16. Nuestro Hogar

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Tenían razón, el proceso de mudanza fue de los mejores momentos que compartieron juntos. A pesar de haber sido agotador, considerando que también debían atender otros asuntos de trabajo, el simple hecho de pensar que aquello era para algo que ambos deseaban tanto, valía completamente la pena. Estar juntos, compartir el mismo techo, llamar a un mismo lugar como hogar. ¿Cómo no iba a valer la pena?

A paso de los días, entre compras de muebles para su nueva casa, así como el guardar y trasladar sus respectivas pertenencias fue completamente un lio, pero no lo vieron de esa forma, una parte de ellos sabia lo complicado que era hacer todo eso, pero la otra estaba tan emocionada y feliz por la razón de ello, que ni siquiera se dieron cuenta del lado tedioso de una mudanza.

Finalmente, el momento de ir acomodando todo, de darle su esencia a aquella casa fue de las partes que disfrutaron aún más. Sin embargo, a pesar de tener prácticamente todo listo en su nuevo hogar, prefirieron esperar a trasladarse ahí hasta que todo estuviera al 100%, creían que le daban un toque más de emoción al hacer eso.

Un día antes de irse definitivamente a su casa y llevar consigo lo último de su equipaje, que constaba del resto de su ropa y algunas cosas de uso personal, pasaron todo el día juntos, repasando si efectivamente ya estaba todo cubierto en la residencia.

—¿La luz? —pregunto Tom.

—Esta bien, me encargue de revisar si no había alguna falla o algo.

—Vale. Estoy tan emocionado, hace dos días, cuando fuimos, quede maravillado por como arreglamos todo. Es realmente hermoso —dijo con mucha ilusión el chico.

—Lo sé, se ve claramente el estilo Gyllenholland.

—Me gusta como suenan nuestros apellidos así.

—A mí igual.

La emoción del momento era evidente, ambos querían en ese instante irse a su casa, claro que sabían que debían ser pacientes y hacer lo que debieran en su debido momento. Era sólo que, el hecho de pensar que ya tenían algo más que compartir juntos, era gran motivo de sentirse tan ansioso. El hecho de pensar que, luego de realizar un largo viaje, al volver a casa estaría ahí esperando esa persona que aman tanto, claro dependiendo de si no se iban casi al mismo tiempo, o si alguno le tocaba quedarse, o la mejor parte, si el tiempo libre lo pasaran juntos de cualquier manera, el punto era que se encontrarían en un lugar que les pertenecía a ambos. Su hogar.

Sin embargo, siempre llegaba a parecer un "pero", y en esa ocasión no era la excepción, puesto que se estaban dejando pasar por alto algo, aunque de cierta manera no les apuraba del todo eso, pero eso no quitaba que fuera necesario hablarlo. Y era el hablar sobre como iban a llevar su relación fuera de aquellas cuatro paredes, si seguirían aparentando que sólo había una gran amistad, o si por fin saldrían como lo que eran, una pareja.

—Mañana a esta hora ya estaremos en nuestra casa ¿Emocionado? —dijo Jake. La pareja estaba en la que ya sería la antigua habitación de Tom, sentados en la cama viendo una película en la portátil del menor, este estaba recargado en el otro, mientras que Gyllenhaal lo rodeaba con su brazo por sus hombros.

—Bastante —dijo con una sonrisa, levantando su mirada para encontrarse con la del mayor—. Desde que planeamos esto estoy emocionado.

—Yo también. Ya quiero que sea de mañana —sonrió. De pronto, se le vino a la mente el que no habían hablado sobre su relación medio secreta, si era sincero, eso lo habían estado posponiendo desde que Benedict se los había preguntado, lo que iba hacer que el momento se tornara diferente—. Cariño, no sé si este sea el momento de hablar sobre un tema que no hemos tocado, pero creo que deberíamos hacerlo.

En El Momento Justo... || GyllenHolland [Cancelado Temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora