✨ Llamada urgente ✨

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Narra Jotaro.

No había entendido muy bien el porqué me había llamado de tal manera, por lo que respondí a su llamado hacia mí con completa seriedad.

« Mi nombre es Kujo Jotaro. No me gustaría que me llamaras 'amo'. »

La manera en la que le había dicho eso parecía haberla intimidado un poco. ¿Acaso aquí le llaman de esa manera a todos sus clientes? Pensé con bastante confusión y curiosidad.

« Uh, está bien, discúlpeme.. Mr. Kujo.. Si es que le puedo decir así, claro. »

« Si.. Con que me llames de esa manera me conformo. Necesito una mesa individual, por favor. »

« Claro, acompáñeme por favor. »

La joven rubia me guió a una mesa cerca de un cliente que, al parecer, había llegado minutos antes de que yo entrase. Me senté en la silla correspondiente a la mesa. La camarera me pasó tranquilamente el menú, abierto en la primera página de éste. Comencé a leer los bebibles que habían en el menú.. Me decidí a pedir un simple capuccino y un simple canelé. Luego de haber hecho mi pedido, le devolví el menú para que pueda retirarse e ir a hacer lo que había pedido. Planeaba dejar algo de propina, pero, todo depende de cómo me presente lo que pedí.

Unos pocos minutos después, la camarera volvió a dónde me encontraba con lo que había medido, un capuccino y un canelé. Los dejo sobre la mesa junto con un tenedor, el cual debería de usar para comer el canelé. La rubia tomó el tenedor y cortó un pequeño trozo del canelé, acercando el tenedor a mi boca como si ella estuviese alimentando a un bebé. Me sentí un poco incómodo por un momento, aunque luego abrí un poco la boca para que ella pudiese introducir el alimento dentro de la misma. Mastiqué el alimento para luego tragarlo. Era bastante esponjoso y dulce, como debería ser este postre.. Ya estaba pensando en dejar algo de propina, excepto por como me 'alimentaba' la camarera.

« Discúlpeme si hago algo que usted no quiere, Mr. Kujo. »

Pronunció la chica con una mueca de timidez. Su actitud y su trato hacia mi persona.. Me comenzó a parecer algo tierno y lindo. Tal vez vuelva a ésta cafetería mañana, eh. No es tan mala como pensé que sería.

Narra Mista.

Estaba mirando de reojo al cliente que había entrado después que yo, el cual estaba siento alimentado por la camarera que me había atendido. Sus acciones.. Eran muy tiernas y lindas. Asi que eso es lo que quería hacer ella, ¡Simplemente me quería alimentar como ese hombre que acababa de entrar! No puedo creerlo, acabo perder la oportunidad de ser un mimado en manos de esa bella dama.. ¿Bella dama?.. Creo que a lo mejor me estoy pasando un poco, pero es que no puedo llegar a evitar la realidad. Esa joven rubia.. Nunca había visto a una chica tan linda como lo es ella. Su actitud, preocupación y cuidado hacia los clientes es bastante cálida y amable, aunque, a lo mejor sea simplemente una actuación para poder ganar más dinero.

Escuché sonar un teléfono del lado del mostrador. Parece que estaban recibiendo una llamada. El teléfono sonó una vez hasta que fué atendido por una chica un poco mas pequeña que la joven que me había atendido.

« Uh, si.. Comprendo señor. Giorno, es para ti. »

Escuché decir a la chica que atendió el teléfono, dirigiendo su mirada y voz a la rubia, la cual dejó a su otro cliente y se acercó al mostrador, tomando el teléfono. No pude escuchar mucho de lo que ella hablaba, aunque parecía hablar con un familiar o algo así.

La rubia, en alrededor de 5 minutos colgó la llamada y soltó un pesado suspiro, diciéndole a la mas pequeña algo que no llegaba a escuchar ni descifrar leyendo sus labios. La chica simplemente asintió con su cabeza, acercándose a la mesa que me encontraba mientras que la rubia entró a lo que parecía ser un vestidor.

« Disculpe si interrumpo su desayuno, pero su maid ha tenido que irse. »

Dijo la azabache de uniforme anaranjado mientras sostenía sus manos y las ponía detrás de su espalda. Luego de que ella haya hablado, le pedí la cuenta de lo que había pedido, a lo que asintió y se acercó al otro cliente para avisarle lo mismo que me había dicho a mí. Después de eso, procedió a ir al mostrador para sacar la cuenta de lo que había pedido.

Ví salir a la camarera que me había atendido primeramente por la puerta de entrada al local, sin antes saludar a su compañera de trabajo con un beso en la mejilla. Luego de que haya salido, solté un corto suspiro. La azabache se acercó a mi mesa para poder darme la cuenta y yo pagar el final de todo. Ordené un poco los platos para que no le costara tanto llevar las cosas a la camarera, incluso, intenté que no quedara ni una miga o mancha sobre la mesa. Pagué y dejé unas 2 monedas de 20 liras como propina, después me levanté de la silla en la que estaba sentado y la acomodé.

« ¡Que tenga un buen día, joven! »

Dijo la azabache antes de que me vaya por la puerta principal, a lo que le respondí con un simple 'muchas gracias' para después salir y caminar tranquilamente en dirección a mi trabajo, aunque.. Por alguna razón, la imagen de la camarera que me había atendido permaneció en mi mente. Era tan linda.. Que ni siquiera me molestó pensar en ella ni por un segundo. Podría pensar en su amable voz durante toda la tarde, soñar con volver a tocar su mano e incluso llegar a darle un abrazo a la joven.

Narra Giorno.

Es una lástima que me haya tenido que ir del trabajo por las tonterías de mi padre.. Sé que solamente tengo 15 años y que debo hacerle caso, pero.. ¡Es una molestia! No aguanto estar con mi padre ni un minuto por todas las tonterías que dice y hace.

Aunque siempre mantengo los insultos en mi mente cuando debo hablar o estar con el, porque sino, no sé de qué sería capaz mi padre si es que me llega a oír diciéndole alguna grosería, aunque sea la más mínima. Ni siquiera puedo decirle tonto cuando hace una tontería.

Llegué a la casa de mi padre un poco cansada, dicho que debí correr para llegar más rápido si es que no quería que me castigue o algo. Abrí la puerta de la casa y entré silenciosamente. Luego de haber entrado, cerré la puerta detrás de mi espalda y caminé hasta la sala de estar, en donde se encontraba mi padre, Dio Brando.

« ¿Cuántas veces te había dicho que no trabajaras en esa mugre de trabajo? ¡¿Acaso no te das cuenta que te hace mostrar como alguien débil e inútil?! »

El tono de voz de mi padre lo decía todo; estaba bastante enfadado. Parece ser que él se había dado cuenta de que había ido a la cafetería cuando salí por la mañana.

Simplemente tenía miedo. Mis manos temblaban, yo.. No sabía cómo librarme de ésta ahora. Dio se acercó a mí y pasó su brazo derecho por detrás de mi nuca, mirándome fijamente y esbozando una media malévola sonrisa.

« Tranquila, GioGio.. ésta es una advertencia, pero la próxima vez que descubra que sigues trabajando en esa mugre de sitio.. Deberás de tenerme aún más miedo.. »

























ʕっ•ᴥ•ʔっʕっ•ᴥ•ʔっʕっ•ᴥ•ʔっʕっ•ᴥ•ʔっ

Bueno esa fué la parte de hoy, espero que les haya gustado y ps si quieren que siga con esto denle a la estrellita así me entero de que les gusta y, si también quieren, comenten qué es lo que quisieran que suceda en la siguiente parte, ¡Nos vemos! >:³

Susurros De Un Posible Amor [Mista X Giorno X Jotaro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora