Capítulo 5.- Celos y amistad

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Nolan se bañó sin demorar demasiado, el problema fue que tuvo que vaciar su guardarropa con tal de encontrar algo bueno que ponerse, encontrar el atuendo perfecto para llegar a la casa de los McMann era más difícil que un parto

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Nolan se bañó sin demorar demasiado, el problema fue que tuvo que vaciar su guardarropa con tal de encontrar algo bueno que ponerse, encontrar el atuendo perfecto para llegar a la casa de los McMann era más difícil que un parto.

—Ya me harté de esta mierda.

El chico se dejó caer sobre toda la ropa revuelta sobre su cama y suspiró mirando al techo, después vino a su mente un recuerdo de Braulio besando a Alex y una energía desconocida recorrió su cuerpo y se puso de pie decidido a ir a buscar a su amigo, así que se vestiría bien y lo haría rápido.

Su nueva determinación le sirvió porque al verse en el espejo se sintió contento con su reflejo, sus ojos color miel se veían brillantes, su cabello rubio estaba algo alborotado, se peinó con las manos y se puso perfume por todos lados, aún en las partes donde no le llegaba ni el sol.

—Hannibal, muérete de envidia, yo estoy más bueno que tú.

En ese momento tocaron a la puerta y Nolan dejó la plática que tenía con el espejo para correr hacia la puerta.

—¡Alex, volviste!

Nolan dejó de sonreír cuando vio a Maxwell en la puerta de su departamento.

—Hola, hermoso.

—¿Maxw... Qué haces aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo?

El tono de sorpresa en la voz del chico, fue divertido por lo que el hombre comenzó a reír.

—Quería verte de nuevo, quería saber cuál era el domicilio del chico que deslumbra como el sol.

Con cara de susto, Nolan dio unos pasos entrando a su departamento y tomó una lámpara que tenía cerca y la sostuvo con sus manos de forma amenazante.

—¿Cómo rayos sabes dónde vivo? ¿Eres un acosador, un pervertido? —Nolan lo miró de pies a cabeza— ¡Solo tengo 23 años, hay mucho porqué vivir, si eres un asesino te aseguro que matarme será muy aburrido! Te buscará la policía y el FBI, tooodo el mundo me buscará porque yo soy... Obviamente alguien importante.

Maxwell rio aún con más ganas, era demasiado obvio que el chico vivía solo, le pareció incluso tierna su torpe forma de defenderse.

—Ray, baja esa lámpara antes que te lastimes.

—¡Nadie me dice Ray! —Nolan corrió detrás de su sillón sin soltar la lámpara, fue lo único que se le ocurrió para poner distancia entre él y Maxwell— ¿Cómo sabes mi segundo nombre? ¿Vas a matarme, verdad?

—Lo dice tu identificación —Maxwell metió la mano en el bolsillo de su pantalón y mostró al chico su billetera que ni enterado estaba que la había perdido—. Aquí también está tu dirección, debió caerse cuando se rompió tu pantalón, los chicos la encontraron y quise traerla personalmente. No sabía que tengo cara de asesino en serie, a mis treinta años es lo más curioso que me han dicho, veo que contigo nunca se sabe qué puede suceder.

No te enamores de AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora