"Sé que soy muy malo, pero te extraño tan mal. Si te veo lo haría todo de nuevo. Lo siento, pero te amo más que mi novia."
"Te conoces tan mal. Nunca me ames así. Como veo, engañaste a otra chica de nuevo. Lo siento, pero me amas más que tu novia."
...
—¿Viste todo, no? —le preguntó Mark a Yuta sin dirigirle la mirada.
Estaban en el estacionamiento de una plaza en la ciudad. Yuta suspiró avergonzado incapaz de verlo o decirle algo.
—¿Era tu padre...?
Mark asintió recargandose contra el respaldo del asiento viendo al techo del auto.
—¿Y el...?
—Lo odio —sentenció gélido.
Yuta esta vez lo miró con tristeza apenada. Mark seguía mirando al techo sin expresión alguna, aunque por su mente pasaban miles de pensamientos con referencia a su padre.
—No digas eso...
—No, no lo odio —se corrigió—. Simplemente no siento nada por él.
—Lo siento, realmente no quise escucharlo...
—¿Por qué viniste? —Mark lo miró y se cruzó de brazos algo molesto—. Seguramente tienes clases y yo también las tengo y aquí estamos perdiéndolas.
—Ayer le pedí disculpas a Yukari... A mi novia. Creo que todo está bien entre nosotros.
—¿Por qué viniste? —volvió a preguntarle.
Yuta lo miró y se quedó en silencio pensando una respuesta. Al final solo se encogió de hombros.
—Supongo que pensé que tal vez ibas a querer un aventón.
—No, mi hermano y yo tomamos el transporte público.
—Ya veo...
Otro silencio se plantó entre ambos chicos. Yuta se sentía culpable y apenado de haber descubierto un lado sensible en la familia de Mark, por otro lado, Mark aun estaba molesto por la conversación con su padre y también se sentía algo apenado de haber sido descubierto en esa situación.
—Mis papás se divorciaron cuando yo tenía seis años...
—No tienes que contarme nada si no quieres —le interrumpió Yuta.
—Te lo voy a contar porque ya me descubriste... —aclaró Mark viéndolo sereno—. Poco después de que se divorciaran, mi mamá enfermó. Aún no era muy grave la enfermedad, ni siquiera notaba incomodidad ni descontento en ella... Simplemente recuerdo que una vez cayó en cama y ya no pudo pararse.
Yuta escuchaba con total atención.
Que triste que un niño a esa edad haya pasado por todo eso. Probablemente Mark no entendía nada a su alrededor y ahora estando consciente del pasado, debía de dolerle.
—Aunque papá no vivía con nosotros, siempre se preocupó por mamá y en especial de mi y de Donghyuck... Mamá ya no podía trabajar, así que papá siempre fue puntual en realizar los pagos de la casa y de que no nos faltara nada... Eso hasta hace cinco meses.
Mark relamió sus labios nervioso.
—Papá había conocido a otra mujer.
Yuta hizo un leve puchero triste de escuchar la historia.
—No lo culpo. Es un ser humano. Obviamente esto iba a pasar en algún momento. Pero aún así, no puedo evitar enojarme por como se ha estado comportando estos últimos cinco meses. Ya no viene a vernos, no pregunta por el estado de mamá ni se preocupa por ella. Parece que la llegada de esa mujer hizo que se olvidara por completo se nosotros.
»Realmente solo quiero que mi mamá esté bien. Quiero verla sin esos tubos ni catéteres conectados a su cuerpo. Quiero verla sonreír verdaderamente otra vez. Eso es lo que más me duele. Solo quiero que papá vuelva a involucrarse más en el estado de ella.
—¿De qué enfermó tu mamá?
—Tiene el síndrome de Guillain-Barré... No tiene cura —expresó eso último cerrando sus ojos fuertemente.
Todo estaba yendo tan bien. Ella estando feliz, su padre también feliz... Todos en casa estaban felices hasta que de pronto sucedió lo que sucedió y todo comenzó a desmoronarse poco a poco.
—Papá se encarga de casi todo: los gastos del hogar y los medicamentos de mamá. Donghyuck y yo nos las arreglamos con otras tareas más sencillas... Pero de igual manera todo se ha vuelto más complicado. El cuerpo de mamá está paralizado en un setenta por ciento y poco a poco se le hace más complicado modular su boca para hablar.
—¿Por qué no está en un hospital?
—Es muchísimo más caro tenerla ahí. A menudo vienen enfermeros y unos cuantos médicos para revisar su estado de salud... Todos vienen menos papá. Estoy cansado de todo.
Yuta suspiró sin saber muy bien que decir. No encontraba las palabras correctas, ¿decirle que todo mejoraría y que no se preocupara? Claro que no era una opción.
Absorto en sus pensamientos, Mark lo miró por un segundo y no pudo evitar dejar escapar una risa nerviosa. Yuta lo miró confundido.
Hace menos de un minuto parecía querer llorar y ahora está riéndose.
—Perdón, perdón. Es solo que pienso que ahora debo de darte pena o algo. Apuesto a que estás buscando las palabras correctas para hacerme sentir mejor.
—¡No, yo no-! —se interrumpió—. ¡Sí, pero-!
—Tranquilo —lo calló—. Me alegra haberlo contado. Gracias por escucharme.
—¿Nadie sabe de esto? —Mark hizo una mueca pensativo.
—Solo mi amigo Yukhei lo sabe... Creo. No lo sé, no recuerdo si alguna vez se lo haya contado, probablemente sí.
Yuta sonrió cabizbajo. Sentía lindo que Mark haya le haya tenido la confianza como para contarle algo tan íntimo.
Aunque seguía sintiéndose algo apenado por la forma en la que se había enterado. Pero si Mark se sentía mejor haber sacado aquello que le ha estado atormentando desde hace mucho, se sentía bien por haberlo ayudado.
El silencio entre ambos chicos se rompió debido al tono de llamado proveniente del celular de Mark. Yuta lo miró expectante y Mark no tardó en formar una mueca de disgusto cuando notó que su pantalla se iluminaba con el nombre de "Papá" en ella.
—V-voy a salir del carro, ¿sí?
Mark lo detuvo tomándolo por el brazo negando con su cabeza. Después tomó su celular y pulsó el botón verde en la pantalla dando inicio a la llamada.
—¿Hola?
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No, no he muerto
¿Me extrañaron?
Lo siento en verdad. Sucedieron tantas cosas con la universidad, el estrés y otras cosas que me impedían escribir.
Puedo decir que he vuelto y con muchísimas ganas
Espero se encuentren muy bien. Nos leemos en un siguiente capítulo