Capítulo 25

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Diez empleados en total se encontraban en la oficina, todos con el uniforme de trabajo y con la mejor cara posible para enfrentar lo que vendría. Hernández de vez en cuando ojeaba su celular, quería saber del nuevo parte médico, su hermana le avisaría lo más ante posible.

El dueño por fin apareció, y sin dudas la apariencia formal desapareció, llego con una camisa mal abotonada, corbata chueca y un intento de peinado de último momento donde el gel no fue su mejor aliado.

—Buenos días, perdonen por mi... —se observó a sí mismo—, desarreglada forma de vestirme hoy. Como verán hace más de cuatro días la pizzería se encuentra cerrada, y quiero decirles que he leído cada uno de sus mensajes por el grupo.

Provoco una pausa que hizo estremecer a los empleados, tal vez ya se imaginaban algunas de sus palabras. Con el dólar superando su record y el nuevo aumento en nafta, alimentos y servicios, ya nada quedaba que perder.

—Voy a ir al punto, esto se encuentra quebrado y no hemos mejorado desde el año pasado.

—¡Macri gato!

—Mantengamos la formalidad—reto al adolescente—. También hay buenas noticias.

Nick que se mantuvo neutral durante la reunión, ya no resistió más el enigmático de su superior.

—Sea menos misterioso y más directo.

—Opino lo mismo—dijo el hombre corpulento.

—Bien, tendremos ayuda financiera, pero se reducirá el personal. Por lo cual los evaluaremos junto al que lleva más año de antigüedad—señalo a Teiser—. A partir de mañana comenzaremos a ver su rendimiento laboral. Sin agregar más al asunto les pido que se retiren. Teiser tenes que quedarte para hablar con más profundidad del asunto.

Con ceños fruncidos, palabras al borde de explotar y puños cerrados fueron yéndose. Ahora lo que le faltaba era quedarse sin trabajo, sabía que si vivía con su viejo debía aportar algo para la casa, y la posibilidad de volver donde Ricardo era mínima.

Se terminó su vida de vago.

...

Cuando por fin consiguió que le pasaran los apuntes de las clases, se dirigió afuera a sentarse con sus compañeros, el día primaveral lo animo un poco a compartir algunas sonrisas.

Corriendo con la remera adentro y afuera del pantalón entro Ricardo. Nick por instinto quería alcanzarlo y saber el motivo de aquel desastre pero se contuvo, continuaban peleados. Miro su celular y ninguna notificación de Cata. Disculpándose, camino con rapidez hacia el interior de la universidad.

—¿Cómo esta María? ¿Mejoro? —pregunto apenas contesto su hermana.

—Nick—oyó los gritos escandalosos y en él se activó una alarma—. Van a operarla con urgencia, luego verán como...

—¡Iré para allá! —interrumpió.

—No, vos tenes que quedarte. Perdiste demasiadas clases.

—¡No me interesa esto! —Grito—. Abogacía no es lo mío, no me apasiona.

—Si queres seguir bajo el ala de Jorge te conviene seguir ahí. Te juro que te mantendré a tanto, María es fuerte, resistirá—finalizo.







Amén por mañana.

Indirecta Recibida (PAUSADA)Where stories live. Discover now