Capitulo I: Reencuentro

733 47 18
                                    

Los humanos son sociables por naturaleza.

Idiomas, cartas, dinero.

Todas estas son instrumentos de comunicación existentes en el mundo y están ahí para fortalecer nuestra naturaleza social.

La vida social es bien fijada en las familias adineradas. Para esta sociedad del siglo XVII es un hecho que todos los hombres de buena familia y gran prestigio debe tener una esposa.

Entre los nobles, en el matrimonio no impartan los sentimientos u opiniones sentimentales, para ellos lo esencial son el dinero y la reputación.

Esa regla hace una excepción en mi familia. La unión de mis padres fue matrimonio a conveniencia, y a pesar de todo, ellos se enamoraron con el tiempo. Siempre toman las decisiones más beneficiosas para sus hijos, según nuestras impresiones, sin tomar en cuenta las inclinaciones de la sociedad.

- Querido esposo – dijo una mañana de cierto día de verano mi madre, la Condesa Katherine de Lawrence - ¿Se ha enterado de la llegada de un hombre de gran fortuna procedente de Hungría? – tomo un sorbo de su té de jazmín.

Mi padre, el Conde Olivier Lawrence, asintió con la cabeza mientras tomaba un poco de café sin desviar la vista del diario matutino. Nos encontrábamos desayunando en el jardín, yo estaba sentado frente a mi madre, en una mesa con tablero de mármol montado sobre seis patas en forma de balaustre, y mi padre se hallaba a tan solo un metro lejos de nosotros sentado en una espléndida silla de madera con una pequeña mes de té a su lado, donde había vuelto a colocar su taza de café.

- ¿No le interesa saber quién es el caballero? – pregunto mi madre con impaciencia.

- Adelante, no tengo inconvenientes en oírlo – la invito mi padre a hablar.

- Vera, querido esposo, mi amada prima, la Condesa Emily de Cunningham, me ha escrito una carta informándome que aquel extranjero, quien se hospeda en una gran mansión a las afueras de Londres, cabe mencionar que es su vecino, tiene lazos de sangre con la realeza de su país. Parece ser que es descendiente de uno de los príncipes de antaño de Hungría.

- Madre ¿Cómo se llama el Duque? – pregunte fingiendo interés.

- ¿Y tú como sabes que es un Duque? – exclamo con sorpresa.

- Bueno madre, si se dice que aquel caballero es descendiente de la realeza ¿Acaso no se le otorgaría el título de Duque? – me defendí.

- No estás del todo equivocado, hijo mío – dijo mi padre ahora levantándose de su asiento – Es el Duque David Koszka de Hungría – sonrió adentrándose a la casa.

Mi madre se encontraba confundida y sorprendida, yo solo me limite a asentirle con la cabeza. En realidad, fue padre quien me contó, sabíamos que apenas mi madre se enterara, ella lo persuadiría para que él lo visitase.

Como era de esperarse lo siguió hasta su despacho y yo fui tras ellos.

- Ustedes no pueden pasar más de aquí, queridas hermanas – dije bloqueando el camino.

- Vamos no seas así, Andrei. Sabes que esto nos concierne a nosotras también – dijo Olivia, mi segunda hermana mayor.

- Por lo menos permítenos escuchar desde aquí afuera – suplico Jessica, nuestra hermana mayor.

- Andrei, cierra la puerta por favor – ordeno mi padre.

- Solo desde aquí fuera, no hagan ningún ruido – dicho esto cerré la puerta tras de mí y me adentre al despacho, apoyando mi mano sobre el marco de la ventana admire el sublime paisaje.

Angyal & Vampyr (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora