Therteen

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Para Beatriz....

Siempre estarás en mi corazón, en mi mente
Y en tu tumba.....

Ah pasado un tiempo desde que deje de documentar los sucesos desafortunados que acontecen en la vida de los huérfanos Baudelaire y Victoria, la cual resulta que no pertenece a dicha familia.

Volviendo al presente, las cosas sucedieron como tenían que hacerlo. Los huérfanos Baudelaire fueron enviados a la casa de su tía Jossefine, mientras que Victoria fue enviada a la academia Pruffrock.

Las cosas seguían transcurriendo según su curso.

Mientras que Klaus, Violet y Sunny, se encontraban con su actual tutora, temiendo que en cualquier momento apareciera el Conde Olaff con otro disfraz e intentará robar su fortuna; Victoria se encontraba en la academia ya mencionada con anterioridad. Estaba sentada sobre una banca de madera que estaba frente a la dirección de toda la institución. Había pasado tanto tiempo en ese lugar esperando a que le llamarán que parecía que habían pasado ya meses.

-- Eh estado aquí sentada tanto tiempo esperando que parece que han pasado meses.-- Dijo para si misma.

Al poco tiempo de decir aquellas palabras un ruido comenzó a hacerse presente; golpeteos. Golpeteos que venían de sus espaldas.

-- ¡Hola zampabollos!-- Alcanzó a oír una vocesilla que se escuchaba bastante chirriante.
-- Ustedes son los huérfanos. Y yo soy Carmelita.-- De nuevo escuchó aquel golpeteo contra el piso. Victoria se asomó por un lado de la banca, observó a la niña que portaba un conjunto de colores rosa y traía unas coletas en su pelirroja cabellera.-- Son los siguientes en ver al director junto con la otra zampaboyo huérfana que está sentada atrás de ustedes.-- Ambos niños se giraron y la castaña regresó a su lugar con la vista al frente.

Los pasos se multiplicaron hasta que llegaron a ella. Era la niña pelirroja ya mencionada y otros dos niños que tal parecía eran gemelos.

-- Se que oíste lo que acabo de decir, por que eres una zampaboyo y los zampaboyos son entrometidos.-- Victoria frunció el entrecejo.

-- ¿Qué es un zampaboyo?
-- Preguntó uno de ellos.

-- Es de zampaboyos no saber que es un zampaboyo.-- Finalizó dándose la vuelta y dirigiéndose a la oficina del director. Por instinto los tres jóvenes la siguieron. Desde adentro de la oficina se podía persibir una melodía bastante desafinada de lo que parecía ser un violín. La más baja tocó tres veces aquella vieja puerta de madera y el ruido cesó acompañado de un horrible quejido de un hombre.

-- ¡Maldición! ¡¿Quien se atreve a-- Al abrir la puerta se topó con la niña de "adorables" características que se hacía llamar Carmelita.-- Carmelita, corazón. ¿Qué haces aquí?
-- Habló de manera sutil y amable cambiando por completo su expresión anterior.

-- Traje a los huérfanos.-- El hombre miró a los tres jóvenes y estos notaron una expresión de desagrado en su rostro.

-- Te lo agradezco Carmelita.-- El hombre se hizo a un lado y los cuatro niños entraron en la oficina.-- Entonces huérfanos.
-- Miró entre los papeles de su escritorio.-- Ah si los gemelos Quagmayer y Victoria.... Y ya-- Dejó sus papeles sobre la súperficie de madera.-- Debido al reducido presupuesto con el que contamos tendrán que compartir una cabaña.-- De su bolsillo sacó un folleto y se los mostró a los tres. En el aparecía un cuarto bastante grande y cómodo que podía ser suficiente para que cupiera una familia de varios integrantes.

-- Vaya. Es...

-- Increíble.-- Complemento Victoria.

-- Ese sera su cuarto.-- Los chicos se miraron entre sí con una sonrisa conforme.-- Cuando hayan pasado de nivel.-- Les arrebató el folleto de sus manos.-- Mientras tanto Carmelita les mostrará las instalaciones de la escuela mientras les da un recorrido por el lugar.-- Los tres so volvieron a mirar sacados de onda.

-- Andando zampaboyos.-- La pelirroja salió del lugar seguida de los jóvenes.

-- Esto se ve horrible.-- Habló en voz baja la castaña.

-- Confirmo.-- Hablaron al mismo tiempo los gemelos.

-- No susurren zampaboyos.
-- Habló con molestía.

Se detuvieron frente a unas enormes puertas.-- Está es la biblioteca, nadie viene aquí ya solo vienen los zampaboyos y solo está abierta por diez minutos al día.

-- ¿Porque sólo diez?-- Preguntó la chica Quagmayer.

-- ¿No lo acabo de decir? Solo vienen zampaboyos y tontos a este lugar.

En eso una mujer se acercó hasta las puertas portando unos cuantos libros en sus manos.

-- Hola niños y Carmelita.-- Les saludó.

-- Por sierto la bibliotecaria es rara.-- Susurró de tal manera que hasta la mencionada alcanzó a oír. Después de eso la niñita dió la vuelta en la esquina del corredor y dejó a los chicos sólos.

-- La biblioteca por desgracia solo esta abierta diez minutos al día pero son bienvenidos cuando quieran.-- Los tres le sonrieron.

-- Una biblioteca es un mar de conocimientos.-- Comentó el chico Quagmayer.

«Klaus decía eso»-- Pensó Victoria.

-- Así es, y ustedes pueden venir cuando necesiten conocer más.
-- Después se dio la vuelta y entró en la biblioteca.

-- ¡Zampaboyos!-- Se escuchó desde el final del pasillo.

[......]

-- Está es su chosa, huérfanos. Espero que estén cómodos aunque en realidad no me importa.-- Se dió la vuelta y dejó a los tres parados en medio de una muy pequeña chosa con goteras y moó sobre el techo.

-- Es mejor que nada.-- Comentó ahora la otra chica.

«-- Es mejor que nada.

[.....]

-- ¡N-no! Esto no es... Mejor que nada....»

Recordó a los Baudelaire y se preguntaba si en donde quiera que estuvieran estaban bien y también se preguntaba si el Conde Olaff volvería a hacer de las suyas.

Estaba preocupada por ellos.

Sin saber que de la única persona de la que se debería preocupar en los siguientes días sería de ella misma.











































































Sin saber que de la única persona de la que se debería preocupar en los siguientes días sería de ella misma

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• I am back osiosiosi. UwU

°Strange°~•Klaus Baudelaire•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora