Epílogo

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Jensen está parado frente a una tumba.

Hay un millón de razones por las que esto debería sentirse mal o raro, por las que debería sentirse triste o culpable, por las que debería sentir alguna cosa, lo que fuera. Sin embargo, no lo hace. En vez de eso, está mirando las flores que se extienden por todo el montículo, los lirios y las rosas y las bandas negras alrededor de una simple cruz de madera con un grabado en ella.

La lápida sigue siendo nueva, resplandeciente bajo el sol de la tarde. Este sería su momento habitual para sentarse en el porche con la última taza de café del día, piensa Jensen, pero no está en casa ni con Jared. En cambio, está mirando las letras grabadas en la lápida.

Jensen Ross Ackles, 1 de Marzo de 1978 + 11 de Julio de 2066

Amado esposo, padre y amigo

Mira hacia el cielo, preguntándose cómo será la vida después de la muerte, ya que obviamente está muerto y, sin embargo, todavía está aquí, todavía consciente.

—Cuéntame tu historia —. Una voz femenina interrumpe el hilo de pensamiento de Jensen.

Gira la cabeza, sorprendido de ver a una mujer afroamericana vestida de colores con una hermosa y amplia sonrisa. Lo primero que nota es que tiene un lunar al lado de la nariz, igual que Jared, y le duele el corazón.

—¿Puedes verme? —pregunta Jensen, confundido.

—Obviamente —asiente educadamente.

—Pero nadie en el funeral podía verme. Casi me quedo ronco gritando y tratando de llamar su atención. Entonces, ¿por qué puedes verme?

Se encoge de hombros con indiferencia. —Simplemente, puedo.

—¿Quién eres tú?

Permanece calmada, como si estuviera explicando estas cosas todos los días. —¿Importa eso?

—¡Sí! —asiente Jensen con énfasis.

—Bueno —comienza cuidadosamente antes de darle una mirada atenta y una sonrisa atrevida. —Estás muerto. Todavía estás consciente del mundo y no de la otra vida. Soy la única que puede verte. ¿No lo entiendes, Dean Winchester?

La forma en que pronuncia el nombre del personaje que ha interpretado durante tanto tiempo y que aún conoce tan íntimamente hace que Jensen se anime. —¿Eres una parca? —pregunta incrédulo.

—Sí, lo soy —y sonríe con esa hermosa sonrisa suya, pareciendo orgullosa de él.

A Jensen le lleva un segundo procesar esa información. —Huh —dice eventualmente— Así que las parcas son reales. ¿Y yo soy un espíritu?

—Sí, lo eres —, vuelve a asentir con la cabeza.

—Entonces, ¿por qué no sigo adelante? ¿Estoy atrapado en el mundo o algo así? ¿Esto es la otra vida? Porque si lo es, considérame decepcionado. Si esto es el cielo, vagando por la tierra sin que nadie pueda verme, entonces es una mierda —escupe Jensen, probablemente más duramente de lo que pretendía. —Perdón por sonar tan amargado —añade— Pero no creo que tenga ningún asunto pendiente aquí.

—Primero una cosa y luego otra —continua ella y se vuelve completamente hacia Jensen. —Seguirás adelante, pero no todavía, porque algo te está atando a este mundo. Estás atrapado, por el momento. Sí, todo esto es parte de la otra vida, pero no es, como te gusta llamarlo, "el cielo". El cielo viene después, cuando has seguido adelante.

—Entonces, ¿qué me ata a este mundo? —persigue Jensen, frunciendo el ceño.

—Tendrás que averiguarlo. Por eso te pedí que me contaras tu historia.

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