El amor es un dolor de cabeza

Una tarde de nostalgia

Recuerdo aquél tiempo, en que mi nada era todo,
recuerdo el tiempo en que te abrazaba
recuerdo el tiempo en que estaba junto a tí.

Mis memorias se llenan de recuerdos,
de hermosos y bellos recuerdos.

Siento que puedo oler tu cabello,
mi nariz siente ese hermoso olor,
ese característico olor.

Me viene a la mente aquella tarde,
pero recuerdo que eso ya pasó.
Tengo presente cada día feliz,
y he olvidado las tristezas y las peleas.

Recuerdo todo,
tal como si hubiera pasado apenas ayer.
Recuerdo todo,
y más que pensar en que te fuiste de mi lado,
me pongo a querer que jamás hubieras llegado.

Pensé que olvidar era algo sencillo,
y así lo ha parecido.

Pero te veo, te contemplo,
miro tu dulce mirada.
Esa mirada que uno puede jurar,
no rompe ni un sólo plato.

Miro tu rostro cargado de ternura,
y recuerdo lo que era la felicidad.

Mi mente aún piensa en ello,
recuerdo lo simples que eran los detalles,
y recuerdo lo felices que éramos.

Sé que ni tú ni yo hemos sido felices,
aunque lo aparentas, lo aprentas bien.
Pero sé que aún quieres hablarme,
pero el temor, y ante todo el orgullo,
son factores que no lo permiten.

Esperemos que cuando esta disusión infantil termine,
esto no sea aún demasiado tarde.