Capítulo 31

4.7K 434 10
                                    

— Necesito una ducha — Dice Ana cuando regresamos a Escala después de la cena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Necesito una ducha — Dice Ana cuando regresamos a Escala después de la cena.

— Ve, tengo que hacer una llamada.

— Bien, no tardes Christian.

La veo desaparecer hacia nuestra habitación y me encamino a mi estudio. Llamo a Taylor para pedirle que venga, mientras llamo a Welch.

— Señor Grey — Me saluda con esa voz rasposa que lo caracteriza.

— Welch, necesito información sobre una persona.

— Por supuesto, dígame quién es.

— Se llama Caleb Rights — Taylor se asoma por la puerta y le hago una seña — Mi empresa acaba de publicar su libro.

— Será fácil de encontrar, no se preocupe jefe. Tendré la información para usted.

— Bien.

Termino la llamada para poner atención al hombre sentado frente a mi. ¿No tenía la tarde libre? Se ve como la mierda.

— ¿En que puedo servirle, señor Grey?

— ¿Dixon comentó algo sobre un imbécil llamado Caleb Rights? Nos topamos con él en la cena, pero Ana parecía inquieta por su presencia.

— No lo mencionó, señor. ¿Quiere que lo llame?

— Si, que ponga especial atención en él mientras Welch me pasa la información. Necesito saber qué pasa con Ana y él.

— Si, señor — Jason se levanta de la silla para salir de mi estudio.

— ¿Taylor? — Se vuelve para mirarme — No te ves bien, tomate unas vacaciones y consigueme a alguien que reemplace a la señora Jones mientras están fuera.

— Bien. Gracia señor.

Taylor cierra la puerta detrás de él y solo puedo imaginarme qué es lo que podría estar pasando para que luzca tan estresado. ¿Y qué decir del autorcito ese que incomodaba a mi esposa?

Si es lo que pienso, deberé tomar el asunto en mis manos.

Veo la hora en el reloj y me levanto solo para comprobar que efectivamente, Ana se quedó dormida tan pronto salió de la ducha, exhausta.

— ¿Nena? ¿Quieres jugar? — Susurro pero ella no se mueve — ¿Ana?

Estira las manos sobre su cabeza pero no despierta. El camisón gris de seda se desliza por encima de sus muslos y por un segundo me planteo llevarla hasta mi cuarto de juegos.

— Será mañana — Exhalo con frustración.

Me acuesto junto a ella después de una ducha y cierro los ojos. Ana desea ir a Montesano porque no ha visto a Ray desde la boda así que lo entiendo a la perfección.

Pero me gustaría ser yo mismo quien la lleve, así que tan pronto como despierto el viernes en la mañana, trazo un plan de acción.

— Ana quiere ir a Montesano este fin de semana — Taylor corre junto a mi, el resto del equipo detrás de nosotros — Voy a reacomodar mi agenda para que podamos partir esta tarde en el Charlie Tango.

— Pediré que lo alisten, señor Grey.

— Si, haz que alguien del equipo nos siga en la suv con las maletas, las vitaminas y lo que haga falta para que  podamos pasar unos días con tranquilidad.

Taylor asiente, pero de nuevo puedo ver ese semblante cansado que le vi ayer. ¿Es que acaso no duerme?

— Y tomate las malditas vacaciones, te ves jodido y recuerda que eres mi elemento de confianza. Te necesito en tus completas facultades para cuando nazca mi hijo.

Jason sonríe divertido y asiente. No es una jodida broma, probablemente es la única persona fuera de mi familia en quién confiaría ciegamente y lo necesito más que nunca.

Mierda, le compraría a él la jodida casa en Broadview antes que al imbécil de Elliot. Aunque podría mandar construir una pequeña residencia para ellos dentro de la propiedad.

Vamos de regreso a Escala para que pueda alistarme mientras Ana toma el desayuno. Haré lo posible con reacomodar la agenda de la tarde y mañana.

— Saldremos hacia Montesano esta tarde, Gail preparará tu maleta.

— ¿De verdad? — Chilla con emoción.

— Por supuesto, Señora Grey.

— ¡Eso es fantástico, Christian! ¡Gracias!

— El Charlie Tango estará listo, señor Grey — La voz de Taylor se escucha desde el pasillo de servicio — Baker los seguirá en la Suv hasta Montesano.

— Bien. Asegúrate que venga el piloto con él para que traiga de regreso al Charlie Tango, no deseo conducir.

— Si, señor.

Jason gira sobre sus pies para volver por el pasillo, Ana no lo pierde de vista.

— ¿A dónde va? ¿Por qué no lleva su traje de servicio secreto?

— ¿Qué? — Balbuceo mirándola.

— Su traje, con el que pasa desapercibido — Dice con la ceja arqueada.

Justo ahora soy consciente del hecho de que Jason llevaba aún el conjunto deportivo con el que salimos a correr.

— Le di vacaciones, él y la señora Jones se ausentarán por las próximas dos semanas.

— ¡Dios mío! ¡Eso es genial Gail!

Ana chilla de nuevo, volviendo sus ojos hacia mi ama de llaves que luce totalmente sorprendida.

— ¿No lo sabías? — Le pregunta mi esposa.

— No, no, yo... No lo sabía.

— Pues ya era hora de que tomaran un descanso. Y espero que el viejo no desaproveche la oportunidad — Digo mirando a Gail.

— ¿De qué hablas? ¿De qué me estoy perdiendo? — Pregunta bajito para que solo yo la escuche.

Hago una discreta seña hacia su anillo de compromiso, para darle una pista de lo que Jason me confesó está mañana mientras corríamos por la bahía:

— ¿Tiene algún impedimento para que pueda casarme con la señora Jones? — Dijo de pronto sabiendo que estábamos solos.

— No Taylor, ninguno siempre y cuando sigan trabajando para mí. Sabes que son de mi entera confianza.

— Entonces tomaré esas vacaciones para convencerla — Dijo con una sonrisa.

— Si lo logras — Detuve mis pasos para mirarlo — Ana querrá organizar esa boda.

— Nada me complacería más, señor.

— Que ella diga que sí, y nosotros nos encargaremos del resto.

Historia de Amor 💜 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora