El pecado de David

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En el tiempo que salen los reyes a la guerra
David se quedó en su palacio y envió a Joab.
Los de Israel derrotaron a los amonitas
Y, mientras David descansaba, sitiaron a Rabá.

Un día, al caer la tarde, se levantó David,
Y se paseaba por el terrado de la casa real.
Vio una mujer muy hermosa bañándose,
Purificándose de su menstruo tal cual.

Mandó a preguntar quién era esa mujer
Le dijeron que era Betsabé, esposa de Urías,
David no prestó oido a su estado civil,
Ni siquiera cuando junto a ella dormía.

Betsabé se purificó de su inmundicia,
Luego se dio cuenta de que estaba encinta,
Se lo mandó a decir a David de inmediato.
¡Bueno, esto tiene muy mala pinta!

David maquinó cómo resolver la situación.
Envió por Urías, quien estaba en la guerra.
Joab, extrañado, le envió al soldado,
Aunque estaban en una lucha férrea.

El plan fue embriagarlo y mandarlo a casa
Para que duerma con Betsabé, su esposa
Y decir que el embarazo era de Urías,
Pero el valeroso guerrero hizo otra cosa.

Pues Urías durmió a la puerta del palacio
Con todos los guardias de su Señor, el rey.
David lo reprendió al darse cuenta de ello.
Urías dijo que era algo que no podía hacer.

Cómo podría él amanecer con su mujer
Mientras el Arca e Israel dormía en tiendas,
Al igual que el general Joab y los demás,
Era algo que no podía hacer a conciencia.

Y eso pasó al día siguiente también.
David estaba ciego por cubrir su falta
Y no era arrepentimiento genuino,
Sino miedo a consecuencias nefastas.

Lo que pasó después fue muy interesante,
Fue un acto de horripilante cobardía
Lo que mandó hacer David con Urías.
Lo verán, de seguro, en la próxima poesía.

240721

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