CAPITULO 4

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Me doy cuenta que somos mas cercanos, charlamos a muchas horas del día y de cualquier tema que a él le plazca.
Como era de imaginarse, los detectives aún no encuentran al culpable de la muerte se su padre, lo he convencido que si ellos no pueden es
hora de tomar el control en nuestras manos, por lo cual esta noche saldremos, mi plan no es
buscar pistas hasta encontrar al culpable, sino ir descartando a los sospechosos, pueden decirme radical, pero así es como soy, y la manera
mas sencilla de hacerlo es matar a todos con esa descripción, sencillo verdad.
Nos escondemos en un callejón oscuro, durante varias horas, esperando ver a alguien que entre en la descripción, quizá acertemos a la primera o quizá no, después de tanta vigilancia, hemos encontrado a alguien que entra en la descripción; puedo ver que no es el culpable, se nota que es un joven estudiante, dedicado y serio, pero
para que bajarle el autoestima a mi querido amigo lan con mi descubrimiento; lo seguimos por un largo rato, dando vuelta y zigzagueando por las calles para evitar ser vistos, lan está un poco nervioso, le doy ánimos, pero puedo ver como el sudor corre por
su frente, como el sudor baja por esa sudadera con capucha que usa esta noche, puedo oler su miedo, su nerviosismo, veo su cabello mojado,
le acaricio la espalda para darle ánimos, le digo que solo así podremos quitar el mal de las calles, podriamos estar salvando al padre de otro joven, le hacemos un favor a la comunidad. Y con eso lo convenzo, mientras le
acaricio la espalda, puedo sentir el cuchillo que trae en la espalda baja, sonrío para mis adentros, todo lo que le he dicho lo ha hecho, sin cuestionar nada, y se que llegará hasta el
final de esto.

El joven que hemos estado siguiendo pasa por un callejón solitario al otro lado de la calle, es el momento de actuar y así lo hace, sigue mi plan, y de pronto parece que todo ocurre demasiado rápido, se acerca al joven, que no es mucho mas alto que él, quizá solo 5 cm, lan lo detiene de forma abrupta poniéndole el cuchillo en el cuello, desde las sombras
donde me encuentro no puedo escuchar lo que le dice, pero es breve porque entonces, ¡zas! le ha cortado el cuello de una manera impecable, da unos pasos para atrás y aún no procesa lo que acaba de hacer, voltea a verme y echa a correr en mi dirección, cuando esta frente a mi me observa, y puedo entender como la adrenalina corre por sus venas, le digo que es momento de
irnos, y así lo hacemos; volteo a ver el cuerpo inerte que yace en es suelo y sonrió al pensar que en alguna casa, una madre espera a su hijo para cenar, un padre lo espera para charlar
sobre el partido de futbol que tuvo mas temprano, una novia se enoja al ver que su novio no contesta sus mensajes.

Eso es lo hermoso de las muertes, no solo destroza a la victima, sino a
todos a su alrededor.

Crónicas de una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora