Pasando toda la noche durmiendo como siempre acostumbra, se podría decir que Yong Sun no es de esas personas que despiertan por la noche sino que todo lo opuesto, ni un taladro puede despertarla, apenas si escucha su despertador.
Sus cuatro alarmas hicieron su trabajo, Yong Sun despertó al escuchar su última alarma y al abrir sus ojos sonrió ya que todo le parecía hermoso, la habitacion, la luz que entraba por la ventana, la vista y la ciudad, amaba todo Nueva York pero lo que no sabia es que no solo amaría el lugar o su trabajo sino que tambien amaría a una persona a la cual nunca imaginaría.-¿Dónde estan mis zapatos? -preguntó la joven urgando entre sus dos maletas y luego recordo que tenia tres cajas con ropa y zapatos ya guardadas en el closet la noche anterior- ¿Tacones o botas? -dijo haciendo una mueca super indecisa y terminó decidiendose por los tacones.
La castaña se dirigió al baño para arreglarse, maquillarse y peinarse. Hoy conocería la compañia y estaba super nerviosa por lo que se notaba en su respiración, la cual era agitada.
-Bien... termine -suspiró dejando sus maquillajes sobre el tocador y comenzó a arreglar un poco más su cabello ya que no le convencia ningun peinado de los que se había hecho- Lo llevaré suelto, se ve más natural y... atrevido -dijo riendo un poco y guiñando el ojo a su reflejo.
Le tomó solo unos 10 minutos terminar oficialmente de arreglarse y se dirigió al closet para vestirse, se quito la ropa de dormir que traía puesta y tomo un sostén para luego ponerselo, ya que no sabía bien que usar se sentó en su cama un rato LARGO, como 20 minutos, a mirar el closet y luego miró sus maletas y lanzó un bufeo de frustración.
Luego de una larga espera se decidió por ponerse un top blanco hasta el ombligo y unos pantalones de cuero negros junto con unos tacones blancos haciendo juego con su top, se dirigió al espejo y asintió con una gran sonrisa, al terminar de vestirse tomó su bolso del perchero que se encontraba en la habitacion frente a la cama y asi partir hacia la compañia, seria un largo día para Yong Sun. Bajó por el ascensor y tomó un taxi a la salida del hotel.-¿Hasta dónde la llevo, señorita? -preguntó amablemente el conductor.
-¿Conoce la P.D.C? Es una compañia de baile... -dijo la castaña algo tímida.
-Por supuesto que la conozco, mi hija es amiga de la dueña y jefa -dijo él y comenzó a conducir.
-¿Jefa? ¿Es mujer? -preguntó curiosa.
-Es mujer y tambien es una de las mejores bailarinas del mundo y de Corea del Sur... -dijo el conductor y la joven interrumpió.
-¿Corea del Sur? Wow -dijo sorprendida y se quedó callada lo que resto del viaje.
-Hemos llegado a destino, señorita -dijo él estacionando en la puerta de la compañia- mucha suerte aqui y se amable con la dueña, despues de todo es la jefa -dijo riendo un poco y la joven asintió nerviosa, pagó el viaje y salió del auto caminando hacia la entrada mirándo todo su alrededor sin perderse nada, miraba a todos los que entraban y salían de la compañia cuando una joven se chocó con ella haciendo que la castaña se le caiga el bolso.
-Lo... lo sien... -iba a decir la castaña pero la otra la interrumpió.
-No deberias detenerte en el camino, cortas el paso -dijo friamente la joven rubia, a Yong Sun le llamó mucho la atención su fisonomia, sus labios, sus ojos, ella tambien parecía coreana, habia muchos bailarines de corea en esta compañia.
-Y tu no deberías de hablarme mal, solo fue un pequeño incidente -contestó algo molesta la castaña y la rubia la miró con los ojos entrecerrados- ¿Qué? Tu hiciste que mi bolso se caiga -dijo levantando su bolso del suelo.
-Deberías haber prestado atención a tu camino y no clavarte en el medio del paso a la entrada de mi compañia -dijo la rubia y el rostro de la castaña se quedo pálido, estaba DISCUTIENDO con la dueña y jefa de la compañia.
-Lo... lo siento yo... debi de ser más cuidadosa y atenta -dijo cabizbaja ya que estaba super avergonzada por lo ocurrido.
-Bien, ahora no cortes mi camino -dijo la rubia de forma seca y la castaña se hizo a un lado sin decir una palabra mirando cómo entraba su futura jefa.
-Ya esta, estoy muerta -dijo la castaña tomándose de la frente y una chica tocó su hombro.
