Parte 4: Secreto

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Después de ese suceso, Namjoon empezó a ir frecuentemente a visitar a SeokJin –o a molestarlo, según el castaño– al club de natación, llevándole botanas e interrumpiendo sus largas sesiones de nado.

— ¿No te lo dije antes? Las personas que no pertenecen al club no pueden estar aquí. Cuando estás aquí las chicas se distraen.

—El capitán dijo que si ayudaba en el club podría venir.

—Usas tu belleza para planearlo todo.

Esta era una de esas ocasiones.

SeokJin se volvió con gesto cansado y retomo su estilo braza, ignorando al rubio que se levantó del orillo de la piscina para empezar a correr al ritmo que él nadaba. Namjoon era, honestamente, un tipo muy ruidoso. Le hacía barra a SeokJin a punta de gritos y porras, tratando de animarlo a nadar más rápido porque –según él– el objetivo eran las olimpiadas.

En medio de su carrera –como era de esperar si esta era en el borde de una piscina– Namjoon resbaló y se estrelló de cara contra el suelo. SeokJin se detuvo de inmediato para observar como un buen hilo de sangre bajaba de la frente del rubio.

—¡¡Eres un idiota!!

—No necesitas preocuparte por mí. Lo lameré y estará bien.

—Realmente eres un imbécil. ¡¿De verdad crees que puedes lamerte la cabeza?!

En contraste con la preocupación del castaño, Namjoon solo se reía despreocupado de la situación.

—Capitán, voy a tomar un descanso.

—Bien.

SeokJin salió de la piscina arrastrando por el cuello de la camisa al herido, para nada grave y lejos de estar moribundo.

—Recuerdo que aquí dentro había un botiquín de primeros auxilios.

Tras encontrar el botiquín, el castaño atendió la herida poniendo una gasa, y el rubio se dejó hacer tranquilo sentado en una banca del salón del club.

—Salió mucha sangre pero el corte no es muy profundo.

Namjoon observó con una expresión neutra al hombre semidesnudo de pie frente a él. El agua escurría por su rostro y una gota se acercaba a paso veloz para caer por su mentón, se adelantó y con su dedo índice logro atajarla antes de que cayese, acariciando con suavidad la piel de SeokJin.

— ¿Qué haces?

SeokJin se tensó ante el toque y alcanzó a sonrojarse un poco.

—Siempre te estoy viendo. Tu cuerpo siempre responde, Jin. Eres igual que un pez, cuando estas dentro del agua siempre te ves muy animado.

Esta vez, las mejillas de SeokJin sí se sonrojaron por completo, y con gesto medio irritado y medio nervioso, llevó su mano a su mentón para apartar los dedos de Namjoon.

—No toques mi mentón.

— ¿Tu mentón es sensible? Que adorable.

Respondió con una sonrisa ancha que contenía hoyuelos.

—De cualquier forma, si te hieres otra vez por mi culpa, tus padres me culparan por ello, ya que eres un joven heredero.

—Es improbable que alguien note mi herida, porque simplemente soy el hijo de la amante de mi padre.

— ¿Es así?

—Mis padres obtienen sus fondos de una cadena de hoteles, nacer de la amante de mi padre no significa que alguien como yo herede su talento. A mis padres no les agrado mucho, por eso estar en casa siempre es incómodo.

—Mis padres siempre me exigen que este en casa a las 8.

— ¿Si? En estos tiempos no puedo creer que todavía existan familias así.

— ¿Por qué hablas de esto conmigo?

El castaño ya se hallaba más seco y sentado al lado de Namjoon en la banca para cuando hizo la pregunta, mirándolo a los ojos justo a su altura.

—Porque sé que no me tendrás lastima, Jin.

Respondió otra vez con una sonrisa, esta vez más sincera, cerró los ojos y llevo su dedo índice a sus labios.

—Así que guarda el secreto.

SeokJin pensó en el secreto, ese que solo le pertenecía a los dos. 

Bajo El Agua ~NamJin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora