capítulo 18: Razón de odio

219 13 6
                                    

P.o.v. (Tn)

No podía mover mi cuerpo, solamente la mirada… estaba de pie, pero… ¿En dónde estaba?... Todo a mi alrededor era obscuro… Ya no sentía nada; ni dolor, ni alegría… nada excepto confusión y algo de temor, de a poco sentí como el control de mi cuerpo volvía por lo que lo primero que intenté hacer fue hablar.

-¿Ho-ho-hola?– No hubo respuesta, solo el eco casi infinito de mi propia pregunta.

Comencé a moverme para caminar y buscar… lo que fuera o a quien fuera, tanta oscuridad y silencio me estaban asustando. Caminé unos momentos, aunque parecía que no me estaba moviendo, el único indicio de que avanzaba era el eco de mis pasos y nada más, mi entorno no cambiaba. 

De pronto y sin previo aviso una destellante luz aparesió frente a mis ojos, era tan segadora que tuve que llevar mis manos de inmediato a mis ojos para protegerlos, a pocos metros de mí se escuchaban unos pasos que se acercaban cada vez más, me puse algo nerviosa y trate de observar abriendo un poco mis dedos pero esa maldita luz deslumbrante seguía ahí, lo único que pude a penas distinguir fue la silueta de una mujer quien se detuvo a unos dos metros de mí.

-Aún no estás lista. – Me dijo con una voz femenina tan dulce y suave.

-¿Li-lista… para qué? ¿Quién eres?

- …Yo soy una amiga… por ahora no necesitas saber mi nombre. – Sentí como una de las manos de ese ser se posaron en mis ojos protegiéndolos de la luz mucho mejor que mis manos. – Si tus ojos aún no pueden verme de frente a mí… ni a ¨esa luz¨ significa que son aún los ojos de una mortal.

-N-no estoy entendiendo nada… me está asustando ¿estoy muerta?

-No, querida… solo duermes… y hay alguien que anhela tu despertar con gran deseo.

- ¿Esto es un sueño?

-Quizás… pero no lo tomes a la ligera como cualquier otro sueño lúcido... – Prosiguió mientras me ayudaba a dar media vuelta colocándome de espaldas al resplandor del cual ella había salido. – Escucha con atención: si tus ojos no pueden presenciar lo divino sin dificultad significa que aún no es tu hora, y no sólo porque ahora duermes simplemente… sino porque hay gente que aún te necesita… que te necesita de verdad.

-Tapión… – El del guerrero salió de mis labios de manera inconsciente.

-… Regresa allá… él y Minoshia te necesitan más de lo que crees… (Tn).

Estaba a punto de preguntarle como era que conocía los nombres de todos cuando en ese momento la misteriosa mujer desapareció así como toda mi movilidad; de a poco el dolor fue invadiendo todo mi cuerpo, en especial mi espalda, cerré los ojos por el dolor y al abrirlos estaba en una camilla, al parecer seguía en la Capsule Corp, miré a mi alrededor la enorme habitación blanca y al voltear a mi derecha; sentado al lado de mi cama y sujetando firmemente mi mano estaba Tapión dormido, se notaba en su rostro que no había dormido bien, eso me llevaba a la pregunta de ¿Cuántos días eh estado aquí?. Intenté levantarme pero mi cuerpo aún dolía, no tanto como cuando las heridas estaban frescas, ahora era más como si solo hubiese dormido en mala posición después de hacer algún sobre esfuerzo físico, aún así un pequeño quejido se escapó de mis labios al sentir el dolor recorrer mi cuerpo y limitando mi movilidad, dicho quejido provocó un pequeño tik un tanto raro y tierno en las orejas del guerrero pelirojo el cual de inmediato despertó y me miró para después tomarme ambas manos y mirándome a los ojos.

-(Tn)… – Dijo mi nombre por lo bajo sin dejar de mirarme. – Gracias a Dios estás bien. – Me abrazó con cuidado de no lastimarme. – No quería que te fueras… y menos después de que te traté tan mal.

Nunca  te alejes de mí  (Tapión y Tú)Where stories live. Discover now