Recorrieron casi toda la escuela en busca de Hoseok, gritaron su nombre incontables veces sin alguna respuesta, era seguro que ya se había ido. Eso a Jungkook le fascinó, pero al parecer a Jimin no parecía gustarle la idea de que su amigo lo había abandonado.—¿Por qué no intestas marcarle?—La voz de Jungkook salió pesada por el cansancio.
—Mi batería está muerta, no estoy muy al pendiente de mi celular y olvidé cargarlo.
—Bueno, creo que deberíamos irnos.
—Sí, no puedo creer que Hobi me dejara.—un puchero se formó en sus labios haciendo que luciera más tierno de lo que ya era.
—No hagas eso Jimin, solo aumentan mis ganas de besarte.—aquello hizo al pelimorado cohibirse, sus mejillas no tardaron en adoptar un tono rosado—Lo siento, no quise incomodarte.
—No no, no me incomodas, es solo que, pues esto es nuevo para mí, no sé cómo reaccionar, siempre lo termino arruinando todo.—Jimin agachó la cabeza, su mirada pegada al suelo y sus manos sudadas jugueteaban tratando de aliviar su ansiedad.
—No agaches la cabeza, no tienes porqué,—Jungkook lo tomó de la barbilla, elevando esta, conectó sus miradas—solo quiero que me des la oportunidad de estar a tu lado, de pretenderte, por favor.
Jimin asintió levemente y Jungkook creyó que su corazón se saldría de su pecho.
—¿Sí? ¿Es un sí?—La emoción en Jungkook era notoria.
—Sí, siento que te lo debo por creer que eras como ellos.
—No te culpo, pero ahora sabes que jamás sería capaz de lastimarte, me gustas mucho y no podría soportar la idea de ser el causante de tu dolor.—Las palabras dichas salieron desde el el fondo de su corazón, estaba seguro de lo que sentía por Jimin, no era una simple ilusión, era algo más, un sentimiento más fuerte, pero sabía que no era momento de decirlo, aún no.
Jimin seguía procesando aquellas palabras, nadie antes le había dicho algo tan bonito, su corazón se sintió cálido ante el chico alto que creyó era como los demás y lo juzgó sin darle una oportunidad.
—No es necesario que digas algo, es suficiente con que me dejes estar a tu lado.—Jungkook tomó las manos de Jimin y dejó un beso en su mejilla.—Te quiero Jimin—pudo pronunciar esas tres palabras, aunque apenas se acercaba a lo que realmente sentía.
El pequeño cuerpo de Jimin se estremeció, sabía lo rojas que se encontraban sus mejillas pues las sentía calientes, y no era tanto por el acto de Jungkook sino por lo que él haría.
Llevó su dedo índice a sus voluptuosos labios con un poco de duda y tanteo un par de veces en ellos.
Jungkook sabía lo que ese gesto significaba, se sorprendió pero no dudo en darle un pequeño beso, fue rápido, pero volver a sentir aquella suave textura aunque sea por un segundo, era suficiente.
—Te acompaño a tu casa.—sabía lo avergonzado que Jimin se encontraba por lo que decidió cambiar el tema.
—No es necesario, no quiero ser una molestia, puedo irme solo.
—No eres una molestia, y no voy a permitir que te vayas solo, te voy a acompañar así no quieras.
—Gracias, y sí quiero que me acompañes.—Jimin se acomodó mejor su mochila y caminó primero hacia la salida de la escuela.
Jungkook sonrió victorioso.
Durante la caminata a la casa de Jimin, aprovecharon para conversar y conocerse un poco más, descubrieron que tenían algunas cosas en común y otras en las que totalmente discrepaban.