Capítulo 23

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Desde que llegaron al hospital, no se les permitió saber el estado en el cual se encontraba María. Así que los tres esperaban que los padres de su amiga hicieran su presencia en el lugar.

La televisión colgada en la sala de espera transmitía sobre el choque frontal ocurrido esta madrugada. Eran cuatro las víctimas, dos de ellas eran menores de edad y por el momento su situación era estable, sus padres no corrían con la misma suerte tenían múltiples fracturas en todo su cuerpo. Según el noticiero confirmaban que la culpa lo tuvo el otro vehículo donde conducía la joven de veintitrés.

—Este señor ha visto todo, Marisa. ¿Puede narrarnos de nuevo lo que sucedió? —pregunto la notera.

—¡Fue loco, bien flashero! Era ver todo en cámara lenta—el linyera tomo el micrófono y le dio la espalda a la cámara—. Yo estaba durmiendo ahí cerca de ese árbol y escuche bocinazos... Mi amigo me dijo "eh loco, me voy de acá". Pensé que era la policía y...—desde el piso le informaron a la mujer que tratara de recuperar el micrófono pero no pudo—, me anime a correr y ver qué onda porque al rato escuche un ruidoso al estilo cuando hay truenos. El tema fue que al acercarme veo ola de humo grande y dos coches hechos pelota.

—Papá, me matara—repitió otra vez Ricardo—, ojala que los papeles del segu...

—Eso no es importante, ella está en grave estado.

—Opino lo mismo que Cata, debemos mantener la calma. Se pondrá mejor, confió en eso.

Los tres giraron a la vez al escuchar los taconeos apresurados acompañados de ruido de cadenas. La señora Fernández apareció gritando como desquiciada, su cartera negra cayó en el suelo y sus caros zapatos golpearon el suelo.

—¡De inmediato! —le exigió cuando una enfermera se acercó a comunicarle que el medico estaría en unos minutos. Apenas se dio cuenta de la presencia de los jóvenes trato de dejarle en claro su disgusto—. Ustedes pagaran por esto, no me quedare de brazos cruzados.

—Disculpe señora.

La de ropa deportiva color crema, rebajo con la mirada a Catalina, al notar un pañuelo verde en su muñeca, sonrió falsamente.

—Como no pudiste matar a un bebé inocente, quieres matar a mi hija ¿no?

Nick se incorporó rápidamente y avanzo hacia la madre de su amiga.

—No confunda los temas. Esto no tiene nada que ver con quitar la vida a nadie, es nuestra amiga por esa razón estamos preocupados.

—Le dije cientos de veces que juntarse con gentuza con esta pinta villera no le iba a hacer nada bien.

...

—¿Averiguaste algo?—pregunto su hermana, él negó con la cabeza y volvió a sentarse—. ¡Maldita sea!

—Nos han pedido que nos retiremos cuando sean las ocho, ya que quieren los pasillos deshabitados. Cosa que no creo y vienen más de órdenes de la señora Fernández—agrego Ricardo.

Hernández aguanto su enojo al ver llegada del ex de María junto a Mariana, sabía que hacer una escena ahí no era nada favorecedor y menos cuando su mejor amiga luchaba por su vida.

—¿En qué habitación se encuentra?

—En la 210, pero está en estado de coma. Nos hemos enterado por las noticias.

—Iré a ver a su madre, quédate con ellos Mariana volveré pronto—aviso antes de marcharse.

Esta se sentó a lado de su amiga, sus ojos estaban clavados en el suelo. Tal vez sentía vergüenza, incomodidad o incluso miedo al enfrentarse a los amigos de su antigua pareja.

—Mi viejo está hablando en un medio.

Todos se centraron en el de rasgos asiáticos, reproduzco el video y el señor Niuniu apareció en la pantalla con un sombrero enorme, fingía un acento demasiado absurdo y de vez en cuando exageraba la situación. Al terminar, su hijo soltó un suspiro de cansancio, su mano revolvió su cabello.

—Iré a comprar comida ¿quieren algo en específico?

—Nada, creo que podría vomitar todo en este momento—dijo Nick.

—¿Y vos María?

—Yo te acompaño, Ricardo. No me vendría nada mal tomar algo de aire.





¡AGUANTE EL DRAMA ARGENTINO!

EN OTRAS NOTICIAS, HE SALIDO DE MI BLOQUEO MENTAL Y AHORA ME SALEN MAS FLUIDO LOS CAPITULOS.

BUENAS VIBRAS...

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now