CAPITULO 3

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Poco a poco voy logrando mi misión, no se despega de mi en ningún momento, ha pasado mas de una semana y conozco todo de él, me ha contados sus temores, sus secretos, sabia que un
dia lo encontraria, y lo esperaba, ya que no queria estar todo el tiempo solo, eso si me sorprendió. A muchos de mis viejos amigos los he conocido desde temprana edad, pocos son a
los que me acerco a una edad ya avanzada, pero me recompongo rápido y mi rostro vuelve a ser el mismo; todo marcha a la perfección, excepto por una charla que tuve con él, me pregunto por mi anterior amigo, bien
pude distraerlo con otra cosa, pero casi nadie pregunta eso, asi que aqui la historia:
Como bien saben, tuve amigos por todo el mundo, y el anterior fue una chica de Pensilvanya, Amy, de hecho, la apariencia que tomé fue la de ella, a excepción de los ojos, los suyos eran cafés claros, la habia visto crecer desde pequeña, siempre la estuve rodeando, y ella me sentia a su al rededor, conforme fue creciendo nos hicimos mas unidos, al ser hija única se sentia un poco sola, se aislaba mucho de sus compañeros, según ella no le hacian falta porque me tenia a mi,
mi papel con ella fue la de un amigo, tome mi verdadera apariencia y parecía no darle miedo, por eso fue una de mis favoritas; sin embargo, sus padres sentian que habia algo mal con ella, y en mas de una ocasion la encontraron hablando conmigo, pero como para los demás suelo ser
invisible, fue muy incómodo; aun asi Amy jamas me delató. Eso aumentaba la preocupación en sus padres, sabian que su hija estaba cada vez peor, pero que podian hacer si ella no los
dejaba ayudarlos. Me volvi tan unida a ella, que ya eramos uno, hacia todo lo que yo quería, y lo más hermoso es que podia lastimarla desde dentro de su mente, era lo mas fácil del mundo,
hacerle creer que no la querian, que estaba sola, que era una inutil, de lo defraudados que se sentian sus padres de una hija como ella, llegó a estar tan confiada de mi que hacia todo
lo que decia, incluso intentar suicidarse, pero cuando el intento falló sus padres intervinieron, estaba molesto, frustrado, pero vi el lado positivo, seguiría teniendo a mi amiga por más tiempo.
Lo que hicieron era lo mas lógico, llevar a su hija con un psicólogo para que asi pudiera "olvidarse de mi", Jaja como si eso fuera posible. Tras 6 meses de terapia con un psiquiatra, cientos de medicamentos y tratamientos pocos ortodoxos como electro shocks, sus padres creyeron haber curado a su hija, pero lo que no sabían es que nunca se olvidó de mi, en ocasiones aun hablabamos por las noches, me contaba que las pastillas la impedian oirme
pero sabia que yo seguia con ella; el último dia que estaria en la clinica la convenci de que habia una manera de librarse de todo, de dejar de tomar medicamentos, de sufrir, incluso
librarse de mi si es lo que queria, su respuesta fue lo que me imaginaba, quería librarse de todo, así que lo hizo, se suicido, cortó su cuello con un bisturí que robó de la bandeja de utensilios quirurgicos de una enfermera, antes de
perder la consciencia me sonrio y dijo "gracias", si supiera que yo era quien debia agradecerle, ver todas esas muertes para mi era exquisito sobre todo si ellos mismos eran quienes ponian fin a sus vidas. Llamenme melancólico o romántico, pero me quedé con ella hasta que su corazón se detuvo y su actividad cerebrar
cesó.
Lo que pasó después fue aburrido, enfermeras corriendo de un lado para otro, llamando a médicos pero sabian que ya nada podían hacer; después de eso pude haberme quedado en
ese lugar, buscar amigos, alguien con quien conversar, pero queria ver a los padres de Amy, estuve con ellos por un tiempo, vi su dolor, vi todas las lágrimas y gritos que salian de sus
cuerpos causa de la perdida de su única hija, ellos creían haberla curado, pero no sabían que una vez que entro en la vida de alguien, no salgo de ella. Pobres padres, culpando a su Dios de
su perdida, incluso reclamándole a la muerte por llevársela, pero ninguno de ellos dos tenia la culpa, el único responsable fui yo, siempre he sido yo.

Claro que la historia que le conté a lan no incluían ciertas obviedades, no quería espantarlo, no aún, no cuando nuestra amistad apenas iba comenzando.

Crónicas de una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora