Capítulo 1: Contrarreloj

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Londres, 2024.

La oscuridad reinaba en aquella residencia la madrugada de diciembre. Dos adolescentes bajaban lo más rápido que podían aquellas escaleras, procurando tener cuidado a su paso para no tropezar con nada, haciendo que el eco de sus pisadas fuera lo único que se escuchara en la casa.

—Tenemos que darnos prisa. —Le dijo James a su hermana, tomando una manta al tiempo que se la colocaba a su pequeña hermana de cinco años, quien era cargada por Lily.

—¿A dónde vamos? —Preguntó la más pequeña al tiempo que se tallaba los ojos, soñolienta.

—¿Crees que se den cuenta pronto? —Quiso saber insegura la chica, verificando por la ventana que nadie estuviera cerca, notando las calles vacías del lugar.

—Papá está fuera de Londres en una misión y mamá hará doble turno esta noche en San Mungo. —Le explicó mientras tomaba las llaves de la camioneta de su madre, sabiendo con seguridad que su plan saldría a la perfección. Tomó una mochila que se encontraba cerca de la puerta y salieron los tres rumbo a la camioneta, colocando a Jean en una pequeña silla en el asiento trasero.

—¿Cuánto tiempo nos tomará llegar? —James negó mientras encendía el auto.

—No lo sé. —Reconoció. —Pero nos dará tiempo de perdernos del radar de Kreacher y papá un par de horas. —Agregó mientras salían de casa y tomaban camino al Valle de Godric. —Probablemente nos tome una hora y media si volamos. —Le explicó serio, concentrado en el camino.

—¡Tengo sueño! —Se quejó la menor desde el asiento trasero, abrazando aquel peluche de hipogrifo que Harry le había dado a Lily de pequeña.

—Puedes dormirte. —Decía su hermana mientras extraía de una mochila una pequeña manta y se la pasaba a la niña. Minutos después, Jean se dejó vencer por el sueño; la morena la miró preocupada. —¿Crees que estemos haciendo lo correcto? —Preguntó de repente, observando a su hermano manejar.

—¿Tienes una mejor idea? —Le cuestionó serio, Lily negó cabizbaja. No, no estaba dispuesta a seguir lidiando con aquella situación, ¿Qué culpa tenían ellos en todo esto? Porque hasta ahora eran los únicos que estaban pagando los platos rotos. Desde hacía cinco años todo se había vuelto una situación difícil de manejar y un error venía tras otro sin dar tregua. Hogwarts dejó de ser su casa, convirtiéndose ahora en una tortura en donde constantemente eran las burlas de todos sus compañeros, y todo gracias a sus padres. Desde que su padre había abandonado a su madre por irse con aquella mujer, su familia fue cayendo en picada; su madre se sumió en una depresión tras la muerte de sus abuelos justo en la mitad de su embarazo de Jean, sumándole también el abandono de su padre; posteriormente al nacimiento de su hermana menor, creyó que las cosas mejorarían, pero sólo fue empeorando, pues su madre perdió el interés en ellos y en cualquier persona, refugiándose únicamente en el trabajo. Para su madre fue como prácticamente dejar de existir, pues se volvió fría y distante, como si algo dentro de ella hubiera muerto y no tuviera ninguna razón para amar de nuevo, ni siquiera por Jean. Luego estaba Harry, su padre por otro lado se había vuelto un sin vergüenza al cual no le importó presumir que estaba con aquella bruja, naciéndole una preocupación exagerada por cumplir todas las peticiones de la insufrible mujer, ¿Y dónde quedaban ellos? En el olvido, nuevamente. Tal parecía que en aquella vida ella y sus hermanos eran un estorbo para sus padres, pensó con dolor tragándose aquel nudo que se formó en su garganta.

—¿A qué año estaríamos viajando?

—El giratiempo que robé de la oficina de papá, según recuerdo lo que me explicó, cada giro representa un año. —Decía mientras manejaba. Con cuidado y sin soltar el volante, extrajo de su pantalón el giratiempo y se lo pasó a su hermana.

RegresiónWhere stories live. Discover now