Baile de Luna Llena [Sterek] (Omegaverse)

►Chapitre quatre◄❷

─Derek. -Llamó su padre adentrándose a su habitación. Donde un azabache se ocultaba bajo las elegantes sábanas como un niño caprichoso que se niega rotundamente a ir al colegio. ─Vamos Derek, para con tu berrinche, debes vestirte y arreglarte, es la penúltima noche, recuerda probarte tu traje para la boda, la chica de la servidumbre me dijo que lo había dejado en tu velador. ─El hombre estiró su cuello un poco hacía el velador y rodó los ojos. ─Por Dios cuanta incompétence [incompetencia], la llamaré para que te lo deje ahí, ya que, claramente se le olvido. Y vístete, no volveré a decírtelo.

La puerta fue cerrada con pulcritud y Derek solo quería hundirse en su colchón y convertirse en parte de él. Segundos después la puerta volvió a escucharse y el azabache rogaba porque no fuera su padre de nuevo.

─ ¿Qué demonios crees que haces niño? ─La voz de una enojada mujer logró sacar a Derek de las entrañas de su cama.

─ ¿Kate? ─Preguntó sin entender nada el ojiverde.

─La même [La misma]. Y tú Derek, ¿Quién te crees que eres para romperle el corazón a mí no-sobrino? Es un gran chico, ama con el corazón, no con los ojos. ¿Y te diste el lujo de hacerlo llorar?, ¿Sabes cuantas veces lo he contenido mientras llora por un coeur brisé [corazón roto]?

─ ¿Muchas? Preguntó Derek esperado estar en lo cierto.

Ella negó levemente con la cabeza. ─Solo una vez. ─Los ojos de la mujer se cristalizaron. ─ Y puedo jurar que escuché el mío romperse mientras escuchaba esos pequeños sollozos salir de la boca del niño que amo desde que lo conocí. ─El azabache sintió un hueco en el estómago al oír a la mujer hablar con el pesar cargado en sus palabras. ─ Escucha niño, sé que todo en tu vida no son rosas y apapachos, sé que tienes peso sobre tus hombros y lo mucho que aquello cuesta de sobrellevar a veces, pero con mayor razón debes convertirte en le propriétaire de votre destin [el dueño de tu destino], toma fuerza, coraje y lucha. Créeme, esta no es una vida que quieres vivir como un cobarde. ─Se acercó a la puerta. ─ Lo digo por experiencia. No luchar por amor es lo más estúpido que hice en mi vida.

Y con eso se fue.

Dejando a un Derek perplejo y a pesar de no saber como hizo aquella mujer para llegar a su habitación, ya que, aquellos días su puerta estaba colmada de guardias... sintió una pequeña muestra de esclarecimiento. Algo de lo que había carecido por mucho tiempo.

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Miró a Kate entrar vestida como una sirvienta del palacio. Su ceño se frunció, pero prefirió no preguntar, Dios sabe que pudo haber estado haciendo esa mujer.

Aun así, logró sacarle una pequeña sonrisa, tomó el traje encima de la cama y comenzó a vestirse lentamente, sabía que probablemente llegaría tarde, pero quería retrasar aquella noche mientras pudiera.

Por su mente rondaban palabras, susurros, sensaciones que sabía nunca olvidaría, cerró sus ojos disfrutando del fantasma de los recuerdos que lo invadía mientras abotonaba su camisa.

Y sin darse cuenta, estaba en el carruaje con Jackson, en un silencio que no llegaba a ser incómodo. Pero que no lograba tranquilizarlo.

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Miró por el carruaje, sentía un malestar en el pecho, no sabía si era por lo que estaba por pasar o era porque sabía que todo podría cambiar luego de su súbita decisión. Se había auto declarado que le daría más tiempo a su esposo, pero no podría aguantar más, por lo que espero hasta ya no escuchar el sonido del trotar de los caballos para tomar otro carruaje e ir a la cuarta noche.

Suspiró sin saber qué esperar. ¿Qué se supone que debía esperar al hacer su gran aparición allá?, estaba seguro que no un abrazo.

Pero, ¿Qué más podría perder?

La cara de George lo atormentó durante todo el camino hacía el vistoso castillo.

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♣♠ Quatrième nuit ♠♣

[Cuarta noche]

Derek se imaginó mil y un escenarios de lo que podría pasar en aquella noche y, aun así, nunca pensó en aquel colosal desenlace.

La cuarta noche, la confirmación. Está noche Stiles esperaba su ramillete, esperaba besar a Jackson en la mejilla y hacerse bolita en la esquina del lugar con Jackson sosteniéndolo firmemente en sus brazos para que el mundo parara y le diera el tiempo suficiente para aceptar que al día siguiente Derek, a esa misma hora, probablemente ya estaría casado.

¿Quería ser espectador de tal acto sádico?

¿Quería arruinar de esa forma la velada de uno de las mejores alfas que conocía?

La respuesta a eso la supo cuando detuvo la mano de Jackson en pleno camino a entregarle el ramillete. Era hermoso, pero, aun así, no podía dejar que Jackson pasara por todo aquello cuando podía buscar a alguien que lo correspondiera de mejor manera,

El ojiazul lo miró a los ojos con pena, a sabiendas de lo que venía.

Tomó la mano de Stiles con cuidado y la besó, sintió sus ojos desbordarse de lágrimas que no quería mostrar y que tan rebeldes como siempre simplemente escapaban.

Abrazó a Stiles mientras sentía su hombro mojarse de las lágrimas del castaño.

─Lo siento. ─Murmuraba el castaño mientras se aferraba a él. Rogaba perdón. ─Nunca debí aceptar sabiendo lo que sucedería, Jackson lo siento tanto... ─Se lamentaba.

─No pidas perdón Stiles. Te amo. Y a pesar de todo yo siempre supe en que me metía cher. Fui yo quien debió detenerse. ─Se separó y tomó la cara del hermoso castaño que lo miraba con cascadas en sus mejillas. ─Eres un rayo de luz en un mundo de sombras, Stiles. Y probablemente nunca deje de amarte porque me hiciste darme cuenta de lo hermoso que puede llegar a ser la vida cuando estas con quien tu corazón late y Stiles... mon coeur bat pour toi [mi corazón late por ti].

Stiles tomó de la nuca a Jackson y juntó sus labios con delicadeza, tal vez nunca más tendrían un momento como aquel y a pesar de no amar con aquella ferocidad, sabía que, de cierta manera, su corazón también saltaba por él y su pregunta sobre el sabor de los labios del ojiazul al fin fue zanjada.

Un pedacito de cielo. Así sabía aquel beso.

Pero claramente no sabían que aquello no era lo más correcto y ético por hacer en la sala del palacio del país donde aquello estaba terriblemente prohibido y penado por la ley.

Justo en el momento en que el rey iba a protestar, la puerta volvió a abrirse.

Todo se sumió en un súbito silencio.

La sorpresa era casi palpable en el ambiente.

Y el rey se desmayó ante el shock de ver ahí a su... petit frère [hermanito]