capítulo 17: Heridas de un pasado

208 25 8
                                    

*Flash Back*

Mi madre me tomó del brazo y a Minoshia de su cuna, mi hermano, de apenas un año de edad, dormía plácidamente ajeno a nuestros problemas. Esos hombres afuera de nuestro hogar seguían golpeando la puerta , querían entrar y tomar venganza ya que mi padre y su capitán, ambos habían perdido la vida en una batalla por Konatzu apenas una semana atrás.

-¡Tapión corre más rápido hijo no te quedes atrás!. - Decía mi madre mientras nos guiaba al sótano de la casa.

-¡La espada de papá! - Dije al pasar frente al marco donde ocultamos su espada. - ¡Si peleo arma podré vencerlos con facilidad.

-¡Eres solo un niño no te dejaré hacer eso!

Finalmente llegamos al sótano, mi madre me dio a mi hermano en brazos y nos metió a ambos a un viejo armario. Sus ojos estaban rojos e inundados de lágrimas pero aún asi sonrió una última vez para mí y besó mi frente, insistí en pelear a su lado pero ella soló cerró la puerta del armario y me suplico que no saliera sin importar lo que pasara.

-Por favor Tapión. - Decía entre sollozos. - Konatzu los necesita para el futuro... no puedes morir ahora... por favor hijo... cuida muy bien de tu hermano... los amo... mis pequeños.

Ella se alejó y fue por su espada pero ni siquiera alcanzó a tomarla antes de que esos hombres entraran y la tomaran por la fuerza para encadenarla de espaldas a la pared, desde la cerradura del armario podía verlo todo: Uno de ellos la despojó de su ropa y con una daga le rebanó los pezones, luego de eso los tres comenzaron a azotar su espalda con los cinturones que previamente se habían quitado, mi madre no paraba de gritar y derramar lágrimas mientras yo observaba todo con detalle, la peor parte fue ver como uno de ellos comenzó a abusar sexualmente de la mujer que me dio la vida, fue en ese momento que no lo soporté más; oculté bien a Minoshia y salí corriendo para lanzarme sobre el abusador y morderle la oreja hasta arrancársela.

-¡Maldito niñato de mierda!... espera... ¡Es el hijo de ¨corazón de Dragón¨! ¡No dejen que escape!. - Gritó el tipo cubriendo el hueco ensangrentado donde solía estar su oreja.

Mi intensión era pelear pero ellos eran cinco además estaban armados y eran mucho más grandes y fuertes ¿qué podía hacer un niño de 10 años?. Dos de ellos me tomaron de los brazos mientras un tercero me tomó de los cabellos para encarar al líder quien comenzó a examinar mi cara.

-No hay duda... eres el hijo de ese infeliz y de esta zorra... tienes los mismos ojos de tu padre... jamás olvidaré esa penetrante mirada llena de coraje y valor. - Me tomó del mentón. - Para ser a penas un niño eres muy valiente. - Sorpresivamente me dio un puñetazo en el estómago que me sacó todo el aire. - Pero demasiado estúpido, debiste quedarte ahí escondido como una rata. -Se acercó a mi madre, quien no dejaba de llorar y sollozar mi nombre, y la tomó de los cabellos amenazando con cortarle la garganta con su daga. - ¿Dónde está el otro?

-No se de que hablas. - Respondió mi madre con firmeza haciendo enojar más al líder quien ordenó más azotes para ella.

-¡No estoy para juegos maldita perra! ¿Dónde está el otro mocoso? ¡Nuestro informante dijo que ¨Dragón¨ tuvo dos hijos!

-Pues debió informarles mal... él es mi único hijo... no tengo otro. - Mintió para proteger la vida de mi hermanito.

-¡Si no hablas acabaré con la vida de este mocoso!

-¡lo matarás de todos modos si hablo! ¿¡Crees que confiaría en alguien como tú!?.

