Quince con setenta 3

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Un amigo me saluda y me abraza
Me hubiese gustado no haberlo visto
Pero disimulo como si feliz estoy
¿Y de la mujer qué hago? ¿Desisto?

Bajo en mi parada, cabizbajo
Por mi inseguridad y calma
Me dirijo a casa que cerca está
Siento un gran pesar en mi alma.

Organizo mis herramientas de trabajo
Me preparo triste para descansar
Pienso mientras intento dormir
En todo aquello que pudo pasar.

Pasadas dos semanas me contactan
Para impartir de marketing una charla
Seré el orador principal del evento
Quizás con eso me distraiga.

He pensado demasiado en ella
En disfrutar de su compañía
Y unirnos en matrimonio
Y así vivir con gran armonía.

Porque no es sólo su belleza,
Tiene además algo que desconozco
Lo que me envuelve de esa princesa
Que me deja pensativo, hasta tonto.

Ella sacó sentimientos de mí
Los cuales pensé ya no tenía
Creí estar desprovisto de estos
Que mi corazón de ellos carecía.

Y ¿Para qué los despertó?
Para convertirlos en sufrir
Creo que estaba mejor antes,
Mucho antes de verte a ti.

Llegó el momento de la charla
Estoy de pie ante el edificio
Donde he de hablar lo que me gusta
Trataré que sea sin desperdicio.

Me reciben amablemente en la entrada
Y me dicen que pase a registrarme
Late mi corazón a gran velocidad
Hago lo posible por calmarme.

La mujer está en la recepción
Pregunta mi nombre sin mirar
Daniel Rodríguez le respondo
Y usted ¿me puede el suyo dar?

Ella sonríe, mientras levanta el rostro
Me dice: Janes Cárdenas para servir
Sus ojos son perfectos y hermosos
Al mirarme cambia todo su sonreír.

Escrito el 21 de agosto de 2019

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