Capítulo 34

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— ¿Demanda por agresión? — Chillo por la sorpresa

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— ¿Demanda por agresión? — Chillo por la sorpresa.

Christian se pone de pie y camina hacia la ventana pero necesito escuchar lo que ocurre, así que voy detrás de él.

— Ese jodido imbécil.

— Sabíamos que pasaría, no va a perder la oportunidad de pelear una indemnización millonaria — Dice Ros.

— Entonces prepara todo, avisa a Marcus y pon al idiota de Relaciones Públicas al tanto de lo que puede o no puede decir. Haré unas llamadas.

Apenas cuelga la llamada, vuelve a marcar pero desiste y cuelga. Creo que sé a quién estaba llamando. Busca otro nombre en los contactos y marca.

— Dixon, cuando pasó lo de Hyde se instalaron cámaras dentro de SIP, ¿cierto?

— Si señor.

— Bien, necesito que revises los videos de ayer, sobre lo que pasó con Caleb Rights y lleves el video a Grey House. También llama a Welch, tenía que haber investigado a ese imbécil, ve si descubrió algo interesante.

Termina la llamada y exhala ruidosamente. Su semblante frío e inexpresivo solo me hace pensar que está preocupado y quiere acabar con esto lo más pronto posible.

— ¿Vas a darle dinero?

— No, sino todos pensarán que pueden venir a provocarme y quitarme dinero de las manos. No lo dejaré salirse con la suya.

Asiento sin saber qué más decir. Y no puedo dejar que me vea preocupada, no quiero ser una carga más para él.

— Iré a preparar el desayuno — Beso su mejilla.

— Tomaré una ducha.

— Bien, no tardes y avísame si necesitas ayuda.

Le guiño un ojo y salgo de la habitación para que pueda alistarse. Ray, como de costumbre, ya está sentado en la mesa con una taza de café en sus manos.

— ¿Quieres? — levanta la taza.

— Oh sí, pero no debo. ¿Tienes jugo?

— Annie — Ray me mira con expresión seria — En esta casa solo hay café y cerveza, tómalo o déjalo.

— ¡Bien! Le diré a Sawyer que me traiga un jugo cuando venga hacia acá.

— ¿Te refieres al tipo trajeado asustando a los vecinos? Lleva ahí afuera casi una hora.

— ¿De verdad? Se están tomando muy en serio el papel de suplir a Taylor.

— ¿Dónde está el viejo Jason? — Papá sonríe.

— De vacaciones con Gail.

— ¡Me alegro por él! Escuché que está muy enamorado de ella, espero que por fin se ponga la soga al cuello.

Papá hace un ademán de echarse un lazo por la cabeza y tirar de él, ahorcándose.

— ¿Te refieres a casarse? — Él asiente — Por favor no lo digas de esa forma, pareciera que es el fin de sus días.

— ¿Y el matrimonio no lo es? — Bufa, luego encoge los hombros — Pero lo digo por los demás, Annie, Christian es feliz y te ama.

Se levanta de la mesa para ir a la sala a encender el televisor, cambiando canales buscando probablemente alguna repetición de deportes, pero se  detiene de pronto cuando un fulano grita entre una multitud.

— ¿Annie?

— ¿Si? — Me acerco para ver con mayor detalle el televisor.

— ¿Christian está en problemas?

Antes de que pueda contestarle, mi esposo sale de la habitación con el cabello aún mojado por la ducha y nos mira.

— Papá — Llamo de nuevo su atención — Un hombre en el trabajo intentó propasarse conmigo y Christian lo impidió. Ahora ese oportunista lo está demandando.

— ¡¿Que hizo qué?! — Se levanta del sofá de un brinco — ¿Dónde está Betty? ¡Yo a ese lo mato!

— ¡Papá! Estoy bien, gracias a Christian. Seguro podremos resolver esta situación sin problemas.

— Muchacho — Ray se acerca a Christian — Hiciste lo correcto y tienes completamente mi apoyo. ¿Qué hay que hacer?

— Gracias Ray — Mi esposo palmea su hombro — Ya estoy haciéndome cargo.

El ruido de la televisión me hace voltear hacia ella y puedo distinguir perfectamente a Caleb frente a una multitud de periodistas. Lleva un collarín, un parche que se adhiere a ambos lados de su nariz y marcas moradas en sus ojos.

— ¡Mierda! ¡Eso sí que fue una buena paliza! — Exclama papá con orgullo.

— Apenas tres golpes, el bastardo se merecía por lo menos un par más.

— Esperaré a que todo se calme y luego voy a hacerle una visita.

Dice Ray, pero creo que lo dice más para él mismo. Nuevamente los gritos de Caleb nos hacen voltear hacia la rueda de prensa que está ofreciendo afuera de las oficinas de SIP.

— ¿Y qué se supone que hace ahí? Él sabe que nadie trabaja en la editorial el fin de semana — Pregunto a mi esposo.

— Está llamando la atención y a los diarios de chismes les gustan los escándalos.

— ¿No es ese el ex abogado de Hyde? — Señalo al hombre detrás de Caleb.

El móvil se Christian vuelve a sonar, pero está vez rueda los ojos antes de tomar la llamada.

— Papá.

— ¡Christian! ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

Mi suegro habla tan fuerte que incluso Ray y yo lo escuchamos.

— Un problema con un ex empleado de la editorial que intentó atacar a Ana.

— Eso lo sé, lo escuché, esta en todos los canales desde temprano. ¿Ana está bien?

— Si, estamos en Montesano visitando a su padre.

— Quédense ahí, déjame hablar con algunas personas para ver qué consigo. Según escuché, el tipo ese alega tener un amorío con Ana y que lo golpeaste cuando lo descubriste.

— ¿Qué? — Chillo ofendida. ¿Tener algo con Caleb? ¡Grandísimo mentiroso!

— Tengo un abogado, papá.

— Lo sé, pero estoy en esto quieras o no. Apaga el televisor mientras tanto y te llamaré más tarde.

— Bien. Gracias papá.

Cuelga la llamada y guarda el teléfono en el bolsillo del pantalón, pero vuelve a sonar con una llamada. Mira la pantalla con confusión antes de contestar.

— Taylor.

— Señor Grey, ¿Quiere que vuelva?

— No Jason, estás de vacaciones y sabes que hace mucho no las tomas. Si las cosas se complican yo mismo te llamaré.

— Por supuesto señor Grey.

Y de pronto me siento tan conmovida que comienzo a sollozar. Ray, Taylor, Ros y muchos más están brindándonos su apoyo incondicional.  Me alegro tanto de tener a estas personas en mi vida.

Mi familia.

Historia de Amor 💜 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora