Capítulo 4.

1.1K 178 23
                                    

Cada día fue más duro para Yeosang estar lejos de casa, pero, no estaba solo. La compañía de Seonghwa era más que suficiente, a pesar de que no hablaba mucho, era una buen oyente de las ocurrencias y aventuras del menor. Ya había caído la noche nuevamente cuando ambos veían televisión. Yeosang anhelaba los momentos románticos de las películas, incluso se había aprendido muchas líneas y diálogos al consumirlas. Seonghwa no tenía más remedio que acompañarlo. De vez en cuándo fingía leer el libro que tenía en manos para poder contemplarlo un poco más. Sus expresiones y su mismísima concentración lo traían atrapado en una burbuja de dudas a Seong. El por qué de su cabello color miel, el por qué de su mentón afilado, el por qué de su estatura adorable, el por qué de sus labios rosas, el por qué de su extrovertida actitud, el por qué de ser él mismo. Los días que pasaban juntos él aprendía un poco más sobre el mundo exterior, algo que no conocía del todo. Ahora sabía que la gente comía en las calles, que los niños jugaban en plazas, que había gente que hacía malabares en las calles a cambio de algo de dinero, entre otras cosas que implicaba la libertad de cada individuo de hacer lo que les plazca. Seonghwa fue perdiendo un poco el miedo de la ausencia de su padre para pasar el tiempo fuera con su nuevo amigo, eso le agradaba.

—¿No crees que es difícil amar por obligación?—quiso saber, analizando la escena de la película.

—En ese caso no sería amor—respondió el menor sin despegar sus ojos del televisor—, casi siempre es ambición.

—Y...—formuló nuevamente—Y, ¿qué pasa si hay amor, pero no puede ser correspondido por prejuicio de terceros?

Yeosang lo miró

—¿Te refieres al amor prohibido? Creo que sería eso—respondió—. A menos que el prejuicio venga de uno mismo. En ese caso el amor sería más difícil de eliminar, ¿sabes? Es un sentimiento que no siempre está de acuerdo con lo que queremos, pero es el más lindo, según mi abuela.—volvió a dirigir sus ojos al televisor, Seong sin dejar de contemplar sus palabras—En estos tiempos el amor es más libre, se dice, pero sé que no es para todos.

—¿A qué te refieres?—inquirió, dudoso.

Yeo volvió a mirarlo, esta vez con una sonrisa en su rostro. Le agradaba tanta atención por parte de otra persona. No siempre la recibía, o sólo se trataba de una falsa atención por educación. Sabía que Seonghwa estaba interesado en todo lo que decía, y no era mentira, los ojos del mayor desprendían curiosidad.
Él negó con la cabeza.

—No es por nada—dijo por lo bajo—. Oye, esta película me está aburriendo. ¿Qué te parece si salimos a jugar?

—¿A jugar?

Yeosang le arrebató el libro que tenía en manos y lo tiró en la cama, para luego tomar de las manos de Seonghwa y levantarlo de donde yacía.

—No preguntes, sólo sígueme a donde sea que te diga.

El más alto quedó sin palabras ante aquello, no podía creer que alguien de metro sesenta podía marcar tanta autoridad, menos desprender su propia confianza. No obstante, no reprochó nada, de hecho le parecía divertido todo lo que el contrario hacía o decía.
Ambos salieron por la entrada del frente, se cruzaron con el jardinero y Yeosang desprendió su alegría al saludarlo, no tardó en recibir la misma energía por parte del hombre. No tardaron tanto en llegar a la vieja plaza que quedaba a algunas cuadras adelante. Seonghwa desconocía la existencia de ese lugar, más le pareció ser un lugar bonito. Los juegos tenían una escala de colores primarios, hacían buena combinación con la remera de Yeosang. El mayor se arrepintió de no haber traído su libreta y un lápiz, pero podía capturar las imágenes en su cabeza para luego pasarlas a una hoja. Por otro lado, el menor no tardó en tomar nuevamente la mano del contrario para llevarlo al sube y baja. Con entusiasmo de su parte y miedo del otro, comenzaron a mover el juego. Parecían dos niños jugando, pero no podían evitarlo. El de cabellos color miel lo incitó a atreverse a subir a casi todos los juegos sin vergüenza, y él no se negó. No se dieron cuenta del tiempo que había pasado cuando la gente comenzó a irse del lugar. Uno al lado del otro se mecían con lentitud sobre amacas de lona.

