4•parte.

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Cuatro horas antes del viaje:

Tienes todo listo?!?!?-dije semi alterada-.

Que sí, ya podemos irnos...-dijo riendo-. Tranquila, tenemos todo.

Estás seguro??-dije aún semi alterada-. Es que siempre olvido las cosas.

Que sí pequeña, que esta todo. No pasa nada.-dijo tomandome de la cintura y abrazandome-. Debes estar tranquila y ya podemos irnos. Vale?

Vale.-dije más tranquila-.

Me separe de Santiago y llamé un taxi para ir al aeropuerto.
Tomamos nuestras maletas y las pusimos en el auto.

En el avión:

Era un viaje bastante largo y yo la mayor parte fuí durmiendo.
Santi estaba mirando pelis.
Él dejaba que me apoyara en su hombro para poder dormir. Estaba muy cómoda y la respiración de Santiago me calmaba muchísimo, lo que hacía que me fuera más fácil aún dormirme.
Ví un poco de la película con Santi, al parecer estaba viendo “Annabelle”, estaba bastante interesante, pero me terminé quedando dormida.
Me desperté porque Santiago me estaba moviendo.

Pero que pasa?-dije moviendome un poco-. Estaba soñando algo muy lindo y tú me vienes a despertar.

Nena no era mi intención arruinar tú sueño, pero es que llegamos en unos minutos.-dijo en un tono tranquilo-.

Está bien, no pasa nada. En realidad gracias por despertarme, que ya dormí demasiado.-dije mientras mostraba una sonrisa-.

Llegamos al aeropuerto y nos bajamos. Tomamos un taxi hasta mí casa para dejar nuestras maletas y luego llegar de sorpresa a la casa de los chicos. Santi estaba fascinado con mi casa, por lo grande y por lo linda.

Entramos a la casa, dejamos nuestras cosas y comimos algo.
Eran casi las 3 de la tarde. Decidimos cambiarnos de ropa, porque en España el calor era mucho mayor.
Yo me puse esto:

Decidimos irnos a la casa de los chicos

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Decidimos irnos a la casa de los chicos. Estábamos en la puerta principal y estaban todos los coches. Así que se supone que deberían estar todos. Le dije a Santi que tocara la puerta y que yo me esconderia en unos arbustos que estaban ahí.
Le dije que le hiciéramos una broma.
Que entrara triste y que comenzará a decirle que me paso algo y yo de repente saliera desde atrás.
Tenía las llaves, así que mientras ellos hablaban entraría rápido e iría al patio trasero y luego entraría por sorpresa y les daría un pequeño susto.

Tocó  y Grefg abrió la puerta. En un principio no reconoció a Santiago, pero al final cuando él habló se dió cuenta de quien era.

Se que no me recuerdas mucho, porque solo nos vimos dos semanas cuando te fuiste de viaje a Roma, pero para refrescar tú memoria, soy Santiago.-dijo riendo-.

¿Aún Vive El Amor? /T°2 ¿S.A?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora