¿Y si... Me mete el churro en la dona? [STARKER]

¿Y si....

Su mirada estaba fija en una esquina de la sala, viendo unas telas de araña adornar la estancia, un encaje fino con diseños bastante espectaculares, algo tan complejo que tomaría demasiado tiempo recrear los diversos patrones que componían la pequeña pieza de arte, pero para la pequeña araña que vivía allí el tiempo debía ser mucho menor, aún así su pensamiento fue más un tengo que limpiar aquí que el que una persona tendría después de tomarse mucho rato para ver eso.

El nunca fue el chico más ordenado del mundo, pero indudablemente no quería ver a su mentor fingir no temerle a nada, intentando pavonearse mientras hacía relucir sus "encantos" al deshacerse de la arañita, le daba un poco de pena ver eso, y no de la oh, pobrecito más bien del tipo ¡Oh! Que... Poco umnm... Eso... Y es que el aclamado Tony Stark le temia a la susodicha y ni siquiera su larga experiencia trangiversando la verdad lo dejaba bien parado en ésta, lo que era aún peor es que no dejaba que nadie entrará a aquel pequeño santuario que se había armado para el mismo, por ende nadie limpiaba en esas jornadas en que el empresario solo creaba y salía para lograr mantenerse vivo o quizás solo para mantenerse.

Y ahora mismo el necesitaba distraerse con algo, además estaba orgulloso de poder entrar a ese lugar, ya lo había dicho, nadie más podía entrar, nadie que no fuera el señor Stark, Peter o la señorita Potts en caso de que hubiera una emergencia, quizás limpiar un poco sería una buena manera de agradecerle y de no pensar en la palabra con "s".

Con casi 18 años de su vida, Peter, aún no podía decir eso sin sonrojarse hasta las orejas, pero aún después de todo quería expresarlo en palabras, pero palabras serías eso sí o al menos entendibles para el mayor, antes lo había intentado decir, antes, cuando tenía muchas esperanzas, le había dicho en palabras claras y firmes "Usted me gusta" pero el hombre le soltó una sonrisa de lo más despreocupada y con voz petulante le dijo "lo sé" eso lo había dejado totalmente boquiabierto hasta que entendió que lo había tomado como la admiración que tenía por él, entonces Peter le había intentado aclarar que para él era como los churros rellenos de dulce de leche no como el pastel de carne de los martes, él no entendió. Desde aquella vez lo intento varias veces más y como era inevitable, cada una de esas veces un poquito más, se enamoró hasta las patas como dice su tía May, tan así que ahora solo quería un momento al menos, algo que pudiera recordar y nunca arrepentirse...

La verdadera pregunta era ¿Cómo decirle eso?

Por eso cuando el señor Stark llegó y miró hacia la esquina que el miraba, infló su pecho levantando sus hombros, frunció su rostro preparándose para caminar, él lo echo.