Parte 4

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Al día siguiente, Levi permaneció en su despacho a puerta cerrada, y solo me llamó al medio día para que le llevara la comida.

Me sentía cohibido. El recuerdo de lo sucedido esa noche me perseguía a todas partes, en cada momento, y devolvía a mis labios el dulce sabor de su boca. Incapaz de retenerlo, me quedé anonadado frente a su estudio, respirando con dificultad y rogando por apartar esos pensamientos. Pero el universo disfrutaba conspirando en mi contra, y la puerta se abrió dando paso a Levi, que me miró en silencio durante un instante.

—¿No pensabas entrar? —dijo, haciéndose a un lado para dejarme espacio. Parecía cansado, pues su voz sonó áspera y tenía los hombros caídos.

Advertí que mantenía su mirada fija en mí, obligándome a clavar la vista en mis pies, los cuales me llevaron inconscientemente hasta depositar la bandeja en la mesa. Justo entonces, Levi se colocó a mi lado y tocó mi mano.

Fue solo un leve segundo antes de que yo me apartara, pero suficiente para hacer que mi pulso se acelerara a la vez que un escalofrío recorría mi espalda.

—Eren, creo que deberíamos hablar sobre...

—¡No! —exclamé demasiado inquieto, y maldije al sentir cómo mis mejillas se encendían—. No es necesario que se moleste en algo así, no significó nada —aclaré, fingiendo una sonrisa e ignorando el daño que mis propias palabras me hicieron por dentro.

—Pero...

—Le dejaré trabajar —dije mientras caminaba rápidamente. El aire de la habitación comenzaba a hacerse difícil de respirar.

—Eren —dijo cuando estaba girando el picaporte. Me detuve, esperando que no volviera a mencionar el tema del beso—, esta noche tengo una cena importante, así que ocúpate de avisar un transporte que venga a recogerme.

Me sorprendió que no insistiera en hablar conmigo, o al menos que no lo intentara una vez más. A pesar de que me sentí aliviado, un lado de mí estaba decepcionado al comprobar cómo Levi lo olvidó tan pronto. Aquello quería decir que estaba de acuerdo con lo que dije, que no significó nada, y me dolió.

El resto del día avanzó más lento de lo que hubiera deseado, con los recuerdos de nuestro beso latiendo en mi memoria a cada instante.

Ojalá tuviera incorporado algo capaz de bloquear todo esto—pensaba mientras barría la planta baja—, algo con lo que eliminar todos estos extraños sentimientos que no me dejan en paz. Sí, eso sería tan fácil... también podría reprimir los recuerdos del pasado, como el último sueño... aún no logro encontrarle la lógica.

Sin previo aviso, me encontraba imaginando las suaves manos de Levi acariciando mi espalda, sus labios besando mi cuello, su lengua explorando el interior de mi boca tal como lo hizo antes... deseaba probar sus besos de nuevo.

¡Pero en qué estoy pensando!—me grité—. ¡Para de tener fantasías con Levi! Eso nunca pasará... Nunca volveré a sentir sus excitantes y tibios besos... ¡Agh, ya para de pensar eso, iluso hubot!

 .

Mientras mis pensamientos contradictorios discutían, la noche cayó sobre la ciudad en un manto de fría y absoluta oscuridad. Ni siquiera las luces de los altos edificios y los locales nocturnos podían aplacarla.

Levi se vistió con un elegante traje negro adornado con un pañuelo blanco anudado al cuello de su camisa, que le aportaba un aspecto mucho más distinguido. Verle así, dispuesto a marcharse a una fiesta en donde, sin duda, varias mujeres hermosas entablarían conversación con él, me hacía sentir intranquilo, y el nudo de mi garganta pareció apretarse.

OLD El sabor de tus lágrimas 「SnK - Riren」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora