Capítulo 5

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—¿Qué hiciste? —pregunta Misha sin miramientos cuando capta la imagen que proyecta Jared de pie en su puerta, con el bolso en la mano y los ojos enrojecidos.

Jared suspira. —Es una larga historia.

Sin esperar respuesta, Misha ya está abriendo la puerta para dejarlo entrar. Vicki llega por el pasillo cuando llegan a la sala de estar. —¡Hola, Jared! —dice mientras se acerca a ellos. —Están dormidos —le dice Vicki rápidamente a Misha y lo besa.

—Por fin —resopló, divertido.

Con eso, Vicki se gira completamente hacia Jared, e inmediatamente agarra su cara con ambas manos, mirándolo con preocupación. —Te ves como si acabaras de salir de una picadora de carne. ¿Qué ha pasado?

Jared reflexiona un momento, piensa en cómo decirlo de la forma más fácil. Una vez más, no hay una manera fácil, así que responde con la fría y dura verdad. —Le confesé a Gen que estoy enamorado de otra persona.

Las cejas de Vicki se elevan sorprendidas y Misha silba. —Oh chico —suspira— Voy a traer un poco de té.

—Hazlo —responde Vicki distraída y empuja a Jared hacia el sofá. —Siéntate, ponte cómodo.

Jared se permite caer sobre los suaves cojines, apoya los codos sobre las rodillas y entierra la cara entre las manos. Las lágrimas se agolpan de nuevo en el borde de sus ojos.

En serio, que le den a todo. Este tiene que ser el peor día de su vida.

Un ruido sordo lo saca rápidamente de la descendiente espiral de pensamientos en la que está sumido, y Jared lo reconoce como el sonido que hizo Misha al colocar una taza de té sobre la mesa que tenía delante. Luego, hay un hundimiento de los cojines a su lado, y una mano aterriza entre sus omóplatos.

—Cuéntanos, Jared —dice Misha, en ese tono casi hipnotizador suyo; la voz que sacaría todos los secretos a sus hijos en cualquier momento. No porque sea intimidante, sino porque es Misha en su momento más tranquilo, relajante y reconfortante.

Cuando Jared deja caer las manos, encuentra a Vicki sentada al otro lado de la mesa, con una sonrisa alentadora en los labios que dice que lo entenderá.

Ante tanta simpatía y comprensión, toda la historia emerge de Jared. Es como un avalancha, todo pierde agarre y se derrumba. La oleada purificadora arrastra a Jared con ella y no deja nada a su paso. Jared no se salta nada, demasiado cansado para fingir. Le cuenta a Misha y Vicki todo, desde el accidente y el otro mundo hasta el Jensen de ese mundo y el Jensen de ahora mismo.

—Y ahora todo es un desastre y probablemente nunca más me volverá a hablar o algo así —termina Jared. —Además, Jensen probablemente nunca... —. No puede terminar la frase, en vez de eso se ahoga en un nuevo montón de lágrimas.

—Bueno, mierda —resume Misha, y se pasa la mano por el pelo.

—En primer lugar —empieza Vicky lentamente. —Puedes quedarte aquí todo el tiempo que necesites. Segundo, puedo hablar con Genevieve. Si ella no supiera dónde ibas a estar, probablemente ya habría llamado. Tercero, verás, no importa cómo termine esto, todo saldrá bien. No pediste enamorarte de Jensen, porque así no es como todo esto funciona, pero tomaste una decisión y ahora tienes que apechugar con ella.

Se pone de pie para pasar junto a la mesa y abrazar a Jared con fuerza.

—¿Por qué estás haciendo esto? Lo que hice fue despreciable.

—Duro, sí. Cruel, tal vez. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se necesita mucho coraje para ser honesto y no es fácil —responde Vicki en voz baja.

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