-Fue duro chocar con la jefa ¿Verdad? -dijo riendo un poco y la castaña asintió avergonzada- descuida, no es rencorosa -sonrió la joven- no te he visto por aqui ¿Eres nueva? -preguntó curiosa y la castaña asintió.
-Soy Yong Sun, vengo de Corea del Sur -dijo sonriendo de lado la castaña.
-Yo también soy de Corea del Sur -dijo la joven riendo- Me llamo Wheein y llevo en la compañia como dos años creo -dijo sonriendo- ¿Quieres conocer el lugar? -preguntó sonriente.
-Ahora me da cosa entrar -dijo la castaña riendo tímidamente y la otra solo rió y tomó su mano caminando hacia dentro de la compañia.
-Descuida, la jefa no anda por los pasillos, no muy a menudo asi que no la verás al menos por un rato pequeño -sonrió Wheein y Yong Sun asintió confiada aunque con algo de miedo.
Estuvieron un largo rato recorriendo toda la compañia, los salones de baile, los casilleros que se encontraban en los vestidores, los baños, recorrieron todo excepto de la oficina de la jefa ya que habia ocurrido ese pequeño o gran accidente entre Yong Sun y la jefa.
-Ahora esta la presentacion de los nuevos integrantes asi que debes estar presente -dijo Wheein y Yong Sun algo preocupada asintió cabizbaja, estaba nerviosa y aun más recordando lo ocurrido con la jefa de la compañia.
-Estoy acabada, en serio -dijo la castaña con los ojos abiertos sin pestañar.
-No exageres, vamos -dijo Wheein tomándola del brazo y entrando a lo que parecia un gran gimnasio con una cancha de basketball donde se hacian las reuniones ya que estaban las tribunas y ademas a veces se ensayaban allí coreos grupales con numerosos bailarines.
Las jovenes se sentaron en la parte de arriba de las tribunas, al terminar de entrar todos los bailarines sentandose en las tributas entraron los profesores y junto con ellos la jefa y directora de la compañia, vestía un traje gris con una camisa abierta dos botones y una corbata negra desajustada, traía el cabello suelto, un hermoso cabello rubio y flequillo, a Yong Sun eso la volvió loca por dentro, la jefa si que era atractiva.
-¡Buenos días, bailarines! Soy Moonbyul Yi, la directora y jefa de la Private Dance Company o mejor conocida como la P.D.C -dijo la rubia en tono autoritario pero con una leve sonrisa- hoy daremos la bienvenida a los nuevos bailarines de la compañia y colocaré un cartel a la salida del gimnasio con sus nombres y sus clases junto con los horarios, les doy la bienvenida y que tengan un buen desempeño, a mitad de semestre veré individualmente su progreso para un proximo proyecto que tengo en mente hace mucho tiempo, ahora si los dejo tranquilos, busquen sus clases y asistan, la buena asistencia también cuenta, nos vemos. -al terminar de hablar todos los bailarines y profesores aplaudieron y ella se fue con una leve sonrisa.
-No querras llegar tarde a tu primer clase Solcito -dijo Wheein y Yong Sun se sorprendió y la miró con una leve sonrisa.
-¿Solcito? -preguntó confundida, le parecia tierno pero nadie jamas la habia llamado asi.
-Si -dijo riendo Wheein- Sun significa Sol -sonrió y la castaña asintió- desde ahora voy a llamarte asi, Yong Sun es MUY largo y da flojera decirlo -dijo riendo un poco e hizo reir a la castaña- Ya en serio, vamos a llegar tarde -dijo y salió del gimnasio dirigiendose hacia donde se encontraba el cartel para ver las clases de su querida Solcito- en la primer hora tienes Heels, igual que yo -dijo sorprendida y las dos corrieron al salon de clases.
-Espera, espera -se detuvo la castaña- no traje ropa para clase -dijo cabizbaja.
-Para Heels creeme que no necesitas otra ropa, estas perfecta -dijo Wheein sonriendo levantando una ceja y la castaña asintió tímida con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Que comience la tortura -dijo la castaña riendo un poco mientras se hacia una cola de caballo en el cabello.
ESTÁS LEYENDO
The Private Dancer [MoonSun Fanfic]
FanficEstados Unidos, Nueva York; una ciudad en la que muchos turistas pasan sus vacasiones, van a parques o de compras pero no es el caso de Yong Sun. Yong Sun, una chica de 21 años recien llegada de Corea del Sur. Su caso era diferente al resto ya que...