—Hace bastante no hacía este tipo de cosas—dijo el mayor.

—Yo a veces lo hago, más cuando necesito pensar—dijo Yeo—, en especial cuando estoy triste.

《Debería venir seguido》pensó Seong. Lo miró por largos segundos, intentando adivinar en qué pensaba Yeosang con la vista perdida en algún lugar del frente. Tal vez no debía entrometerse, pero sentía curiosidad por conocerlo, y si iban a ser amigos de ahora en adelante, lo mejor sería hablar más.

Ambos pasaron eternos minutos conversando, la mayor parte de las palabras salieron de la boca de Yeosang, a él se le hacía más fácil mantener en pie una conversación con cualquier cosa que se le viniese a la mente que a Seonghwa. El mayor siempre ha tenido la dificultad de expresión, en especial cuando se trata de hablar con alguien más, eso lo llevó a convertirse en un chico serio y poco expresivo, más sin embargo, tenía los sentimientos más nobles e incapaces de lastimar a alguien más de su alrededor. Era difícil tener la misma actitud autoritaria que su padre anhelaba que él posea, aún así no la quería. Sólo le resultaría un dolor de cabeza innecesario. También la culpa la llevaba su padre por privarlo de socializar desde pequeño. Le debía tantos años de soledad, sin la compañía de amigos ni seres queridos. No le permitía ver a sus parientes de parte de su madre, y despreciaba la presencia de sus tíos paternos. Eran casi tan arrogantes y desagradables que su mismo progenitor.

El alba ya se había ocultado del todo, y la noche dio lugar en las calles solitarias que rodeaban la plaza. Seonghwa creyó que lo mejor sería volver de inmediato, su padre no sabía de su constante ausencia en la mansión y temía que se enterase por boca de algún empleado, muchos eran de su confianza y no dudarían en hacérselo saber. No obstante, Yeosang quería quedarse un momento más a sentir el viento fresco que hacía volar sus cabellos. Seonghwa no tuvo más remedio que esperar a que su guía tomase la iniciativa de volver, no quería volver solo y dejarlo.

—Yeosang...—

Seonghwa no pudo hablar cuando comenzó a sentir la llegada de tres tipos en frente de ellos. Al voltearse a ver a su amigo, éste se levantó de inmediato y murmuró un fugaz "vámonos". El miedo no tardó en aparecer, sin dudas esos hombres venían a por ellos, y pudieron confirmarlo cuando se echaron a correr al mismo tiempo en que ambos partieron. Yeosang iba unos pasos adelante que Seonghwa. El mayor estaba tan asustado que no podía concentrarse en su fuga, más intentó no parar a pesar de que los hombres comenzaron a gritarles. No entendía qué querrían de ellos, eran hombres mayores a excepción de uno; pero, estaba seguro de que querían hacerles daño.

En su intento de escapar, un paso en falso hizo caer al mayor, haciéndolo golpearse duramente con la acera. Yeosang presenció esto, pero no pudo dar marcha atrás para ayudar a su amigo, no era lo suficientemente fuerte como para defenderlo de tres tipos. No justamente de ellos, así que apresuró su fuga.

—¡Déjenlo a él!—habló el joven delincuente refiriéndose a Yeo—Luego me encargaré de él. Ahora, tú, pequeña basura inservible, espero colabores dándome todo lo que tienes.

Seong apenas pudo entenderlo, el miedo lo tenía anonadado. Nunca pudo imaginarse algo parecido, y no estaba listo para ello. No recibir respuesta de su parte impacientó al que parecía ser el líder del grupo, y la punta de su zapato se estampó en la pierna de la víctima. Un grito de dolor brotó de sus labios.

—Paren, por favor. No tengo nada para darles—pudo apenas decir.

Su miedo había incrementado al sentir el segundo golpe, esta vez en su estómago. Así fue como en su agonía, indefenso y débil sin oportunidad de hacer algo al respecto, pensó en la muerte. Creyó que ese sería su fin, y entre tantos golpes, los tres se dieron a la fuga cuando por fin lo dejaron inconsciente sobre la acera, con la última imagen de Yeosang y la preocupación de que algo le suceda sin que él pueda enterarse.

1990. [SeongSang AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora