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— No importa, sólo no vuelvas a hacerlo ¿Sí? Hay límites

Respondió él separando el cuerpo más pequeño del suyo. Shaun sabía que Hyoga tenía razón, no se conocían bien y ahora lo abrazaba como si fueran camaradas de toda la vida, tenía que comportarse a la altura, eso fue muy atrevido de su parte.

— Lo siento, no volverá a pasar, en fin... Sigamos, aún queda algo de tiempo antes de la cena

Continuó caminando mientras lo tomaba del brazo, contempló la luna, era tan blanca y tan brillante el día de hoy y la brisa fresca no hacía más que hacer el momento más especial y romántico.
Durante el resto de la tarde hablaron un poco de sus vidas antes de conseguir las armaduras, ella le contó de su pasado y lo que le costó llegar hasta donde estaba. Él a cambio hizo lo mismo, aunque de nuevo parecía ausente cada vez que lo veía, cuando miraba sus ojos azules no parecía que la estuviera mirando, parecía que tuviera la mente en otro lado, tal vez había elegido un mal momento para decirle lo que sentía y abrir su corazón.
Y para rematar, su teléfono comenzó a sonar, un mensaje de texto de su hermano

“La cena está servida, ven cuando gustes”

Pero ahora ella no se veía entusiasta como al principio, le preocupaba lo que pasaba con el ruso, quizá había llegado tarde a su corazón y él quizá ya tiene en su mente a otra persona. O tal vez solamente estaba sobre analizando las cosas y Hyoga quizá extraña a su mamá, después de todo lo hizo contarle su pasado, fue demasiado insensible de su parte pedirle que recuerde a una persona tan especial para él sin comprender la magnitud del problema.

— Hyoga, vamos, ya es hora de cenar

Gentilmente tomó su mano para guiarlo hasta la parte de la playa donde se supone no debía acercarse hasta que llegase el momento.

— Ya voy Shaun, no tienes que jalarme, ya estuve ahí, sé dónde queda

— Lo siento, son los nervios, no puedo evitarlo

Ríe nerviosa y suelta su mano para permitirle que la siga con toda libertad.
El ruso suspiró y caminó siguiendo a la chica, prestó atención en su atuendo, no se lo había querido decir hasta ahora, pero se veía bien, el vestido le favorecía.

Al llegar ella se detuvo al sentir que Hyoga no avanzaba más, ¿Pero porqué? ¿No le gustó lo que su hermano había hecho? Se veía hermoso a su parecer.

— ¿Hyoga? ¿Qué pasa? Te noto raro desde hace rato

Volteó a verlo, no entendía cual era el problema, no sabía si había hecho algo malo.

— Shaun...

Gentilmente la tomó del brazo para atraerla a su cuerpo, observando sus finas facciones, y acariciar la comisura de sus labios levemente pintados de rosa.

— Hyoga...

El corazón de la chica latía a mil por hora, casi como si quisiera estallarle, parecía un sueño echo realidad, todo parecía indicar que Hyoga también la amaba tanto como ella a él.

— Pareces un pequeño cordero a la luz de la luna, es adorable...

Ese comentario la hizo enrojecer, no había duda, sus sentimientos eran correspondidos.

Frente a ti - Shaun x HyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora