La hora del té

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-Un reportaje sobre unas flotas de barcos pesqueros del País Vasco comenzó a emitirse en la televisión. Claudia tocó rodilla de Thalia para llamarle la atención-

Claudia: ¡Ojú! ¡Que "hartá" de pece' e'tan co'hiendo!
Thalia: (Asiente con la cabeza sin prestar mucha atención)
Claudia: ¡Uy, lo' verano' que pazaba yo con mi pa'rre en Nerja, mi pueblo! Ér "tinía" un barco grande, grande, grande. Er barco co'hía una re' de pe'ca "azín" como eza de grande, la tiraba ar agua y zacaba una de pece'... Yo m'acuerdo de que m'azomaba a ve' er ma' y le decía a mi papa: "¡Opá, opá, mira cuánto' barquito'!". Y l'ogo "vinía" ér y me decía: "Claro que zí, Claudia, como er nue'tro. Ya verá' tú cuando de que zea' grande y te vaya' con tu shaval a navega' por er ma'". A vece', yo m'azomaba tanto ar ma' que cazi de que me caía, pero "vinía" mi pa'rre y me cohía pa' que no me callera

-La anciana contó aquella vieja anécdota a Thalia a pesar de que esta no hubiera puesto los cinco sentidos en escucharla. Claudia tampoco es que se hubiese preocupado por comprobar si la joven le prestaba o no atención. Claudia era ya bastante mayor, tenía ochenta y dos años, y en consecuencia, en ocasiones no lograba enterarse muy bien de lo que pasaba a su alrededor. Como a tantos otros ancianos, a Claudia le encantaba contar a todas horas los muchos recuerdos que atesoraba en su memoria. Había tenido una vida muy larga, por tanto, era normal que tuviera tantas historias por contar-

Claudia: ¿Y tú de dónde viene', moza?
Thalia: (Se queda mirando al suelo, sin decir nada)
Claudia: ¿Ere' de Madrid?
Thalia: (Lo niega con la cabeza)
Claudia: ¿Qué ere'? ¿Der norte?
Thalia: (Vuelve a hacer un gesto de negación)
Claudia: ¿Ere' de interio'?
Thalia: (Lo niega)
Claudia: ¿Entonce' vive' pa' la co'ta?
Thalia: (Asiente)
Claudia: ¿De Valencia?
Thalia: (Lo confirma)
Claudia: Qué bien, qué bien. Po'cúshame, shavea; ¿sabe' quién ma' era de Valencia?
Thalia: (Hace un gesto de negación)
Claudia: Mi ma'rre. Cuando era hoven, a mi papa le'ncantaba viaha'. Ze iba por to'a España, y ziempre traía recuerdo' de to'a parte', por ezo mi caza e'taba llena de cashibashe de to' lo' zitio'. Po' cuando ze fue a Valencia ze fue por ahí con una' gente', y una de eza era mi ma'rre. Mi mama era la moza ma' perita de to' Valecia. Y logo como ze hiso novia de mi pa'rre, ze viniero' a vivi' hunto' a Nerja
Thalia: (Asiente alicaídamente)
Claudia: La pobre ze murió cuando me parió a mí. Mi papa ze puzo mu' tri'te, mu' tri'te, er pobre. C'aro, imahínate tú, que z'acababan de "vinir" junto' a Andalucía, na' má' que uno' meze' ante' de tene'me a mí
Thalia: (Levanta la cabeza y mira a Claudia con algo de tristeza)
Claudia: ¿Y zabe' po' qué yo me llamo Claudia?
Thalia: (Le dice que no con la cabeza)
Claudia: Po'que "azín" e' como ze llamaba mi mama. Claudia
Thalia: (Sonríe)

-En ese momento, la mujer que Alma encontró en el aseo entró en el salón mientras terminaba de secar su largo cabello. Pero ya no llevaba una simple toalla de baño. Estaba vestida. Rocío entró en la habitación con nada más y nada menos que un traje de novia. Un largo y delicado traje de novia. Esto llamó la atención de Alma al instante-

Alma: Ah... Perdón, lo siento mucho, no quería... Antes...
Rocío: Da igual...

-Rocío respondió a la joven sin siquiera mirarla. No miraba a nada ni a nadie, vagaba por la estancia como alma en pena, con la mirada perdida y vacía-

Olivia: No te preocupes, no está cabreada. Ella está así todo el rato

-La niña pequeña entró en escena acercándose a la gran mesa, mirando a las demás con sus enormes ojos-

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2019 ⏰

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