—La verdad es que estaba pensando en cómo se ilumina tu cara cuando te ríes. Tus ojos brillan como zafíros —declaró él con una voz tan ronca que su corazón dio un vuelco.

El prometido de mi hermanaWhere stories live. Discover now