Había pasado una semana de aquel día que lo encontré, pero había dejado de buscarlo, él no estaba ahí. Suspiré. Lo que en realidad me tenía algo preocupada, a pesar de que era algo que no me incumbía, era si seguía vivo, sonaba mal, pero no me parecería extraño que por alguna razón, volviera a interponerse en alguna calle oscura de esa manera.
—¿En qué tanto piensas?—me preguntó mi madre haciendo que me sobresaltara. Acababa de llegar de su trabajo y no me había dado cuenta.
—Mmh... nada.—dije mientras comía de las golosinas que me había dado mi tía, sí, en un principio las había guardado para él, pero ya que.
—¿Nada?—me miró sospechosamente, mientras dejaba unas bolsas del supermercado en la encimera, a lo que yo levanté mis cejas en forma de reproche a su incredulidad.— Pues... está bien, ¿qué tal tu día?
Hice un puchero, mis días ultimamente eran de los mas aburridos, o mas bien, yo los hacía aburridos, mas no podía quitarme de la mente la imagen del chico tosiendo sangre, me sentía totalmente ridícula al haberlo buscado por casi una semana y no haber obtenido nada.
—Bien, no te preocupes ma—le dije haciendo referencia a las cosas que había comprado que ella ya estaba comenzando a guardar—. Yo ordenaré la alacena, ve a ducharte y luego cenamos.
Me sonrió y agradeció para luego dejar un beso en mi frente y retirarse. Sabía que llegaba cansada, y que a veces hacía horas extra de trabajo por nosotros, cosa que a papá no le gustaba, él la cuidaba. No me quejaba de la familia que tenía, nos podían faltar algunas cosas de vez en cuando pero vivíamos bien dentro de todo, gracias al aporte de cada uno.
Mi madre era maestra de arte en una escuela pública, si bien no parecía mucho lo que debía hacer, terminaba siendo agotador para ella lidiar con tantos adolescentes.
Luego de ordenar la alacena y demas, hice la cena, comimos y nos fuimos a dormir.
...
—Puedes esperarme sentada allí.—me dijo Yoongi señalando con un gesto de cabeza las tres mesitas con dos sillas cada una, que había en la tienda. Hoy había salido mucho antes del trabajo ya que había sido un día tranquilo y de pocos clientes, por lo que aproveché y vine a buscar a mi hermano para ir a casa, aún le quedaba una hora de trabajo, asi que lo esperaría.
—Es gracioso que ambos estemos trabajando en las cajas.—le dije con gracia mientras iba a sentarme.
—Sí—sonrió—aunque no es lo único que hago, a veces me mandan a ordenar los estantes o colocar los productos nuevos que llegaron.
—Ya veo, ¿todavía no vino nadie a buscar el trabajo?
—Nop.
Luego de eso entró un señor a hacer una compra con su esposa, y así vinieron algunas personas más hasta que se hizo la hora de cierre.
—Bien chicos, ustedes se van a casa ya ¿no?—preguntó mi tía mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
—Sí, adiós tía, nos vemos mañana.—dijo Yoongi y se fue directamente al auto a esperarme.
—Disculpalo.—le sonreí a mi tía nerviosamente, había sido un poco brusco de su parte, creo.
—No te preocupes cariño, debe estar cansado, al ser uno de los primeros días le tuve que asignar muchas tareas, está bien—asentí con la cabeza mientras miraba el papel que decía "se busca empleado" pegado al lado de la puerta—. Ya llegará alguien, espero que pronto.—continuó haciendo referencia a lo que decía el papel.
—Sí, suerte con eso tía, ah si... tal vez venga a buscarlo cuando salga antes del trabajo. Nos vemos.—le dí un corto abrazo para luego comenzar a cruzar la calle hacia el auto, estacionado en frente.
—Adios pequeña... Ah, ¡Yangmi!—justo antes de abrir la puerta del piloto escuché que me llamó, por lo que me dí la vuelta a modo de respuesta.— Saluda a tus padres de mi parte, y diles que me llamen para que arreglemos el almuerzo del domingo.
—Está bien, les diré, adiós.—saludé con mi mano y ella me contestó de igual manera.
Al entrar al auto me di cuenta que Yoongi se había quedado dormido, quien pudiera.
—Vamos.—susurré para mí misma y puse en marcha el auto.
ESTÁS LEYENDO
Casually ⇢ Kim Taehyung
Fiksi PenggemarMuchos no creen en las casualidades, sino que las coincidencias son parte de un plan ideado, que emerge de la fuente mas profunda, a la que le llaman destino. Dicen, que nos encontramos con aquellos que existen ya en nuestro inconsciente, sin sa...