Mi mejor amiga|Duki [COMPLETA]

-᥀Capítulo 9

Pienso disparar si tocan a mi caramelo

A

ntes de decirle que a mi también me hubiese gustado serlo en algún momento, me fui adentro. No quería que llegara conmigo, quería darle el portazo en la cara así que ¿Que hice? Trabé el ascensor cosa que tenga que esperar el otro o bajar por las escaleras
Anto: 1
Mauro: 0

Cuándo llego veo la puerta abierta, no se si la cerré o no pero bueno. Entro y esta Ecko adentro, no mierda

–Vine a buscarte amor...¿Que haces así?–. Me preguntó, pensá Antonella pensá...

–No nada, salí afuera a armarme uno nada más

–Bueno pero parece que estuviste llorando ¿Te paso algo? ¿Estas bien?

No no estoy bien, no te quiero a vos quiero a Mauro. Pero me acaba de decir cosas horribles y yo a él, si nosotros no hubiéramos arreglado para vernos hoy al menos seguiría siendo su amiga o quizá estaríamos cogiendo, así que no Ignacio, no estoy bien

–Sisi estoy bien Nacho no te hagas problema, pero te vas a tener que ir porque hoy no puedo, ¿Perdóname si?

–No hay problema beba.–No me digas beba, Mauro me dice beba. –Quédate con él que te hizo los chupones

Ah, otro pequeño detalle que me olvidé.

–Si, perdón por eso, fui yo–. Habló Mauro viendo todo desde la puerta. En este momento lo odio tanto.–Hola Eckito, tranka no paso nada tu putita te es fiel, a diferencia tuya

"A diferencia tuya"
¿Que?

–¿A diferencia de que?–. Pregunté en una mezcla de alterada y confundida

–No me corresponde decirte eso Anto, nos vemos

–¿De que carajo habla Mauro Ecko? ¿A diferencia de que?–. Volví a preguntarle

–No te incumbe

–Si, si me incumbe

–Estoy re tomado para explicarte–. Es verdad, arrastra las palabras, y Ecko es un tanto forro cuando se pone en pedo

–Me importa tres carajos, explícame

–Te dije que no

–¿Sabes que? Si ya se lo que me vas a decir, porque no me lo decís y ya

–Porque no quiero, déjame tranquilo ya

–Estas en mi casa, ándate

–No

–Sos un estúpido, no quiero que vuelvas a hablarme nunca mas, ya no quiero este grado de toxicidad, me hace mal

–¿Me estás dejando? Si vos sabés que en una semana vamos a volver

–Capaz que si, pero ahora no quiero verte Ignacio, ni siquiera sos mi novio, solamente sos lo peor y un estúpido de–. Empecé a insultarlo para que se vaya pero un golpe seco hizo un silencio en el lugar, me había pegado.

Me dió una cachetada que me dió vuelta la cara dejándola toda roja, lo miré y no parecía arrepentido, retrocedí por su mirada. No era él, esta vez sí me daba algo de miedo

Narra Mauro:

Estoy al lado del ascensor esperando que Ecko se vaya para ir a hablar con Antonella, no me gustaría la idea de perderla, aunque no se bien que somos, en realidad si, si se lo que somos. Que yo quiera que seamos otra cosa es distinto, estoy con el celular y escucho unos gritos desde su departamento. Esta llorando

–¡Soltame ya Ecko basta!–. Escuché desde de adentro, caigo en desesperación cuando no puedo abrir.

Terminé por haber roto la puerta, al entrar veo a Ecko sosteniendo con una mano sus brazos mientras le pega en el estómago y la cara. Ni siquiera lo pensé dos veces que lo agarré por la remera tirándolo al piso, lo golpeo dejándolo atontado. No se va a levantar por un buen rato, agarro a Anto que estaba en el suelo entre mis brazos y le pongo una remera larga para cubrirla un poco, la saco de ahí y la llevo al auto

–Ya vuelvo princesa–. La dejé con cuidado en el lado del copiloto

–Mauro, Mauro perdón por no haberte escuchado tuviste razón siempre soy una tonta, quédate conmigo Mau por favor–. De verdad que me rompió el corazón verla llorar por culpa de alguien que por más que me lo niegue, quiere

–Eu, eu ya está eso, ahí vuelvo no te va a pasar nada, espérame acá beba

–No tardes amor

"Amor" Me dijo amor. Que lindo que lo dice, pero más lindo que me lo haya dicho a mi.

Voy hasta su departamento y veo a Ecko que se está yendo. Lo agarro de la remera otra vez para empezar a pegarle, él no puede moverse, así que no estaría siendo una pelea justa. Pero yo no quiero pelear con él, quiero matarlo

Trato de calmarme, Antonella me está esperando en el auto así que tengo que ir rápido

–La volves a tocar o a hablarle, y pobre de vos, porque TE JURO QUE TE MATO–. Le di el último golpe causando que se cayera, ni siquiera me molesté en fijarme si se levantó o no, entré a guardar un par de cosas que puede necesitar en uno de sus bolsos para después de agarrar las llaves del auto de Alejo cerrar la puerta e irme

Tenía miedo, obvio que tenía miedo. Una de las personas más importantes para mi estaba sufriendo hace rato, y como tarado que soy nunca entendí que no necesitaba que me enojara, necesitaba que la entienda o ayude. Y fue exactamente lo que no hice