ADICTOS AL FUEGO

Capitulo XIII

Confieso que terminar con Matías me dolió demasiado, sentí que era una tonta, y lo era, él sólo intentaba sacarme de un agujero negro que me estaba consumiendo, a pesar de todos mis problemas siempre estuvo allí, para mí. Le rompí el corazón, él pensaba que quizás no había olvidado su falta de la fiesta, pero no fue por eso, simplemente no quería que terminara cayendo en este agujero negro conmigo. Y no sé que clase de lógica me apoye, pero sentí que era necesario, era un gran chico y yo una niña con miles de problemas.

Llorar no servía de nada, pero era lo que más hacía, empecé a fumar, ahora entiendo porque las mujeres adultas en tiempos de depresion lo hacen, es como liberarse, el humo, era como una terápia que me relajaba. En ese tiempo me sentí más sola que nunca, no tenía familia, o bueno; tenía unas personas con las que convivía, pero ya no era una familia. Me sentía colapsada, mentalmente, emocionalmente, y hasta fisicamente, porque no comía, y empecé a adelgazar aun más de lo que estaba.

Una cosa aprendí en aquellos días, y era que en verdad entendí que la unica persona a la cual le importaba verdaderamente, era a Matías, y yo mísma, con toda convicción y argumentos absurdos, lo saqué de mi vida cuando el menos lo esperaba. Y aunque me dolió demasiado, os digo que le hice un bien, o al menos eso pienso yo.

Un día fui a buscar a la tal Camila a su facultad, y hablé con ella, le dije que tenía luz verde para conquistar a Matías, que toda la universidad sabía que ella moría por él, y que no me importaba lo que había pasado, que no le odiaba, que la consideraba una chica hermosa, y que esperaba que tuviera la capacidad para hacerlo feliz.

-yo sé que tu y yo no serémos nunca amigas, pero quiero que sepas que ese chico en común que ambas adoramos, se merece ser feliz, la ha pasado muy mal por mi culpa, y quizás tu le repares.

-Alba, Matías te ama a tí, yo sólo fui una chica que se le apareció en una noche de tragos, te aseguro que sin licor él no me hubiese dado ni un beso.

-con licor o sin licor te hubiese hecho el amor de todas formas, nada es casualidad Camila, así como yo lo conocí un día y fue hermoso, quizás tu viniste a españa porque el destino quería que se conocieran, ya nuestro ciclo se cerró, quizás ahora tenga que empezar el de ustedes.

-¡estas loca niña! No debiste terminar con él.

Camila fue honesta, me dijo cosas que yo ya sabía, pero yo también fui honesta, bueno la verdad no lo sé, me estoy volviendo loca, lo amo demasiado, pero no quería que mi vida dañase la suya, porque sabía que él estaría dispuesto a todo por mí, tanto que así le hiciera daño seguiría conmigo, yo sólo evité eso.

Camila podía decirme que yo estaba loca, pero cuando hablé con ella me dí cuenta que en el fondo le agradaba saber que Matías estaba sólo. Yo sabía que era cuestión de tiempo para que ellos se encontraran otra vez. Y estaba preparada para oír los comentarios que me confirmaran eso. ¿Y que iba a reprochar? Si yo mísma lo lancé a sus brazos. A veces uno no sabe lo que hace, pero yo en ese momento sentía que lo sabía, quería que el se alejara completamente de mí y que intentara ser feliz con Camila.

Alba tenía razón, Camila seguía esperando la oportunidad de que algún día Matías y Alba terminaran y que por algún motivo, él la buscara, y así fue.

Un día en la biblioteca de la Universidad Matías estaba leyendo, cuando entró a la sala Camila con dos amigas a sentarse en una de las mesas cercanas a la de él. Él solo detuvo su lectura un momento para ver quienes eran, y al ver que era ella, de inmediato se acercó a ella.

-¡hola chicas! Cami ¿podemos hablar un momento? -le preguntó a una Camila completamente nerviosa porque no esperaba que él le hablara.

-¡claro! -respondió ella al levantarse un poco sonrojada.

-perdona si te sorprendí, creo que te debo una disculpa desde hace mucho tiempo, así que aqui estoy.

-no pasa nada Mati, fue una noche muy loca aquella, y ya ha pasado mucho.

-en serio lamento todo Cami, fui un tonto, no debí irme.

-¿no debiste irte? ¿Quieres decir que no te arrepientes de lo que estaba sucediendo? -preguntó Camila.

-bueno, te digo con sinceridad que no, fue un error no decirte aquella vez que tenía novia, que era algo serio, no lo dije y eso estuvo mal. Pero las cosas que hice contigo, bailar, besarte, y tocarte en aquella azotea, lo hice con toda intencióm aunque sé que estaba mal.

-¡vaya! Me sorprendes Matías.

-por eso quería pedirte así frente a frente, cara a cara, disculpas y decirte que lamento haberme ido esa noche sin haber terminado lo que empecé, porque fuí yo quien te llevo a esa azotea.

-no te preocupes, yo no me molesté esa noche, todos estabamos locos en esa fiesta, al final el alcohol puede hacer que cometamos locuras.

-bueno, creo que queda aclarado todo, me agradó verte de nuevo y hablar contigo.

-a mi también Matías.

-oye dirás que estoy loco y que un poco ciníco decirte esto, pero hace una semana mi ex terminó conmigo, y bueno Petardo, uno de los chicos estará de cumple el sabado, y le haremos una fiesta pero algo más íntima, sólo estaremos sus amigos mas cercanos, somos como una especie de Clan. -dijo Matías riendose un poco.

-¿te gustaría ir conmigo?.

-primero, ya sabía que tu y Alba habían terminado, y segundo, cĺaro que iré contigo.

-¿que? ¿como sabías eso?

-ella vino a mi facultad a hablar conmigo.

-¡oh! No se si Alba esta loca, pero eso es algo que jamás pensé que sucedería.

-tranquilo, no pasa nada, nosotras las mujeres tenemos distintas maneras que los hombres de resolver nuestras frustraciones.

-ya veo. -dijo Matías con una cara de sorpresa increíble-.

-bueno, entonces ¿estamos para el sabado?

-sí, me llamas para que me busques en mi residencia, tú sabes que yo no tengo auto.

-tranquila, te llamaré para buscarte.

Es raro entender como funcionan las cosas, y más raro era ver como rapidamente estaba sucediendo lo que había pensado Alba, un encuentro repentino entre Camila y Matías, se acercaba el cumpleaños de Petardo, todo conspiró para que estuviesen juntos de nuevo otra noche.