Parte 5

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Los cálidos rayos del sol me saludaron por la mañana, creando destellos sobre mi rostro dormido. Abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la tenue claridad que se filtraba a través de las cortinas.

No pude evitar sonreír cuando me di cuenta de donde me encontraba. Los sucesos de la reciente noche permanecían grabados en mi memoria y en mi cuerpo. Por un instante pensé que se trataba de un bonito sueño, pero desperté en la cama de Levi, y las sábanas revueltas lo confirmaban absolutamente todo.

Jamás pensé ser correspondido, y mucho menos poder liberar mis sentimientos. Recordaba cada caricia, cada beso, cada sensación y el amor inmenso que nos transmitimos durante toda la noche. Busqué a Levi a mi lado, pero no estaba allí. Preguntándome a dónde habría ido, me incorporé con pesadez, pues estaba muy cansado, y un bostezo escapó de mi boca cuando mis pies tocaron el suelo.

Unos súbitos gritos procedentes del exterior atraparon mi atención. Mis sentidos se alertaron inmediatamente tras escuchar el ajetreo que llenaba las calles de la ciudad. No entendía por qué la gente estaba tan alarmada, aunque en verdad solo me importaba encontrar a Levi.

Me vestí lo más rápido que pude y corrí escaleras abajo, cada vez más exaltado. Pero justo cuando iba a alcanzar el picaporte del portón, la voz de Levi me detuvo.

—Será mejor que te quedes aquí.

Sentí cómo la calma regresaba, permitiéndome respirar con tranquilidad.

—Solo estaba preocupado por usted —confesé regalándole una sonrisa sincera.

Me sorprendió ver que su rostro estaba tenso, pero su mirada cambió conforme se acercó. Se quedó observándome con dulzura, y me instó para que me agachara, acortando la distancia que nos separaban por la diferencia de altura. Depositó un tierno beso en mi frente, lo que provocó un notable rubor en mis mejillas.

—Tranquilo, todo está bien —susurró sin despegar sus labios.

Era tan feliz que no podía dejar de sonreír. Entonces me acordé de la razón por la que me había asustado tanto.

—¿Sabe qué ocurre ahí fuera? —pregunté, señalando con un ligero movimiento de cabeza.

Su rostro volvió a ensombrecerse y apartó la vista a un punto perdido en el suelo antes de responder.

—Al parecer, la ciudad de Shiganshina fue arrasada anoche. Se ha corrido la noticia y se ha formado un gran alboroto en las calles —me miró, esa vez con un brillo peculiar en sus ojos, para luego cerrarlos con fuerza y apretar los puños. Parecía consternado—. Recibí un comunicado de parte del comandante Erwin... el Ejército me reclama.

Fue como si un enorme peso cayera encima de mí, aplastando mis sentimientos y exprimiéndolos al máximo hasta que no quedara nada de ellos. Levi llevaba varios años retirado, ¿por qué le citaron esa misma tarde? Sin duda, la situación debía ser bastante grave.

 .

Después de pedir e insistir varias veces, conseguí convencerle para que accediera a dejarme acompañarle. Utilizó como excusas el ambiente, demasiado abatido afuera, además del frío y la nieve, pero aún así no desistí. Por suerte, y aprovechando que por la confusión nadie se fijaría en mí, pude abrigarme.

Caminamos por las calles empedradas uno al lado del otro, a una corta separación entre nuestros cuerpos. Contuve el impulso de darle la mano mientras, pues sabía que debíamos guardar las apariencias para no atraer miradas indeseables. Sin embargo, había algo en Levi que me desconcertaba. Sería su ceño fruncido o su paso acelerado, pero algo en él reflejaba que ocultaba algo importante. Quizás no me había contado toda la verdad acerca de lo que estaba ocurriendo.

OLD El sabor de tus lágrimas 「SnK - Riren」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora