||Origen||

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Pekin, China. 10 de marzo de 2018. Seis meses antes la epidemia.


Hace exactamente un año, China habia empezado a hacer experimentos con genética en la universidad de Pekín para erradicar enfermedades sin cura, como el cáncer, sida, entré otros. La razón, a pesar de ser bien intencionada, era peligrosa. Sin embargo, luego de varios intentos de algún tipo de cura a estos, algo salió mal en sus experimentos y uno de los sujetos contrajo una enfermedad desconocida para cualquier científico y doctor. Días después el sujeto murió y mágicamente volvió a la vida, sin embargo presentaba un comportamiento errático y sin conciencia. Los científicos, a pesar de esto, continuaron con sus experimentos pensando que el regreso de la muerte de aquél sujeto era un gran avance para la ciencia. Ellos no sabían lo que le esperaba a su país e incredulamente, dejaron el sujeto agresivo en una habitación simple, sin ningún tipo de protección a sus doctores. Así fue como, cada persona que se acercaba a estudiar o incluso solo observar de cerca a este infectado, se contagiaba al ser rasguñados o incluso mordidos. Luego de una curación sencilla, iban a compartir con sus familiares y amigos y de esta manera, incluso antes de que siquiera los científicos pudieran determinar la causa de la enfermedad, ya estaba completamente fuera de sus mano. Y para cuando la OMS había descubierto este hecho, induciendo a la facultad de investigacion y medicina en una investigación de seis meses, ya era demasiado tarde.

























































Tiempo después.

Pekín, China. 20 de noviembre del 2018. Diez días después del brote.

— ¡Capitan Yu! Aquí está la lista algunos de los sobrevivientes que pasaron la prueba en la zona— le habló un cadete a su superior.

El Sargento Yu asintió.

—¿Y donde están ahora ellos?

— Estan esperando su orden para entrar al depósito.

— Muy bien, vamos por ellos

El Capitán Yu observó como las personas iban ingresando con miedo al búnker militar. Y en las última filas, una madre arrastrando a su hijo adolescente, quien se resistía solemne a las insistencias de su madre.

— No puedo mamá— forcejeó el joven—¿No lo ves acaso?— el chico bajó su tapabocas, mostrando las pequeñas erupciones que salían alrededor de su boca.

— No lo veo y te vienes conmigo, no voy a dejarte solo— pronuncio terca sin soltar su manga. El hijo nego— Por favor Xiu Cheng, no puedo dejarte solo, el virus tarda mucho tiempo en infiltrarse del todo en el cuerpo, lo sabes, además, no te mordieron. No tienes marcas en tu cuerpo, te juro que cuando lleguemos a Corea, te buscaremos ayuda y te recuperarás hijo.

El chico lo pensó unos segundos ¿Estaría bien ser egoísta? ¿Podría confiar en la palabra de su madre? Ella nunca lo había defraudado y a pesar de su negación, muy en el fondo tenía esperanza e ilusión de lo que su madre decía, podría convertirse en una verdad. El chico finalmente se rindió y acepto, su madre le indicó que vaya a esconderse detrás de las enormes pilas de suministros militares y que cuando haya suficiente gente por el lugar para mezclarse, salga.

— Espera— lo detuvo la mujer, para luego esconder un papel en su chaqueta— Si te preguntan porque el barbijo o algo así, muéstrales esto.

El chico solo atino a asentir y fue a esconderse. Luego de varios minutos y cuando estuvo lo suficiente lleno para  mezclarse, salió. Agradeciendo que el no era el único con cubre bocas. Disimuladamente se acerco a su madre, todo el grupo escucho las indicaciones y luego procedieron a entrar de a poco al contenedor.

— Muy bien, partirán dentro de unos minutos, solo debemos esperar la orden del capitán— el hombre cerro el bunker dejando a oscuras el grupo de personas. Cuando este había desaparecido, las pocas personas de ahí, sintieron paz de que volverían a empezar de nuevo. Incluso el joven y su madre sintieron la felicidad y emoción que les causaba estar en aquel diminuto lugar.

Entonces, el capitan se acercó a la enorme caja de metal, abriéndole por el costado. Por fuera parecía una  contenedor común y corriente de carne vacuna que sería enviada de China a Corea. Sin embargo, si te acercabas y escuchabas, habían dentro de este sonidos que asemejaban al de personas murmurando y a veces tosiendo.

— Muy bien— hablo el hombre con una lista en la mano, observando al grupo de 30 personas sentadas y amontonadas en el piso del contenedor— ¿Están todos?

Preguntó el hombre a su camarada detrás de él, haciendo que este asienta en confirmación.

— Bien, llegarán a Corea dentro de una semana, verán que el...—una tos lo interrumpió. El hombre apuntó su linterna hacía el—  ¿Estas bien chico? No puedes ir enfermó, conoces las reglas.

— No, es solo gripe— el hombre lo miro con duda, haciéndo que el chico con tapabocas saqué del bolsillo de su chaqueta un papel— Mire, es solo gripe.

El hombre lo agarro y leyó el papel, para luego volver a observar al chico.

—No te quites el barbijo — el chico asintió— Muy bien, espero que tengan lo necesario para pasar la semana hasta llegar a Corea. Les deseo buena suerte.

Dicho esto el hombre cerró la puerta y se retiró del lugar, sintiendo un
presentimiento de que habia cometido un terrible error.

VIRUS《BTS & BLACKPINK》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora