El Diario de Suga - Yoonmin- [TERMINADO]

CAPITULO 26

-pobre de ti, Namjoon, si te sobrepasas con mi hermano -lo mira Yoongi-

Nam se acerca lentamente a Jin y este sólo cierra sus ojos. El menor le regala un pequeño beso en la frente y debajo de sus labios.

Todo iba bien; sin embargo Suga abrió sus ojos como platos al ver que Jin se inclinó hasta alcanzar los labios de Nam Joon, sellando un largo beso. Los demás chicos se quedaron con la boca abierta y yo estaba pensando en lo loco que se pondría Suga

-¿qué acaban de hacer ustedes dos? ¿Jin, porque lo besaste?

-hermano, es que... estoy saliendo con Namjoon

-¿disculpa?

-Yoongi, Jin y yo estamos saliendo desde hace unas horas, no quisimos decirte por -pero Min no lo dejó terminar-

-¿o sea que estabas saliendo con él y no me lo dijiste, Seokjin? soy tu hermano, ¿no podías confiarme esto si quiera?

-Yoongi no te pongas así, ¿a caso Jin no puede estar con alguien?

-¿te pondrás a favor de ellos? No estoy molesto porque salgan, estoy molesto porque Jin estuvo de acuerdo en mantenerlo en secreto

-Yoongi... -noto como Jimin posa su mano en los hombros de este, como dándole un espacio para que lo piense-

-¡bien! no haré esto mas largo, Seok Jin; pero Namjoon, si le haces daño a mi hermano declararte hombre muerto

-esta bien, cuñado -ríe-

-¿cuñado? ¡Ja, qué descaro! nadie me había llamado así antes

-para todo hay una primera vez, Suga -ríe Tae-

-anda, anda, gira la botella, Yoongi -dice Hoseok, él ya se había puesto cómo para la mini pelea que se formó-

-yo le pregunto a Tae -Yoongi me mira y noto algo raro en él, ¿está queriéndome decir algo?-

-reto, estoy dispuesto a hacer lo que sea

-te reto a que juntes tu nariz con la de Jungkook por 10 segundos

-¿qué? ¿pe-pero... y si Jungkook no quiere? -él voltea a verme y yo sólo bajo la mirada, ¿Jimin le contó lo de esta mañana a Yoongi?-

-está bien, si es un reto...

Esperé hasta que los chicos cuenten hasta 10, ya iban en 5, ¿por qué cuentan tan lento?
No sé de dónde quité mis nervios y pude rozar mi nariz con la de él; noté su respiración agitada y tenia sus ojos clavados en mí, no podía más, no podía mirarlo a los ojos, cada vez que lo hacía sentía esas mariposas en la barriga, deberían llamarse mariposas asesinas.
Decidí cerrar los ojos, al menos se tranquilizaron, pero lo que ahora me quiere matar es el corazón, me esta latiendo a mil; no puedo negar que me gusta esto, pero él, ¿cómo se sentirá él?

.

Ya entendí a lo que se refería Suga con "el plan", vaya que lo estoy disfrutando, ver sus tiernos ojos y su pequeña sonrisa de nerviosismo, acaricio su cabello y parece tranquilizarse al cerrar los ojos. Los chicos ya iban en 8, ¿por qué cuentan tan rápido? me quedaría así por mucho tiempo más

Entonces justo antes de que digan 10 sentí que alguien detrás de mi me empujó hacia Jungkook y vi que otra persona también lo empujó a él

.

Sólo duró unos segundos, los dos segundos más confusos, tiernos y mágicos de mi vida, ¿qué paso? alguien me empujó hacia él, pude sentir sus labios ¡por fin! pero frente a todos

-¿que-que pasó? -pregunta Tae, todos están sentados como si no hubiera pasado nada

-¿quién me empujó?

-vamos, no estamos para bromas ¡dígannos quién fue!

-yo vi claramente como Tae tomó a Jungkook y lo besó -responde Jimin-

-¡claro que no! Jungkook besó a Tae

-¡ninguno! ¡alguien me empujó!

-a mi también, ¿por qué no nos dicen?

Está claro que aquí los culpables eran Yoongi y Jimin, ¿se estaban burlando de mí a caso? otra vez no, no quiero que mis amigos se vuelvan a burlar de mi como en los años pasados

-dejaré la broma por esta vez -dice Tae ahora riendo- pero no lo hagan de nuevo, ¿entendido parejita? -al parecer se dio cuenta de quiénes eran

-me dio algo de sueño, sigan jugando ustedes, yo me voy -digo mientras me paro y me dirijo a la puerta

-¿Jeon, estás bien?

Después de escuchar la pregunta de Tae sólo asentí y me fui.

Era de noche, eso de las 10:30, subí al ascensor y aplasté el botón del primer piso. Me dirigía al patio de atrás, era como un mini-parque y en una esquina había un árbol gigantesco, caminé hasta ahí despacio aunque la llovizna ya había humedecido parte de mi camisa. Me senté a sus pies y admiré las grises nubes y el liviano olor de la tierra húmeda. Necesitaba pensar.