Era una broma ¿cierto? Después de todo era Kris… eso en verdad no podría ser…
– ¿Qué no piensan moverse? –preguntó él, un poco alterado.
Vania subió rápidamente las escaleras.
– Tenemos que salir ¡Ya, ya! –dijo exaltada.
– ¿Por dónde? –pregunte sin entender nada de lo que sucedía.
– Por la ventana –dijo Kris mientras señalaba una habitación– Por allí siempre salgo cuando vengo para que no me vean.
– Bien –dijo Sehun.
Tomo mi muñeca y me jalo hasta la habitación.
– Hyung, deberías salir tú primero –dijo al regresar la vista atrás y mirar a Kris.
– No, sal tú ahora le dijo Kris
– Hyung –dijo él con voz fuerte.
– ¡Sehun–ah! Obedece a tus mayores.
– Kris, tranquilízate –le dijo Vania mientras tocaba su mano.
– Lo siento nena, no quiero que salgas lastimada.
– Hagamos una cosa hable– Solo salgan tú y Kris, si nos dicen algo, nosotros diremos que estábamos con el amigo de Kris y punto.
– Parece razonable –me dio la razón Sehun.
Kris abrió la ventana, beso a Vania por última vez y dio un gran salto hacia abajo.
– Entonces… nos vemos luego me dijo.
Toco mi mejilla y me sonrió, me dio un beso corto y al igual que Kris, salto desde la ventana. Vania y yo vimos como se alejaron corriendo rápidamente.
– ¿Dónde están ello? –nos pregunto el amigo de Kris en cuanto nos vio bajar las escaleras.
– Saltaron desde la ventana –le dijo Vania.
Él rió.
– La vida de un idol es muy difícil ¿verdad?
Vania y yo asentimos.
Me asome por una de las ventanas y Vania rápidamente golpeo mi mano, con la que sostenía la persiana.
– Si haces eso, se verá aun más sospechoso todo esto me dijo.
– Lo siento –dije frotando mi mano.
– Lo siento, estoy un poco estresada –se disculpo ella, tomo mi mano y la froto.
– Parece que esos cuervos no se irán en un buen rato –nos dijo el amigo de Kris, quien traía un cigarrillo en la boca– Deberían buscar otro punto de encuentro, este ya no será seguro en una larga temporada.
¿A dónde más podíamos ir? Seúl era demasiado pequeño y EXO demasiado famoso, cualquier persona podría reconocerles de inmediato.
A consecuencia de los periodistas Vania y yo tuvimos que pasar la noche en aquella casa.
***
El sol toco mi mejilla suavemente calentándola un poco, entreabrí los ojos y talle mi cara con ambas manos.
– ¿Despertaste ya? –preguntó Vania, quien estaba sentada en la cama.
– ¿Crees que ellos ya se hayan ido? –fue lo primero que atravesó mi mente.
– Según vi no, quedan dos o tres, pero ahora no importa, podemos salir de la casa tranquilamente, después de todo “no hicimos nada malo” entrecomillo con sus dedos esto último.
