Capítulo 6.- Sentimientos Clandestinos

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Eran las 9 de la mañana, cuando Alex y Braulio entraban al restaurante favorito del castaño

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Eran las 9 de la mañana, cuando Alex y Braulio entraban al restaurante favorito del castaño. Tomaron asiento y el mesero les llevó la carta.

Braulio no planeaba demorar mucho allí, así que evitó que el mesero se fuera, exigiendo que esperara su pedido de una vez.

Respirando profundamente, Alex trató de relajarse, había decidido desayunar con su novio, para hablar sobre cosas importantes, pero éste lo hacía muy difícil siempre. Abrió la boca para pedir solo una bebida, ya que desayunó temprano por lo que no tenía hambre, pero antes de poder decir nada, el otro lo interrumpió.

—Voy a querer un café negro, sin azúcar, una ensalada con salmón y una rebanada pay de fresas —luego señaló a Alex— para él, trae un café como el mío, una ensalada de quinoa con pollo y una rebanada de pay de arándanos.

—En un momento traigo sus pedidos —el mesero retiró las cartas y se fue.

—Ya es tarde, ayer te dije que fueras a buscarme temprano, tengo muchas cosas que hacer y me atrasas, no entiendo por qué se te dificultan las indicaciones y eso, que te explico las cosas muchas veces.

El mesero llevó los cafés, Alex sonrió con amabilidad mientras le servían el suyo, Braulio solo hizo una mueca de desagrado porque el mesero interrumpió lo que estaba diciendo.

—Desayuné con mis padres esta mañana, por eso tardé en ir a buscarte —Alex tomó un sobre de azúcar y lo puso a su café.

—¡Eso es demasiada azúcar! No quiero que vayas a engordar, deja eso.

Alex apretó los dientes y molesto, tomó otro sobre de azúcar y lo puso a su café, luego le sonrió de mala gana a su novio y comenzó a dar vueltas a su bebida con la cuchara.

—Ups.

—Cuando te juntas con ese indigente de Nolan, te pones insoportable. Ayer me hiciste quedar en ridículo, eres un malagradecido, después de todo lo que hago por ti, así me lo pagas.

El mesero llegó con la comida y Braulio volvió a enojarse con él, iba a decirle algo al pobre muchacho, por lo que Alex habló primero.

—Gracias por la comida, le llamaremos si necesitamos otra cosa.

—¿Ves lo que haces?

—¿Qué? —preguntó Alex dando un sorbo a su café.

—Tratar a cualquier inepto como si fuera uno de nosotros, por si no lo sabes, ellos trabajan para nosotros, no tenemos porqué ser amables.

—No tenemos que "ser" amables, "debemos" de ser amables, ellos son personas igual que tú y que yo.

—¡Ellos no son igual que nosotros, no seas ridículo!

—Bien Braulio, tú todo lo sabes y yo no sé nada, ¿contento?

—El tono con el que me hablas no me gusta, soy tu novio y tienes que respetarme.

No te enamores de AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora