Mi mejor amiga|Duki [COMPLETA]

-᥀Capítulo 7

Me odia y me ama

Como ninguno mostró señales de querer parar, me agarró de la cintura e iba bajando la mano. Yo me terminé de dar vuelta quedándome sentada arriba suyo con las piernas a cada lado.

Nos acostó quedando él arriba, cuándo empezó a besarme el cuello y seguro marcándome pude haberlo parado para decirle que yo seguía en algo con Ecko, pero me dejé llevar sin saber las consecuencias después

Me sacó el short mientras me deshacía de su pantalón, cada movimiento que hacía, cada vez que sus manos hacían contacto en mi cuerpo, me daba una corriente eléctrica

Mierda, que lindas manos tiene, que bien que sabe besar. Pero no, es mi amigo, es mi mejor amigo, y yo tengo a Ecko, aunque no seamos nada estable o seamos unos tóxicos

Al parecer él se da cuenta de lo que estamos a punto de hacer porque para mientras se levanta de golpe de la cama

Se pusó el pantalón y empezó a dar vueltas por la pieza un rato. Después de estar un rato así me miró, parecía que estaba teniendo una lucha interna en decir algo tranquilo o explotar

Terminó explotando y yo también

–Mierda Antonella, ¡Por que loca! ¿ME DECÍS POR QUE? ¿POR QUE NOS PASÓ ESTO? ¡SE SUPONE QUE SOMOS MEJORES AMIGOS! Y ME DOY CUENTA QUE TE TENGO UNAS GANAS TERRIBLES

–¿TE PENSAS QUE SOS EL ÚNICO AL QUE LE PASA ESTO? ME TENES RE MAL LOMBARDO, NO SE QUE CARAJO ME PASA CON VOS, ¡Y DEJA DE GRITAR!–. Grité, nos quedamos un rato callados hasta que me levanté, seguía enojado. Me puse solamente una remera larga y caminé hasta la puerta

Pero otra vez volví a sentir esa estúpida corriente cuando nuestros cuerpos chocaban, me estaba besando de vuelta pero esta vez se notaba que era con enojo. No se para que me besa si esta enojado

–¿Que no te das cuenta que sos la única que puede calmarme?–. Susurró mientras se separaba

¿Que carajo nos estaba pasando?

Fui a la cocina con él atrás siguiéndome

–Página de mierda–. Se rió con un poco de bronca y se sentó en una de las sillas

–Pero bien que vos tuviste la idea de entrar

–Yo quería entrar, pero no en Internet–. Me reí y él hizo lo mismo

–¿Café o...?–. Le pregunté

–Sinceramente me quiero fumar un porro

–Bueno ahora vamos arriba, te voy a matar–. Lo amenacé cuando me acordé de marcas en mi cuello

–¿Por?

–Me hiciste tremendos chupones Mauro

–Bueno, deci que te los hizo Ecko

–¿A él que le digo?

–Que te los hizo... Lit, los vi juntitos

–¿Y como pensas que se lo va a tomar?

–Que se yo, no tiene que ni preguntarte, si es tu ex–. Comentó con obviedad, me quedé callada. Ups pequeño detalle. –Antonella, ¿Es tu ex no?

–Eu pero no te enojes–. Respondí, él se levantó sacando un porro de su bolsillo y salió. –Dale Mauro no te enojes

Lo seguí, me importa muy poco lo que digan si me llegan a ver así, con solo la remera tapandome siguiendo a Mauro. Llegué hasta la terraza donde empezó a fumar, se lo quité de la mano y empecé a fumar yo.

Aunque me miraba mal por quitarle de la mano lo que estaba fumando, seguía sin hablarme. Me lo sacó de la mano y así sucesivamente, en una le tiré todo el humo a la cara a lo que sonrió pero enseguida cambió su sonrisa por una cara de orto increíble. No me iba a hablar lo sabía, sabía que el hecho que este con Ecko le molestaba, siempre le molestó

Pero esa molestia con él cambió a un enojo conmigo cuando le conté que una vez Nacho me había levantado la mano y no hice nada. Esa vez se quiso meter pero le dije que no lo haga

No se si era enojo, preocupación o sobre protección. Pero me molestaba que no me entienda ahí y que se enoje. Le saqué de golpe el porro de la mano y se lo tiré a la calle

–Anda a buscarlo ahora, forro, no te voy a andar rogando para que me hables cuando sos vos el que no me entiende–. Solté un poco enojada

–Es increible como das vuelta las cosas, vos no te das cuenta de la relación violenta que estás teniendo y encima sos la que se enoja, chupame la pija Antonella

¿Loco por qué se metía tanto en mis relaciones?

–Quédate tranquilo, me voy a chupar una pija, pero la de Ecko, no la tuya

–Que se yo si es la mía, la de Ecko o la de Monzón, si sos tremenda puta, te moviste a todos