-Con lágrimas en los ojos, Alma empezó a correr por toda la biblioteca mientras observaba sus alrededores con dificultad. En consecuencia de la falta de atención a lo que se encontraba delante de ella, se chocó contra una de las mesas que llenaban la estancia. Maite se acercó a ella-
Maite: Eh, eh, ¡eh!
Alma: ¡¿Dónde estoy!?
Maite: Tranquilízate
Alma:¡¡¡Sacadme de aquí!!!
Maite: ¿Crees que gritando y dando tumbos por ahí como una demente vas a conseguir algo?-Alma agachó la cabeza, consciente de cómo se estaba comportando-
Alma: Por favor... Dime dónde estamos...
Maite: Escucha: voy a decirte lo que vamos a hacer. Vamos a ir allí abajo, con las demás, y después, cuando te tranquilices y te seques las lágrimas, te contaremos lo que sabemos, ¿vale?-Alma asintió con la cabeza. Maite la abrazó. Ese cálido abrazo sentó muy bien a la angustiada Alma. Mientras Maite la rodeaba con sus brazos, vio cómo Rocío las miraba desde la puerta con una expresión algo triste mientras movía la cabeza de izquierda a derecha levemente, como queriendo decir que estaba harta-
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________-Maite regresó de la cocina con una tila en la mano. Fue hacia la mesa y se sentó entre Olivia y Alma. Le dio la taza a esta última. Mientras se secaba las lágrimas con la manga de la camiseta, Alma preguntó:-
Alma: ¿Cuánta gente hay aquí?
Maite: Contigo, diez personas-Alma volvió a mirar a las mujeres que se encontraban a su alrededor-
Alma: Y... ¿todo chicas?
Maite: Sí, no hay ningún chico-Virginia apareció atravesando el arco que daba a la cocina-
Virginia: ¿Qué? ¿Ya estás más tranquilita?
-Acercó su silla a la mesa donde ellas estaban hablando-
Alma: Lo siento... Me puse muy nerviosa. Yo siempre me pongo nerviosa muy rápido. Es que tengo ataques de ansiedad, y no puedo... Agh... Lo siento mucho
-Sarah se incorporó a la conversación sentándose junto a Alma-
Sarah: No te preocupes. Cuando yo llegué aquí tampoco pude contenerme
-Alma se giró hacia Maite-
Alma: ¿Cuánto tiempo lleváis aquí?
Olivia: Depende. Cada día entran dos nuevas
Sarah: Una por la mañana y otra por la tarde
Alma: Y... ¿qué hora es?
Sarah: Ahí hay un reloj-Sarah señaló con el dedo un reloj de números romanos que se encontraba colgado sobre sus cabezas, en la pared. Este marcaba las cinco y veinte pasadas de la tarde-
Olivia: Tú eres la mercancía pos-meridiana de hoy
Sarah: Ella ha llegado esta mañana-Sarah estaba hablando de Thalia, una adolescente de su misma edad que estaba sentada junto a Claudia en el sofá carmesí-
Alma: ¿Y los hombres? ¿Vestidos de blanco? ¿Os han...?
-Todas asintieron con la cabeza-
Alma: Y... ¿vosotras? ¿Cuándo habéis llegado?
Maite: Yo estoy aquí desde hace cuatro días, y ellas dos llegaron un día después de mí
Alma: Pero... ¿cuándo va a parar esto?
Virginia: En aquel pasillito hay trece dormitorios, así que no hace falta ser una genio para deducir cuántas más quedan por llegar
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Cuatro paredes y un techo
Mystery / ThrillerEsta es una historia sobre mujeres. Mujeres que luchan. Mujeres que lloran. Mujeres que buscan. Mujeres que matan. Ninguna de ellas estará a salvo del desconocimiento y la incertidumbre. Da igual si son niñas o adultas. Si son madres o hijas. Si est...