My Boyfri[end] - Yumark

六

Mark abrió con cuidado la puerta de su casa y se despojó de sus zapatos antes de entrar en ella.

Típica costumbre en una familia coreana.

—¿Dónde estabas? —se apareció Donghyuck con un plato hondo lleno de cereal.

—Pues fui a comprar las medicinas de mamá —contestó inocente mostrando la bolsa de plástico—. ¿Está dormida?

Donghyuck asintió. Mark suspiró con cansancio.

—Iré a ver cómo está y me iré a dormir... Buenas noches —se despidió de su hermano y fue hasta el pasillo qur conducía a la habitación de su madre.

Se colocó frente a la puerta de esta y colocó su mano en la perilla. Respiró profundamente antes de abrirla.

Aún se le hacía difícil ver a su madre en ese estado.

En su cama, su mamá estaba con los ojos cerrados, respirando tranquilamente con una mascarilla de oxígeno puesta entre su nariz y boca.

A su lado, había una bolsa con solución salina sujetada en un soporte. Un catéter estaba inyectado en una de sus manos.

Mark caminó despacio hasta ella, sin hacer mucho ruido para evitar despertarla, dejó los medicamentos en la cómoda de al lado y se sentó con cuidado en la orilla de la cama.

La pequeña lámpara de la cómoda estaba encendida en una luz tenue; la madre detestaba dormir completamente a oscuras. Mark soltó una leve risa nasal por ello.

Sonrió hacía el cuerpo dormido de su madre y se inclinó levemente hacía ella dejando caricias en su cabeza y peinando su cabello. Dejó un beso cálido en la frente de su madre y se levantó de la cama dispuesto a salir de la habitación y dejarla descansar.

Suspiró con pesadez cuando notó que su hermano menor había dejado todas las luce encendidas de la cocina, pasillo y sala de estar. Pasó por cada cuarto y apagó cada una de ellas y después se dirigió a su habitación.

No estaba de humor para reprocharle a su hermano ahora.

Intentó dormir, pero su mente parecía seguir activa. Dio muchas vueltas en su cama tratando de buscar una posición cómoda, pero no dio resultado.

Ni siquiera eran pensamientos rondando por su mente, simplemente sentía su cerebro demasiado cansado como para poder dormir. Su cabeza pesaba.

Su celular vibró indicando una notificación y se levantó desganado con intención de ponerlo en modo avión para así evitar que siguiera sonando.

Pero algo en él también comenzó a vibrar; su corazón latiendo con rapidez después de observar la pantalla en su bandeja de mensajes.

"Buenas noches :)"

Dejó escapar una risa nasal. Una sonrisa tímida no tardó en formarse en sus labios.

Sabía perfectamente de quién era el mensaje.

Rápidamente tecleó una respuesta.

"Buenas noches"

Bloqueó su celular y lo dejó en su escritorio nuevamente y regresó a su cama.

Ese pequeño mensaje logró hacer que descansara en paz.