"¿Cómo podría saberlo si nunca ame a nadie más que a ti?" Las palabras de Sabo aun retumbaban en la mente de Ace, como si no pudiera creer lo que había escuchado por ser demasiado parecido a aquello que siempre había deseado sucediera.
Le invito a pasar a su habitación con la excusa de tener un lugar más privado para conversar solo para tomarle de la cintura y asaltar sus labios apenas la puerta se cerrara tras de ellos, rosándolos con cuidado mientras hablaba.—Sabo...—
Sabo entre sus manos. —Dime que no es un sueño Sabo... —
Sabo correspondiendo el beso.
Sabo suspirando y entreabriendo los labios para recibir la lengua del pecoso cuando profundizara el beso, acariciando su nuca y su rostro, apegándose a él, mordiendo sus labios, derritiéndose entre sus brazos y negándose a romper el contacto aun cuando la respiración de ambos comenzara a ser un caos.
Si aquello era un sueño Ace no quería enterarse.
Las manos subieron por la espalda del rubio para deshacerse de aquella estorbosa ropa lo más aprisa que le era posible, entre tirones y forcejeos se había deshecho del abrigo y la bufanda, si no le había roto la playera gris ligera había sido por que Sabo se alejase un segundo para retirarla por si mismo, dejándole ver aquel cuerpo por el que tanto había suspirado antes y que le robaba el aliento ahora.
Hambriento cual perro Ace se relamió los labios, la hermosa piel debajo de los bucles dorados que rosaban los hombros de su amado Sabo de manera provocadora y esa leve timidez que antes nunca había visto en el rubio le dejaban prendido, aún más si aquello era posible, de él.
Le quito las gafas obscuras con gentileza, acariciando con el pulgar aquella cicatriz que antes no conociera, lucia vieja y permanente, había tantas cosas que no sabía de Sabo ahora.
—No es un sueño...— La voz de Sabo le arrebato de aquella callada contemplación, sonrió para su amado, llenándose de gozo al ver su enorme sonrisa ser correspondida por la discreta mueca en el rostro del ojiazul antes de que este cerrara el espacio entre ambos de forma que solo pudiera ver aquellos ojos obscuros bajo la penumbra, como aguas en la madrugada, profundas y turbias. —Ace...— Su nombre dicho en aquel tono deseoso le había hecho perder la cordura, de inmediato tomo a Sabo en brazos, cargándolo por debajo de los muslos, le necesitaba demasiado, no había forma de que ahora que le había encontrado lo dejase ir de nuevo.Le tiro a la cama, deshaciéndose de la molesta camisa amarilla que usaba, la placa medica que colgaba en su cuello haciendo un pequeño tintineo mientras observaba a Sabo dispuesto a complacerle, Sabo desabrochando los botones de sus propios jeans ajustados, esos que le lucían demasiado bien. Sabo bajando la ropa un poco para mostrar sus caderas, Sabo, hermoso y precioso Sabo.
Aun en su lecho y con la desbordante lujuria el pecoso se había detenido el tiempo suficiente para, retirando los zapatos del rubio y sus calcetas besar aquellos hermosos pies, le habría comido a besos si su mirada no se hubiera perdido en la hermosa visión de aquella reencarnación de cupido que parecía no cansarse de flechar su corazón.
Le desnudo por completo disfrutando de la visión hedonista de aquel chico entre las desordenadas sabanas moviendo sus muslos de forma que le fuera imposible resistir, y si eso fuera poco la visión de aquel mismo y maldito rubio lamiendo sus dedos para prepararse el mismo mientras con su otra mano comenzaba a autocomplacerse había sido suficiente para que la naciente erección se convirtiera en un completo infierno de lo aprisa que lo había hecho endurecer. —Ace... te necesito demasiado...— como si el aludido pudiera desearle menos...
Apenas bajo sus bermudas y ya se encontraba follando al rubio, colocándole a gatas sobre la cama, quería poseerle cuanto antes y nunca más volverlo a perder, sin importarle las quejas de Sabo marco sus hombros y espalda con mordidas y succiones que serían imposibles de no ver.
Le penetro con fuerza, marcando un ritmo rápido desde el inicio, siendo tan bestial como nunca y tan tierno como siempre y aun con toda esa maldita lujuria en el ambiente eso no podía dejar de sentirse como, al fin, volver a hacer el amor.
Ninguno de los dos había soportado demasiado, como dos adolescentes precoces habían terminado uno sobre las sabanas ajenas y el otro en el interior del rubio, quedando jadeantes y sudorosos en la maraña de cobijas y sentimientos.
—Te amo Ace...— el rubio había sido el primero en romper el silencio mientras apretaba las manos del pelinegro entre las suyas, sintiendo el calor del pecho ajeno en su espalda húmeda por el sudor.
Había tanto que decir, sus manos temblaron y sin poder contenerse el llanto acudió de inmediato. — Te amo Ace... de verdad te amo...—
Con besos en su nuca y caricias de su nariz al cuello ajeno Ace escucho a Sabo jurarle amor una y otra y otra vez entre lagrimas y jadeos, aquel llanto le conmovía pero no le hacía sentir culpable si no deseoso. —También te amo Sabo, no te dejare abandonar mi lado de nuevo. — no importaba lo que tuviera que hacer se aseguraría de cumplir esa promesa, nadie iba a volver a arrebatarle lo que era suyo.
Entre sollozos y murmullos había más o menos podido enterarse de la situación, al fin aquel dinero que parecía solo estar juntando polvo parecía tener un propósito, el divorcio de su amado y esa odiosa compensación no serían problema, Ace haría lo que fuera para que Sabo fuera suyo y ahora que lo tenía ahí lo seria hoy y para siempre.
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Fin
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Days of our love
RomansaEnamorarse a veces no es una opcion, no importa el camino que tome al final terminaré en tus brazos. Prefiero renunciar a mi vida antes que a ti. . . . Serie de drabbles en un AU escolar centrados en la pareja de AcexSabo con un toque de Rob Lucci x...