Al día siguiente en la universidad, todas las fans de EXO que conocía y otras tantas que no, se la pasaron interrogándome acerca del artículo que había salido hoy por la mañana. Fue muy molesto, inclusive jalaban las mangas de mi camiseta para que contestará rápido a todas sus preguntas, fue sumamente aterrador.
Cuando la escuela había acabado corrí a casa, huyendo de cualquier pregunta.
– ¡Fue un infierno! –gritó Vania al entrar por la puerta.
– ¿También te acosaron con preguntas por lo de ayer?
– ¡SI! ¡Fue horrible! ¿Qué les pasa a todas esas chicas?
– Bueno, son fans, entiéndelas
– Entiendo que les gusten, pero ¡Dios! ¡Hay límites!
Después de comer, ambas pasamos directamente al trabajo.
En cuanto llegue al trabajo alguien me llamo.
– Suiren, ven un momento por favor –me llamo la gerente del café, quien estaba en el cuarto de empleados.
– Dime
– ¿Es cierto que conociste a EXO?
– Si
– No pareces muy feliz –dijo al levantar una ceja.
– Las fans de EXO se la han pasado hostigándome con eso, no puedo ser feliz de esa manera –le dije mientras arrugaba la frente.
Ella rió.
– El caso es… que hay un montón de chicas preguntando por ti justo ahora, quieren que les vendas fotos, información y esas cosas.
– ¿Podrías ponerme hoy de barista? –le pregunte muy preocupada.
Ella rió nuevamente.
– Si, no creo que puedas estar de mesera hoy, inclusive creo que te puedo poner en cocina para que no tengas contacto con los clientes.
– Espera un momento…. ¿Cómo es que saben que trabajo aquí?
– Tú misma lo dijiste, son fans obsesionadas…
Esta fue la primera vez que estuve en cocina desde que entra a trabajar aquí. Fue cansado, pero hubiera sido más cansado estar atendiendo a todas esas chicas quienes estaban en busca de cualquier mínimo detalle.
La noche llegó y esas fans sí que eran obstinadas, algunas de ellas esperaron a que saliera para hacerme preguntas. Tome un taxi, esperaba que al llegar a casa no hubiera ninguna de ellas allí.
Cuando llegue a casa Kris estaba allí.
– ¡Oye tú! ¿Sabes lo peligroso que es que estés aquí en este momento? –le dije molesta, pues estaba cansada de todo este día–
– ¿Hola? Sí, estoy bien, gracias Suiren –dijo con algo de sarcasmo.
– Ay… lo siento, no ha sido un buen día.
– No importa, pero no te preocupes, he venido disfrazado, además que hoy un hyung me prestó su carro para venir, así que no te preocupes, nadie sabe de quién es ese carro, ya que mi hyung no es famoso.
– ¿Dónde está Vania? –le pregunte a Kris, mientras la buscaba en nuestra reducida casa, que solo tenía un cuarto, que era el baño.
– Ella salió, fue a comprar comida para la cena.
– ¿Fue sola?
– ¿Querías que la acompañara?
– No, para nada…
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