Mi madre enfurecida le escupió en la cara al hombre quien continuo azotando su espalda hasta que las carnes de mi madre parecían carne molida bañada en sangre. Yo pateaba y forcejeaba intentando zafarme pero era inútil y sólo hacía que mis captores se rieran a carcajadas. Al cabo de unos minutos el líder soltó a mi madre dejándola caer al piso, en el charco de su propia sangre, el hombre sonrió de lado y pidió a sus hombres que me despojaran de la parte superior de mi traje de batalla, dejando al descubierto mi torso, y en seguida fui colocado en el piso, sujeto de manos y pies. El líder sacó su daga y la puso al fuego para calentarla hasta el rojo vivo para después ponerla en mi espalda haciéndome gritar de agonía, sentía como mi piel se rasgaba y derretía a la vez por el calor extremo del metal, podía oler mi carne quemada y mi sangre casi hirviendo, al cabo de unos agonizantes momentos me desmallé por el dolor no sin antes escuchar del líder las siguientes palabras:

-¡Ahí tienes a tu valiente heredero maldito ¨Dragón¨! ¡Tú, tu familia y tu planeta... no olvidaran el nombre de ¨la serpiente negra¨!

Eso es lo último que recuerdo antes de despertar en la casa del sacerdote que siempre nos cuidó a mí y a mi pequeño hermano, mismo quien me dijo que mi madre había muerto desangrada por los azotes, y que yo cargaría de por vida con esta maldita cicatriz en mi espalda.

*Fin del Flash back*

-¿¡Onii chan!? ¡Onii chan! ¡Despierta!.

Escuché a una voz llamándome y haciéndome volver en mí pues sin darme cuenta estaba ahora sentado en el piso con la espalda contra la pared y las manos en la cabeza sujetándomela fuertemente.

-Hermano por favor despierta ¿Qué te pasa?. - Me decía Trunks tomándome del hombro izquierdo.

Sacudí un poco mi cabeza para reaccionar y vi como el padre de (Tn) se volvía a colocar el ensangrentado cinturón mientras la chica yacía inconsciente en el piso mientras su sangre escurría desde sus yagas hasta el piso, los azotes le habían abierto las heridas que ya antes le habían echo cuando la llamaron ¨Ángel sin alas¨. Sus padres salieron de la habitación y yo inmediatamente corría hacia ella, estaba viva pero muy grave, si no hacía algo pronto moriría del mismo modo cruel que mi madre y no quería eso, no iba a permitir que la segunda mujer a la que más eh amado me sea arrebatada de este modo otra vez. Me quité la camisa y cubría a la joven humana con ella pues su camisa y sostén estaban casi destrozados en el piso, la cargué como princesa y la llevé lo más rápido posible a la enfermería.

Al llegar ahí la señora Bulma nos pidió a mí y a los niños que saliéramos de la habitación pues necesitaba desnudar a la joven para meterla a una especie de capsula con un líquido extraño, que según me dijo, no tardaría en sanarla.

-Hermano no te preocupes, mi papá a salido de peleas con heridas mucho más graves y en unas cuantas horas esa maquina lo deja como nuevo. - Me dijo Trunks tomándome del brazo para animarme.

-Oni chan... ¿Porqué estabas en el piso tan asustado?... era como si no estuvieras aquí en ese momento... ¿Qué te pasó?. - Preguntó Minoshia.

-N-n-nada... sólo... no lo sé, yo... me aterré al verla así. - Me volví hacia mi hermano para revolver su cabello y sonreírle un poco. - Pero ya escuchaste a Trunks, ella va a estar bien, eso me alegra mucho... no hay de que preocuparse.

En ese momento Bulma salió de la enfermería suspirando de alivio, nos dijo que (Tn) estaba fuera de peligro pero que estaría mejor hasta mañana. Pedí permiso para quedarme en la habitación durante la noche pues quería estar ahí para cuando ella despertara y por suerte me dijo que no había inconveniente.

Ya entrada la noche, Bulma y el doctor Brief sacaron a la chica de la capsula para vestirla con una bata clínica y recostarla en una camilla. Durante la noche me quedé sentado al pie de la camilla tomando su mano, sentía que si la soltaba ella se iría para siempre por lo que me aferré durante toda la noche a ella esperando a que ella despertara.

CONTINUARÁ...

Nunca  te alejes de mí  (Tapión y Tú)Where stories live. Discover now