XVII

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Yo tenia que averguiar y mas que todo comprobar por mi misma que tal era esa hombre en la cama.
Digo, para saber si mi madre hizo una buena eleccion.
Por mi mente rodaban muchas maneras de seducirlo, lo cual me resultaba complicado ya que se la pasaba trabajando pero no hay trabajo imposible para mi.
Un domingo de descanso mi madre dormía hasta tarde para recompensar los días de trasnocho, pero Jhosep acostumbraba levantarse temprano a tomar una taza de café y encerrarse en el estudio.
Yo obviamente! Aproveche para iniciar mi plan.
Me levante poco antes que el para darme una ducha y ponerme la pijama mas corta y escotada que tenia.
Baje hasta el estudio haciendome la inocente de que hubiera alguien allí.
Abrí la puerta y fingí estar sorprendída de verlo sentando en el sillón de la esquina, frente a la ventana con su taza de café.
No demoro mucho en notar mi presencia, reacciono tragando en seco y abriendo sus ojos.
Entendí que le gustaba verme, pues sus ojos no se iban de mis piernas.
Me acerque diciendo.
-buenos días Jhosep, no imagine verte aquí tan temprano.
~yo tampoco teffy.- respondió con la voz entre cortada y tartamudeando
-no me ofreces una taza de café?
~ya esta frío.
Me sirvió en una taza derramando un poco al piso, sus manos temblaban, no podía disimular los nervios.
estiro la mano para dármela y haciendo un gesto de torpeza la regué sobre mis pechos y mi abdomen.
-ay! Perdón que torpe, me moje toda.

Los Hijos de mi padrastro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora