Las semanas transcurrieron con normalidad y lo que pasó aquella tarde quedó en el olvido, aunque noté cierto comportamiento diferente en Levi desde entonces. Al principio le resté importancia, me negué a pensar en ello. Hasta que volví a sentir la misma calidez, mucho más intensa, originando una tormenta de emociones en mi interior.
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Faltaba poco para la Navidad, una de las festividades más antiguas que los humanos todavía celebraban como tradición. Al parecer a Levi le disgustaba esa fiesta, así que apenas mostraba interés en decorar la casa con los adornos típicos como hacían los vecinos. Sin embargo, le gustaba la comida y otras cosas que se vendían en aquellas fechas tan especiales, por lo que un día salimos de compras.
El mercado de Navidad era inmenso, y había tanta gente que una vez dentro, el frío no significaba ninguna molestia. Las personas gritaban, compraban en los distintos puestos y discutían precios con los vendedores, creando un constante zumbido a mi alrededor. Las voces, los aromas, los colores; todo captaba mi atención, haciéndome sentir más vivo que nunca.
De improviso, sentí una mano tomar la mía con fuerza. Estaba fría a causa del helado clima de invierno, pero me pareció increíblemente cálida al mismo tiempo. Fue Levi, quien me miró con una expresión de clara molestia. Era obvio que el ajetreo, la sobredosis de alegría y espíritu navideño, y el constante alboroto, eran difíciles de asimilar para él.
—No te separes de mí —dijo muy serio, y me arrastró al corazón del huracán.
Compramos bastante comida, en especial productos complicados de conseguir durante el resto del año, pero que en época navideña se encontraban en oferta. Había puestos repletos de dulces tradicionales con una pinta deliciosa, aunque Levi no quiso acercarse a ninguno y no pude probar las muestras que daban las dependientas. Solo compró un postre, muy sencillo y que no parecía estar tan rico como los demás, pero no podía quejarme porque era para él.
Al fin y al cabo, yo solo era un robot.
—¡Ey! ¡Levi! —escuchamos una escandalosa voz cuando salíamos de la plaza por una de las calles. Levi se detuvo y miró hacia atrás, buscando a la persona que le había llamado.
Una mano se agitaba de un lado a otro por encima del gentío, y un instante después apareció una mujer. Era alta y llevaba su melena castaña recogida en una cola de caballo. Sus ojos nos observaron abiertos como platos a través del cristal de sus gafas, y una enorme sonrisa apareció de pronto en su rostro. Entonces abrió los brazos haciendo el amago de estrechar a Levi, pero este la apartó.
—¡Ni se te ocurra hacer eso, estúpida cuatro ojos!
—Joder, Levi, tanto tiempo sin vernos y ¿es así como me saludas? —se quejó la mujer cruzándose de brazos—. ¿Cuántos años hace que no nos veíamos? ¿Tres?
—¡Solo dos! —exclamó Levi.
—¿Dos? —cuestionó pensativa para después empezar a reír a carcajadas—. Es verdad, para que veas lo mucho que te he echado de menos.
Y siguió riendo. Yo no entendía mucho acerca de la conversación, aunque supuse que sería una amiga de Levi. Extrañado, le miré en busca de una explicación, sorprendiéndome al ver lo cabreado que estaba.
De improviso, la risa de la mujer se apagó, y me di cuenta de que había reparado en mi presencia. Estaba completamente seria, analizándome de arriba a abajo, como si fuera un raro espécimen que quisiera coleccionar. Luego, se colocó las gafas y me dedicó una abierta sonrisa.
—¿Y tú quién eres? —preguntó alegremente.
No podía creerlo. En toda mi existencia nadie me había preguntado mi nombre excepto Levi, por lo que me sentí incómodo. Queriendo contestar lo antes posible, comencé a balbucear sílabas sin sentido ni concierto.
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OLD El sabor de tus lágrimas 「SnK - Riren」
FanficOLD VERSION. Esta historia está editada y corregida 7 años después de esta publicación. Os invito a buscarla en mi perfil con el mismo título. Siglo XXIX, época en la que la humanidad logró grandes avances en todas las ciencias. Pero el mayor avance...